Viaje a Córdoba y sus pueblos en febrero de 2016 |
Conocer a fondo Córdoba y sus pueblos es algo que teníamos pendiente desde que estuvimos para visitar los patios. Fuimos de viernes a domingo y decidimos dedicar todo el tiempo a ver los patios, así que dejamos la ciudad para otra ocasión. Resultó algo duro pasar por delante de la Mezquita una y otra vez y no pasar a verla, pero íbamos “de patios” y cumplimos nuestro plan.
Este por lo tanto es el segundo viaje que hacemos a Córdoba en menos de un año, esta vez hemos estado desde el jueves por la noche hasta el domingo, Córdoba nos ha ocupado un día completo y el resto lo hemos dedicado a algunos municipios de la provincia.
Tenemos que decir que ha sido un viaje impactante. Córdoba, la Mezquita, los olivos, los vinos y sobre todo el paisaje que no te dejan indiferente, no era la primera vez que visitábamos Córdoba pero ahora con la Gaviota todo es diferente, siempre nos hemos alejado de los viajes programados y de todo aquello que huela al típico “turisteo”, ahora la Gaviota nos ha cambiado la forma de hacer las cosas, ahora somos mas viajeros y menos turistas, ambas cosas en las dosis correctas está bien pero a nosotros nos gusta mas el espirito viajero.
Este por lo tanto es el segundo viaje que hacemos a Córdoba en menos de un año, esta vez hemos estado desde el jueves por la noche hasta el domingo, Córdoba nos ha ocupado un día completo y el resto lo hemos dedicado a algunos municipios de la provincia.
Tenemos que decir que ha sido un viaje impactante. Córdoba, la Mezquita, los olivos, los vinos y sobre todo el paisaje que no te dejan indiferente, no era la primera vez que visitábamos Córdoba pero ahora con la Gaviota todo es diferente, siempre nos hemos alejado de los viajes programados y de todo aquello que huela al típico “turisteo”, ahora la Gaviota nos ha cambiado la forma de hacer las cosas, ahora somos mas viajeros y menos turistas, ambas cosas en las dosis correctas está bien pero a nosotros nos gusta mas el espirito viajero.
Jueves 18 de febrero, San Román de los Montes Córdoba.
Salimos el jueves después de comer con dirección a Córdoba. El viaje fue cómodo y no demasiado largo, llegamos al área de Córdoba antes de que se hiciera de noche. El área es estupenda (N 37º 52' 28'' / W 4º 47' 12'), una zona verde en el centro de Córdoba, lo único malo el suelo de gravilla y tierra. Habíamos leído en la guía de áreas que este carecía de servicio de carga y descarga de aguas, pero no es así, se puede desaguar sin problemas incluido el químico y también cargar agua aunque en este último caso hay una máquina a la que creo que hay que echarle monedas o fichas. |
Córdoba
Una vez situados nos fuimos hacia el centro de Córdoba, habíamos traído las bicicletas pero ahora por la noche y recién llegados nos apetecía ir al centro a pie. La verdad es que el paseo no puede ser mas agradable, nada mas salir de la zona del área estás situado en plena Avenida del Conde del Vallellano y solo hay que cruzar la calle para entrar por la Puerta de Sevilla que da acceso al barrio del Alcázar Viejo. Fue una gozada reencontrarse con este barrio tan pintoresco a los pocos minutos de haber llegado a Córdoba, pasear por sus calles con la luz de la noche nos recordó lo bien que lo habíamos pasado en mayo cuando estuvimos viendo aquí los patios, precisamente en este barrio estaban los mas visitados y aunque ahora hacia mas frÍo teníamos la sensación de haber estado hace solo unos días.
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Seguimos paseando por las calles estrechas del barrio del Alcázar Viejo hasta que llegamos a la Mezquita, la ves y te dices “ya estamos aquí”.
En este viaje tenemos la idea de conocer mas a fondo los vinos que se hacen por aquí así que para empezar nos metimos en unos de los bares que hay en el casco viejo, cerca de la Mezquita y pedimos un fino, nos pusieron de aperitivo una aceitunas que estaban muy ricas, en ese momento no le dimos importancia a lo de la aceituna pero mas adelante en el viaje comprendimos que esta es la región de las aceitunas así que poner aceitunas de aperitivo no es algo baladí. No pudimos empezar el viaje de mejor manera.
