Viaje al Parque Nacional de Cabañeros
Octubre de 2015
Parece ser que el Parque Nacional de Cabañeros es uno de los Parques Nacionales menos visitados y la verdad es que no me extraña porque la zona en la que vivimos está muy cerca de Cabañeros y la gente apenas lo conoce, es una pena porque es una delicia pasar allí unos días, máxime si tienes una autocaravana que te permite moverte con mucha facilidad y decidir un cambio de rumbo en el último momento, en función de si llueve o no. En nuestro caso las previsiones meteorológicas eran amenazantes de forma especial para el domingo, decidimos ir en cualquier caso y si llovía mucho nos volveríamos (esa es nuestra gran ventaja), pero no fue así, hizo un tiempo sensacional, estuvo nublado la mayor parte del tiempo pero no hacía frio ni llovía en ningún momento, incluso salía el sol bastante a menudo.
El Parque Nacional de Cabañeros forma parte de la Red de los 15 parques nacionales de España, uno de los mejores patrimonios de Europa, esta ha sido nuestra primera visita a uno de ellos, la autocaravana nos permite movernos como mucha facilidad en estas salidas con lo que imagino que veremos muchos más.
El Parque Nacional de Cabañeros forma parte de la Red de los 15 parques nacionales de España, uno de los mejores patrimonios de Europa, esta ha sido nuestra primera visita a uno de ellos, la autocaravana nos permite movernos como mucha facilidad en estas salidas con lo que imagino que veremos muchos más.
Viernes 30 de octubre
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Emprendimos el viaje a las 8,30 de la tarde dirección Horcajo de los Montes, donde habíamos decidido pasar la noche, fuimos muy obedientes con el recorrido que nos eligió el Navegador (Tom Tom) y sufrimos sus desvaríos. Este navegador es un poco torpe o quizás lo seamos nosotros que no somos capaces de explicarle que no nos gusta ir por carreteras llenas de baches, las cacerolas se pelean entre sí, las tapas de la cocina y el fregadero se ponen muy nerviosas y las puertas parece que se van a descolgar en cualquier momento. Tuvimos un tramo de unos 25 kilómetros por la zona de Valdeazores que tenía un pavimento infame, lleno de rodales que habían perdido el pavimento. Mal asunto este de las carreteras llenas de baches para nuestras autocaravanas. Por otro lado lo hicimos de noche y no pudimos disfrutar del paisaje que sin duda era espectacular. Es algo que tendremos que modificar si volvemos a ir desde Talavera.
Llegamos a Horcajo de los Montes a las 11 de la noche y aparcamos en una zona al lado del arroyo que pasa por el centro del pueblo (N 39˚ 19ʹ 42” W 4˚ 38ʹ 54”) , el arroyo no llevaba ni una gota de agua. Pero la zona estaba bien iluminada y en el mismo centro del pueblo. Di una vuelta para antes de acostarme, cenamos y adormir. |
Volví a la Gaviota y nos pusimos a desayunar, poco después emprendimos camino dirección La Alcoba y Santa Quiteria para llegar al Centro de Visitantes de Casa Palillos ya dentro del Parque Nacional de Cabañeros (N 39˚ 18ʹ 10” W 4˚ 18ʹ 48”) . Teníamos concertada una visita de tres horas, que empezaba a las 11 de la mañana. La actividad se desarrolla dentro del Parque Nacional de Cabañeros, en la zona de la Raña conocida como el Serengueti Español. Ya en el Centro de Visitantes aparcamos en la zona habilitada para aparcar, allí estaban esperando los vehículos 4x4. Los hay tipo autobús pequeño o tipo jeep, nosotros tuvimos suerte porque al haber contratado la opción de visita de tres horas fuimos en un todo terreno pequeño acompañados por otro matrimonio con una niña. De esta forma el recorrido fue mas agradable y mas cercano.