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Ya era tarde así que lo suyo era dar una vuelta y volver a la Gaviota para cenar y dormir, pero mientras dábamos la vuelta llegamos a la gran Avenida de la Victoria donde vimos al mercado del mismo nombre que ahora es uno de esos multi espacios donde puedes comer especialidades de todo tipo, así que como para salir corriendo a tomarnos el puré que nos espera en casa. Nos quedamos y nos dimos por cenados.
Nuestro reencuentro con Córdoba no pudo ser mejor y volvimos a la Gaviota dando un paseo por el lateral de la muralla hasta llegar al río y de ahí al cementerio (el área esta pegada a él) en lo que era una agradable noche Cordobesa.
Nuestro reencuentro con Córdoba no pudo ser mejor y volvimos a la Gaviota dando un paseo por el lateral de la muralla hasta llegar al río y de ahí al cementerio (el área esta pegada a él) en lo que era una agradable noche Cordobesa.
Viernes 19 de febrero, Córdoba.
Como de costumbre nos levantamos bastante temprano. Anoche estuvimos en las inmediaciones de la Oficina de Turismo (que está pegada a la Mezquita por el lado del río) y vimos que abren a las 9.30.
Así que cogimos las bicis y pusimos rumbo a la oficina de turismo. Córdoba dispone de carriles bicis por casi todas la vías principales y es una ciudad acostumbrada a ver gente en bicicleta, además es bastante plana con lo cual es una gozada usar la bici, las distancias son cortas pero la bici ayuda mucho.
Íbamos tan contentos pedaleando por las calles y casi terminamos en lo alto de Córdoba, el caso es que volvimos a pasar por delante de las murallas, esta vez de día.
Así que cogimos las bicis y pusimos rumbo a la oficina de turismo. Córdoba dispone de carriles bicis por casi todas la vías principales y es una ciudad acostumbrada a ver gente en bicicleta, además es bastante plana con lo cual es una gozada usar la bici, las distancias son cortas pero la bici ayuda mucho.
Íbamos tan contentos pedaleando por las calles y casi terminamos en lo alto de Córdoba, el caso es que volvimos a pasar por delante de las murallas, esta vez de día.
El Alcázar de CórdobaLlegamos a la Oficina de Turismo y allí mismo atamos la bicis, hay soportes para atarlas justo delante de la puerta (hay soportes de este tipo por todos lados), íbamos a dejarlas allí y hacer las visitas a pie. Mientras las atábamos llegó un chico con una bici de cuidad muy bonita y se lo dije, resultó que era un guía turístico de la ciudad, nos dio muy buen impresión, así que allí mismo contratamos la visita del Alcázar, la Mezquita y la Sinagoga con él.
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Fuimos los tres juntos andando hasta el Alcázar y allí nos juntamos con una neoyorquina que sabía algo de español. El Alcázar nos sorprendió muchísimo, quizás fuese porque íbamos con un guía estupendo (por cierto que la americana al poco se cambió a un grupo de habla inglesa) o quizás porque la mañana ayudaba mucho, pero la verdad es que pasamos un rato inolvidable. Alfonso XI (el hijo de Alfonso el sabio) lo construyó, pero lo mas destacado es que fue la residencia por un tiempo de Los Reyes Católicos, que fueron sus inquilinos durante su empeño en recuperar las tierras del sur. Este fue el sitio donde Cristóbal Colón solicitó los fondos para emprender su viaje para descubrir el Nuevo Mundo, justo en el jardín hay una estatua que representa ese momento. Los jardines tienen un encanto especial, los de arriba con una concepción árabe de aguas tranquilas y los de abajo con un sentido totalmente versallesco.
El Alcázar es de estilo mudéjar con tres torres, la del Río, la del Homenaje y la de los Leones. Vimos las estancias destinadas a la prisión, los baños árabes en sus sótanos y el Salón de los Mosaicos. Lo que mucha gente no sabe es que en el Alcázar estuvo la Santa Inquisición, es decir los muros del Alcázar atesoran una considerable porción de la historia. Por último subimos a las torres desde donde hay unas vistas impresionantes.
Córdoba desde la torre
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Salimos de allí y fuimos directos al barrio judío, transitamos por esas calles estrechas que hay en Córdoba y en las que nunca te cansas de pasear, con sus casas blancas y muchas macetas con flores ,esta zona es mas que ninguna la imagen de la ciudad. En el centro de la judería se encuentra la sinagoga, el templo más importante de esta comunidad. Me llama la atención que esta sinagoga, quizás como todas, está un poco oculta, esa forma de situar la sinagogas no se parece en nada con la religión católica donde las iglesias nunca quieren pasar desapercibidas, bien al contrario siempre pretendieron ser el edifico mas importante de cada comunidad.
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La SinagogaLa Sinagoga es sencillamente preciosa, el estilo mudéjar se muestra en este pequeño templo con una grandiosidad impactante. Es curioso que no tiene acceso directo a la calle sino que se llega a través de un pequeño patio. Pasó a ser escuela de párvulos en el siglo XIX, lo que me hace sospechar la escasa consideración que le daban a este pedazo de monumento los hombres de aquella época, afortunadamente algún tiempo después se descubrieron sus valores artísticos y fue declarada Monumento Nacional. Estuvimos un buen rato contemplándola y observando los muchos detalles que tiene de inmenso valor en tan reducido espacio.
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Al salir de la Sinagoga nos dirigíamos a la Mezquita para completar el recorrido de visitas de la mañana, aun íbamos acompañados por el guía y éste nos había dicho que si la ida y la vuelta de la Mezquita la hacíamos a buen ritmo nos llevaría a un sitio que el consideraba un lugar especial dentro de Córdoba, así que hicimos las callejuelas bastante deprisa para llegar a tiempo. El lugar (situado en la Plaza Agrupación de Cofradías) es una especie de tienda museo o mas bien una galería de pintura ya que se exponen piezas de arte hechas sobre piel. Este artesano Ramón García Romero recuperó, tras más de cincuenta años de trabajo estudio e investigación, el guarnecí omega surgido durante el Califato de Córdoba en el siglo X.
Casa: Ramón García Romero
Se trata de una exposición única en el mundo, realizada con técnicas omeyas, según los originarios guadamecíes que se realizaban junto con otras artes en Medina Azahar cuando Córdoba era el adorno del mundo. La visita me hizo reflexionar mucho, porque estábamos viendo algo inaudito, siempre que vemos una iglesia ,un cuadro u una escultura estamos ante un elemento histórico irreproducible hoy en día, porque seria impensable hacer hoy una catedral gótica, no solo por que resultara absurdo en si mismo, sino porque ademas hoy no se puede asumir el altísimo coste que tendría y sin embargo estábamos allí viendo unas piezas de cuero repujado con incrustaciones preciosas, hechas hoy mismo con técnicas que solo podemos conocer remontándonos muchísimos años atrás en la historia de Córdoba .… descolora. Pero el caso es que nos encantó que nuestro guía se molestara en traernos.
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Conviene pararse aquí y empapar la vista con el esplendor que representa hoy en día, pero sobre todo con lo que debió de suponer en el pasado, aunque en realidad no es sino el patio de acceso a lo que en tiempos fue Mezquita. Tiene la misma disposición y uso que los patios de acceso a muchas mezquitas islámicas actuales, la idea original es dejar en la puerta de la mezquita, al entrar en ella, no solo los zapatos, sino el ajetreo del día a día y la verdad es que funciona ,ya sea por sus fuentes, por sus hermosas vistas de la torre de la catedral o por el aroma de los naranjos
Después de imbuirnos durante un buen rato de la paz y la calma que te transmite el Patio de los Naranjos a pesar del ir y venir de los numerosos visitantes, pasamos a ver el interior de la Mezquita.