La tres horas de recorrido casi se hacen cortas, el Parque Nacional merece la pena pero lo mejor de todo fueron las explicaciones de guía (recuerdo que se llamaba Darío), porque nos transmitió lo que suponía y supone hoy en día Cabañeros y también su entusiasmo por el Parque y todo lo que allí se puede ver.
La tres horas de recorrido casi se hacen cortas, el Parque Nacional merece la pena pero lo mejor de todo fueron las explicaciones de guía (recuerdo que se llamaba Darío), porque nos transmitió lo que suponía y supone hoy en día Cabañeros y también su entusiasmo por el Parque y todo lo que allí se puede ver.
Y así íbamos tan contentos sin saber que lo mejor estaba por venir. Llegamos a una zona mas abierta, la Raña de Cabañeros, una zona de dehesas aclaradas por la acción del hombre a lo largo de los siglos y mas concretamente por la roturación y quema de montes para cultivo, de forma especial en esos años tan terribles para nuestra tierra: los años 50 y 60. En la actualidad es una de las imágenes mas representativas del paisaje de cabañeros, asociadas a este ambiente se encuentran la fauna del propio parque, cigüeñas, buitres, águila imperial. Águilas vimos pocas y mira que lo siento porque me fascina ese ave, pero vimos un buen grupo de buitres que parecían anunciar la muerte de algún animal. Pero lo que vimos y mucho fueron ciervos, son esquivos y no les gusta mucho que te acerques a ellos pero aunque sea de lejos nos tenia entusiasmados ver grupos de ciervas con sus crías y algún que otro macho con un porte majestuoso. Teníamos para la visita unos prismáticos y estuvimos viendo con ellos a los grupos de ciervos a una cierta distancia, comportándose con naturalidad y sin la alerta de nuestra cercanía. Después de un buen rato contemplando los ciervos –hay una población de más de dos mil ejemplares en Cabañeros- nos volvimos a subir al 4x4 para volver al punto de partida, el Centro de Visitantes y dar por finalizada la mañana, pero aun quedaba lo mejor: el momento mágico del día.
Hicimos un recorrido por buena parte del parque parando en algún lugar de cuando en cuando Al poco paramos para ver una cabaña, estaba hecha con ramas y su forma era cónica, es decir la típica forma tamaño similar al de una cabaña de las que tantas veces hemos visto en las películas de indios. Acabábamos de iniciar el recorrido y aun no conocía bien que el guía era una persona muy preparada y seria en su trabajo dentro del Parque, mi desconocimiento me incito a pensar que aquello de la cabaña podía ser algo para que nos bajásemos del 4x4 y hacernos una foto en plan “turisteo”.
Siempre he creído que pensar mal es la antesala del disparate y así era en ese caso, porque aunque era cierto que nos íbamos a hacer una foto, la cabaña era una de las muchas que había en Cabañeros en su día, porque así eran las cabañas que se hacían en Cabañeros y de las que hereda su nombre, en ella vivían temporalmente los hombres que pagaban por obtener aprovechamiento del corcho o de la madera de este lugar altamente productivo. Estos trabajadores vivían en ellas durante largos periodos y las iban trasladando a medida en que las necesitaban en un sitio o en otro: impresionante.
El recorrido transcurría al principio en una zona de densa vegetación arbórea, fundamentalmente encinas y alcornoques, la mayoría de los arboles los conocíamos, pero de pronto nos señaló una encina y nos dijo que era un quejigo, un que…?, contestamos, porque nos parecía totalmente una encina, el caso es que nos enseño a distinguirla y aunque puede que con el tiempo se nos olvide, al final éramos capaces de diferenciarlas, cuanto se aprende viajando.