Desconozco si es por lo inmensamente cautivadora que es la Mezquita o porque la forma de viajar que tenemos ahora es tan distinta que todo se ve mejor y yo diría que en tres dimensiones, pero la verdad es que al entrar en la Mezquita -que tanto Charo como yo habíamos visto antes- se me quedó la boca abierta y no la cerré hasta mucho después de haber salido: Impresiona ….. y mucho.
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Cada día que pasa soy menos beligerante con las religiones y de forma especial con la nuestra, porque he llegado a la conclusión que hay miles y miles de sacerdotes de todas las creencias haciendo el bien para los demás sin pedir nada a cambio y que eso no se puede empañar por el comportamiento de algunos, pero en la Mezquita hubo un momento en que perdí la calma. La Mezquita es un lugar muy hermoso, tanto que si tuviéramos que elegir los tres lugares mas hermosos creados por el hombre, este sería uno de ellos. Su grandiosidad se cimienta en ser un espacio abierto e inmensamente grande, pero a la vez hermoso, muy hermoso. Así se creó y así debería haber sido siempre pero desde la reconquista la iglesia católica entro “a saco” y metieron una catedral en el mismísimo centro de la Mezquita, así que por un momento me llené de ira.
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Después, paseando por la Mezquita, uno asume la historia y sus avatares. Por otro lado allí dentro su embrujo te posee y te sientes flotar, hasta tal punto que terminé disfrutando de la Catedral católica, que además es muy bonita y espectacularmente grande, además quien soy yo para juzgar las circunstancias que vivieron los hombres de hace 1.300 años, vete a saber que hubiéramos hecho nosotros de haber vivido dicha época. Comenté con Charo este cúmulo de sensaciones y para ella habían sido idénticas.
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Salimos de la Catedral y decidimos irnos a comer a la Gaviota y poder descansar un rato, así que cogimos la bicis que teníamos aparcadas muy cerca y en unos escasos diez minutos estábamos en nuestra casa.
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Lo cierto es que la Mezquita no te deja indiferente. Hoy es la Catedral de Córdoba y como no podía ser de otra forma Patrimonio de la Humanidad, es sin duda el monumento más importante de todo el Occidente islámico y uno de los más asombrosos del mundo. Aunque es normal ver varios estilos en una Catedral en esta resulta particularmente impactante ver juntos el estilo gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana. Estuvimos un buen rato dentro a pesar de que hacía un frío horrible, nos llamó la atención y alguien dijo que sería un buen lugar para refugiarse en verano pero parece ser que no, que en invierno hace mucho frío y en verano mucho mas calor que en el exterior, incomprensible pero debe ser cierto.
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Las Caballerizas Reales |
Nos quedaban dos horas largas de luz por lo que cogimos nuevamente las bicis y nos dirigimos al barrio del Alcázar Viejo, desde el lugar que está el área estamos a escasos metros de la entrada del barrio y es la mejor forma de adentrarse en el casco histórico. Al poco de entrar en sus calles vimos las Caballerizas Reales, esta mañana hablamos visto en el Alcazar un caballo de las caballerizas y una chica nos dijo que a las 4 los caballos entrenan y se puede ver sin tener que sacar entrada, eran justo las cuatro y entramos. Pudimos ver las caballerizas y los carros de caballos así como algunos caballos andaluces preciosos, pero entrenar no entrenaban.
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Así que despide de pasear un rato cogimos el camino del río Guadalquivir, lo fuimos bordeando por el carril bici, dejando a nuestra izquierda el casco histórico y a la derecha el Guadalquivir. No dejamos de pedalear hasta que el recorrido gira a la derecha después de dejar atrás el casco histórico, siempre recorriendo el carril del río Guadalquivir parando de cuando en cuando.
La tarde era preciosa y la luz espléndida, al final llegamos a una zona verde muy amplia al borde del río, descansamos un rato y dimos media vuelta para llegar al Puente Romano, que recorrimos con las bicicletas hasta llegar al otro lado y volver al casco antiguo.El puente romano una tarde soleada es el lugar donde parece que se concentran todos los cordobeses y algunos turistas para pasear, no es extraño que Charo dijera “mira como el puente de Carlos en Praga”.
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La verdad es que pasear por la calles estrechas de esta zona de Cordoba es algo de lo que no te cansas, esta vez a diferencia de cuando estuvimos viendo los patios íbamos sin rumbo fijo lo cual hace que disfrutes mucho mas. Paseando por las calles de la judería muy cerca de la Mezquita volvimos a ver un lugar en el que estuvimos comiendo en Mayo que se llama los Patios de la Marquesa y es un espacio gastronómico y cultural, hay 16 puestos alrededor de varios patios con aire tradicional andaluz, en definitiva un típico multiespacio de mercado con ambiente andaluz. Pasamos dentro y estuvimos tentados de tomar algo, pero había que aprovechar el poco tiempo que restaba de luz.
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Paseamos y paseamos hasta que fue cayendo la tarde, al pasar por uno de los bares/restaurantes con terraza (hoy en día todos tienen terrazas para que puedan fumar los “enganchaos”) vimos una pizarra que decía: “si quieres saber el secreto del Palo Cortado, pide uno y pregúntale al camarero” toma ya!!!!!
El mensaje para nosotros no podía ser mas tentador. Resulta que desde hace tiempo venimos persiguiendo la historia que habíamos oído del palo cortado. Es un vino propio de las regiones vinícolas de Jerez y Montilla-Moriles, unos vinos a los que hemos de reconocer que no hamos hecho ni caso hasta hace poco tiempo, pero ahora que cada día somos mas aficionados a los vinos nos empezamos a interesar por estos que gozaban del mejor de nuestros desprecios sin saber muy bien porqué cuando los ingleses, que de esto saben mas que nosotros, los tienen en los altares. Al poco de interesarnos y empezar a conocerlos apareció la historia con tintes misteriosos del palo cortado. A saber: La concepción romántica de este vino/leyenda proviene de cuando los vinos “sucedían” antes de la implantación en las bodegas de la modernas técnicas de vinificación y la tecnología enológica al servicio de la calidad y la autenticidad. El capataz encontraba dentro de una partida de botas algunas que habían desarrollado algunas particularidades específicas y las apartaba de las demás, dándolas tiempo para que se definieran y poder continuar su crianza, de momento con la tiza marcaba en la barrica (aquí se llaman botas) un palo y lo cruzaba o cortaba con otro, de ahí la denominación de palo cortado. Algunos de estos olorosos encerrados durante décadas en sus botas, por circunstancias a veces incomprensibles, mostraban con el paso del tiempo una finura en nariz poco frecuente para un oloroso, en definitiva, eran joyas inclasificables y auténticas rarezas de los vinos olorosos. Es esta historia la que hoy en día ha creado el mito del palo cortado. Este si es un vino que no se “elabora” sino que “ocurre” y que tampoco se sabe muy bien cuáles son los factores que intervienen en este increíble proceso.
Lógicamente para nosotros aquel reclamo sobre el secreto del palo cortado se hizo irresistible y nos sentamos a pedir un par de copas, pero salió la camarera y nos dijo que aun estaba cerrado, así que estuvimos 45 minutos dando vueltas y haciendo tiempo, la verdad es que cada poco pasábamos por delante de la puerta y estábamos avergonzados cada vez que la chica nos veía. Por fin nos sentamos y pedimos los palos cortados, era la primera vez que los probábamos y es cierto que tienen una finura especial. El camarero vino a contarnos la historia, según nos dijo el vino en la botas deja un espacio de 1/3 para el aire, entre los dos espacios nace una capa a modo de costra denominada “velo de flor” este velo es imprescindible para la fermentación, pues bien, según el a veces ese velo desaparece sin saber porqué y vuelve a aparecer mucho tiempo después, por eso los capataces los apartaban, el caso es que esa segunda fermentación le da su finura: otra vez …. toma ya!!!!.
Así que nos tomamos nuestros palos cortados mas contentos que un par de castañuelas, fue uno de esos momentos mágicos que nunca olvidas en un viaje. No obstante por si acaso aquí queda escrito y será mas difícil que lo olvidemos.