Al poco de emprender ruta por el camino que transitábamos con el 4x4 vimos a lo lejos –uno dos kilómetros- otro jeep que veía en sentido opuesto al nuestro, a medida que nos íbamos acercando los distintos grupos de ciervos que estaban en aquella zona se levantaron, imagino que se ponen nerviosos al sentirse acorralados por dos vehículos uno por un lado y otro cerrando el paso, comenzaron a correr a toda velocidad, pasaban todos justo delante de nuestro vehículo, a no mas de 50 metros, cruzando el camino de un lugar a otro. Nosotros estábamos parados tal como nos había explicado Darío, el guía, había que respetar a los ciervos y no estresarlos, el que venía de frente también se paró. No sé cuantos pudimos ver pasar entre los dos vehiculos, quizás doscientos, pero puede que muchos mas, desde el coche Charo intentó gravar un video, el guía y Alejandro, que estaba en el asiento de delante también, gracias a él, que me lo ha mandado, he podido recuperar la foto que pongo aquí. Fue un momento mágico y es precisamente para recordar esos momentos para los que hacemos estos diarios, las fotos no son muy buenas pero recogen el mejor recuerdo de este viaje.
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A las dos de la tarde estábamos de nuevo en el parking del Centro de Visitantes, estaba muy despejado de coches y el lugar no puede ser más bonito dentro del propio Parque, así que nos pusimos a comer, pasta con boloñesa, un clásico en estos viajes que nos supo a gloria y a disfrutar de las posibilidades que tenemos de ser autocaravanistas
Ya era de noche y nos fuimos a la localidad de Alcoba. Llegamos de noche y nos pusimos a buscar un sitio para dormir. Resultaba fácil, aunque en la parte del centro del pueblo las calles eran demasiado estrechas, cerca de la carretera había muchos sitios donde elegir, amplios tranquilos y no solitarios. Al final nos decidimos por uno que nos pareció el más plano de todos y como casi siempre al lado de unos árboles (N 39˚ 15ʹ 30” W 4˚ 28ʹ 36”). Habíamos llegado con un cierto margen porque teníamos previsto ver las estrellas dentro de una actividad que habíamos contratado hace tiempo, ya tuvimos que cancelarla una vez, ahora pasaba lo mismo porque el cielo estaba cubierto y no había manera de ver las estrellas. Para resarcirnos dimos un paseo por el pueblo, Alcoba tiene bastante encanto, parecido al Horcajo de los Montes por el tipo de vida pero mas bonito, los bares a veces parecen el salón de la casa particular del dueño y hay dos o tres personas como mucho, también nos llamo la atención alguna tienda de alimentos muy pequeña, con apenas cosas que vender, descubrimos una churrería, así que mañana ya tenemos claro que vamos a desayunar, por último vimos un restaurante con muy buena pinta, muy acorde con la zona en la que estamos, volvimos a la Gaviota nos pusimos un poquito “más guapos” y a cenar. En el restaurante (la Antigua Fábrica) cenamos muy bien y supuso un buen punto final al día de hoy que ha sido muy intenso.
Estuvimos haciendo el recorrido durante una hora y luego dimos la vuelta para volver al punto de partida antes de que cayera la noche. Al llegar a coger la Gaviota nos dimos cuenta de que era un delito irse de allí sin ver la presa, bueno la presa no, el agua de la presa, porque la presa la teníamos justo delante, era bien alta y no veíamos el agua, así que nos subimos a la Gaviota y cogimos el camino hacia arriba para ver la presa en su totalidad. Hay que advertir que pegado al Centro de Visitantes hay una zona de aparcamientos que cierran, cuando legamos de vuelta de la ruta ya estaba cerrado con una puerta metálica, afortunadamente nosotros habíamos dejado la Gaviota fuera en un aparcamiento que hay antes de la entrada del recinto y gracias a ello no tenemos ningún problema .
Subimos arriba y estaba anocheciendo, la lámina de agua de la presa estaba preciosa, fue una bonita despedida del día de hoy. La presa de la Torre de Abrahán se llama así porque está presidida por dicha torre y debe de ser una de las pocas presas que hay en este país y que se hizo después de morir Franco (al que se atribuyen todas las presas que hay).