Estábamos en plana judería en la calle Romero y a solo diez metros de la misma calle, en el nº 3, habíamos visto un restaurante muy mono con una carta sugerente, comida tradicional cordobesa pero con un toque mas actual, el nombre del restaurante se las trae porque se llama el Caravasar de Qurtuba, menos mal que cuento esto mediante la escritura porque sino imposible decirlo bien. El restaurante hace una cocina de fusión Cordobesa Arabe lo que ellos definieron como andalusí. De entrada nos pusieron como aperitivo una aceitunas, al verlas pensé “vaya unas simples aceitunas”, pero no las aceitunas estaban aliñadas de forma muy especial, tanto que aunque nos dijeron la receta solo recuerdo la naranja y el romero, pero si recuerdo que estaba especialmente buenas. Comimos mazamorra con sardina ahumada, Humus de pistacho, un plato con cordero que ya no recuerdo su nombre, y una espuma de arroz con leche de postre, total que cenamos de maravilla y a un precio muy razonable. Sin duda se ha metido por méritos propios en nuestra agenda de sitios a los que siempre volvemos cuando vamos de nuevo a esa ciudad.
Estábamos en febrero así que el restaurante no estaba lleno y en esas circunstancias es mas fácil charlas con los camareros. Terminamos hablando largo y tendido con el camarero que nos atendía de los vinos olorosos, personalmente me fascina entablar conversaciones en cualquier lugar de los sitios a donde viajamos porque resulta muy enriquecedor, considero que viajar no solo es conocer nuevos lugares sino también conocer a la gente que vive allí, y vaya que si fue enriquecedor, porque el camarero, que se llama Salah Eddine (un marroquí casado con una cordobesa), era un autentico experto en vinos olorosos, conversación muy agradable que nos terminó desvelando que el palo cortado que hoy en día se hace no tiene nada que ver con el azar y la magia de lo desconocido, sino que hoy se sabe como hacerlo gracias a las nuevas técnicas vinícolas de las que disfrutamos hoy en día …. bueno, nos destrozó la magia pero la conversación con el mereció la pena.
Por supuesto terminamos tomando un palo cortado elegido por él y compramos una botella porque estaba extraordinario, después cogimos nuestra bicis que seguían esperándonos donde siempre (al lado del punto de información) y nos fuimos a dormir que mañana vamos a emprender viaje para conocer otras localidades de Córdoba.
Montilla
Y emprendimos camino a Montilla. Al salir del área de Cordoba pagamos 22 euros, (hay una caseta que gestiona el asunto) parece ser que cobran 11 euros por día y se entiende como día el hecho de pasar la noche, así que nosotros hemos pasado dos noches y 22 euros de vellón, pero la verdad es que los hemos pagado con gusto porque el sitio merece la pena.
Hicimos solo 46 kilómetros y llegamos a Montilla. No tuvimos demasiado problema para aparcar porque los escasos 6 metros de la Gaviota nos facilitan mucho las cosas. No bajamos las bicicletas porque no parece que sea un sitio ideal para ir en bici.
Estábamos en Montilla así que nada mas aparcar empezamos a ver bodegas, pero no pensábamos que podíamos tener la suerte de entrar a una de ellas sin haber hecho la reserva de visita, el inconveniente de querer ser libres en los viajes es que a veces te quedas sin ver cosas interesantes porque requieren un mínimo de planificación. Así que cogimos la avenida Puerta del Aguilar hacia delante para llegar al corazón de Montilla, se trata de una calle relativamente estrecha que recientemente han restringido al tráfico y ahora es peatonal, al menos esa calle era peatonal y lo digo porque la primera sorpresa que nos depararía este pueblo es el culto al coche que procesa esta gente, aquí la autentica devoción no se manifiesta ante la virgen sino ante el coche. Según vas andando por sus calle principal y te adentras en las aledañas puedes comprobar que los lugareños pretenden llegar con el coche al salón de su casa.