Subimos arriba y estaba anocheciendo, la lámina de agua de la presa estaba preciosa, fue una bonita despedida del día de hoy. La presa de la Torre de Abrahán se llama así porque está presidida por dicha torre y debe de ser una de las pocas presas que hay en este país y que se hizo después de morir Franco (al que se atribuyen todas las presas que hay).
Emprendimos camino hacia las Navas de Estena para hacer desde allí una ruta por el interior del Parque. Para llegar pasamos otra vez por el centro de Horcajo de los Montes y después atravesamos Cabañeros, el recorrido nos ofrecía el paisaje de Cabañeros desde una vertiente distinta de La Raña que fue nuestra forma de verlo el día de ayer, nos llamo la atención que no vimos ningún vehículo, ni nos cruzamos con nadie ni nadie nos adelantó, íbamos completamente solos.
El plan que teníamos para la mañana del domingo, era el de hacer la Ruta del Boquerón, así que al llegar a las Navas de Estena, buscamos el inicio de la ruta que esta donde se encuentra el Camping Lincetur. Delante del Camping hay una zona amplia donde se puede aparcar y allí dejamos nuestra Gaviota (N 39˚ 29ʹ 27” W 4˚ 31ʹ 38”), se puede ir un poco mas lejos donde también hay otra zona amplia para aparcar pero el camino es de tierra y con baches, así que la mejor elección fue esta. De paso visitamos el camping que estaba abierto, no había nadie, absolutamente nadie, que pena.
El plan que teníamos para la mañana del domingo, era el de hacer la Ruta del Boquerón, así que al llegar a las Navas de Estena, buscamos el inicio de la ruta que esta donde se encuentra el Camping Lincetur. Delante del Camping hay una zona amplia donde se puede aparcar y allí dejamos nuestra Gaviota (N 39˚ 29ʹ 27” W 4˚ 31ʹ 38”), se puede ir un poco mas lejos donde también hay otra zona amplia para aparcar pero el camino es de tierra y con baches, así que la mejor elección fue esta. De paso visitamos el camping que estaba abierto, no había nadie, absolutamente nadie, que pena.
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Al iniciar el recorrido vimos que había dos caminos diferentes, uno para la Ruta del Boquerón propiamente dicha y otro para subir a la Ermita que se veía presidiendo en todo lo alto aquel lugar. Decidimos hacer la Ruta del Boquerón porque había carteles anunciando que tardaríamos mas de dos horas en la ida y la vuelta. La ruta es muy bonita discurre a través de una garganta formada por los margenes del río Estena y es una zona que guarda fósiles de su pasado marítimo, no sabemos si por eso se llama la Ruta del Boquerón, pero el nombre recuerda precisamente que esta zona estaba cubierta por el mar, hace más de 400 millones de años. Es necesario llevar buen calzado porque hay tramos con mucha piedra suelta, el recorrido es muy bonito y llano, en su trayecto se cruza el río por un puente de madera, su paisaje es de mucha belleza, y volvimos a ver, entre otros arboles, muchas encinas, alcornoques, quejigos y algún abedul de grandes dimensiones. Vimos un espectacular fósil de un gusano marino gigante
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El caso es que aun no habían pasado dos horas y ya estábamos de vuelta, así que decidimos que teníamos tiempo para subir a la ermita, que parecía que estaba allí arriba dándonos gritos de “subir a verme !!!!”.
No se tarda mucho en subir, apenas media hora o menos, lo único es que la cuesta es muy empinada, pero cuando estas arriba merece la pena. La ermita es blanca y muy coqueta y encierra una virgen muy bonita que se puede ver a través de los cristales porque esta, lógicamente, cerrada. La vistas del pueblo y de todo el paraje desde arriba merecen mucho la pena, nos fuimos muy contentos de haber subido. El viaje a Cabañeros se había terminado solo nos quedaba comer y volver a casa. |
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