Estábamos en Montilla así que nada mas aparcar empezamos a ver bodegas, pero no pensábamos que podíamos tener la suerte de entrar a una de ellas sin haber hecho la reserva de visita, el inconveniente de querer ser libres en los viajes es que a veces te quedas sin ver cosas interesantes porque requieren un mínimo de planificación. Así que cogimos la avenida Puerta del Aguilar hacia delante para llegar al corazón de Montilla, se trata de una calle relativamente estrecha que recientemente han restringido al tráfico y ahora es peatonal, al menos esa calle era peatonal y lo digo porque la primera sorpresa que nos depararía este pueblo es el culto al coche que procesa esta gente, aquí la autentica devoción no se manifiesta ante la virgen sino ante el coche. Según vas andando por sus calle principal y te adentras en las aledañas puedes comprobar que los lugareños pretenden llegar con el coche al salón de su casa.
Nos pusimos a buscar la oficina de turismo para conseguir un plano de la ciudad y la verdad es que nos costó bastante, pero gracias a unos y a otros (porque amables son muy amables) lo encontramos. Poco después llegamos a una de las plazas más emblemáticas de la ciudad, la Plaza de la Rosa donde se encuentra el teatro. Nos sorprendió mucho, sobre todo por el estado tan ruinoso de sus edificios, en especial de uno de ellos que debió de ser en su día un edificio espléndido de un arquitectura imponente.
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Nos quedamos bastante chafados, incluso en la plaza hay varios bares que deberían tener dispuestas las terrazas porque ya eran las 12 de la mañana, pero nada, luego nos dijeron que como la gente sale a partir de la 12,30 las ponen algo mas tarde….sin palabras.
Desde la plaza subimos por la calle mas empinada que veíamos porque sospechábamos que allí estaría el mirador y así era. El mirador no es más que un sitio con una barandilla y un banco que ofrece una bonita vista del paisaje de la zona. Hay que decir que estos pueblos que empezábamos a visitar hoy se encuadran dentro de la Cordillera Subbética y es de una gran belleza natural. Son Sierras de altitudes modestas pero llenas o más bien abarrotadas de olivos, lo que le da una imagen muy impactante, así que hasta ese momento era lo mejor de Montilla.
Gracias a haber encontrado el punto de información supimos que podíamos hacer una visita a la Bodega Alvear a las 12,30 horas (porque esta bodega se puede visitar a las horas fijadas sin necesidad de efectuar reserva ahora que no hay una gran afluencia de gente), así que una vez visto el mirador volvimos sobre nuestros pasos por la calle Corredera. Por el camino buscamos con ahínco un bar donde tomar una tapa de media mañana, lo que ya se ha convertido en una costumbre fija en nuestros viajes. Sorprendentemente no encontramos ni un solo bar y eso que se trata de un recorrido muy largo en su calle principal. Si duda se trata de algo excepcional, no creo que haya un solo pueblo en España con un fenómeno parecido y si le añadimos otra situación diferencial debe de ser la calle mas “única” que existe en este país y es que no sabríamos decir cuál es el número aproximado de zapaterías que hay en estas dos calles (Corredera y Puerta de Aguilar) porque seguro que pasan de 10, lo cual para una población de 20.000 habitantes es como para abastecer de zapatos a toda la provincia.
Al final conseguimos tomar algo y bajamos a la bodega.
Puede que Montilla no sea el pueblo más bonito del mundo, que sus casas estén mal cuidadas y que no se entienda donde se va la riqueza que aquí debería dar el vino y el aceite, pero cuando visitas una bodega y tienes la suerte de adentrarte en ese mundo tan impactante que es el de los vinos finos, olorosos, amontillados y Pedro Ximenez, te olvidas de todo. Nosotros siempre recordaremos Montilla gracias a la visita de la Bodega Alvear y siempre lo haremos con cariño y también recordaremos la vida que se respiraba en sus calles y lo amables que son sus gentes.
Puede que Montilla no sea el pueblo más bonito del mundo, que sus casas estén mal cuidadas y que no se entienda donde se va la riqueza que aquí debería dar el vino y el aceite, pero cuando visitas una bodega y tienes la suerte de adentrarte en ese mundo tan impactante que es el de los vinos finos, olorosos, amontillados y Pedro Ximenez, te olvidas de todo. Nosotros siempre recordaremos Montilla gracias a la visita de la Bodega Alvear y siempre lo haremos con cariño y también recordaremos la vida que se respiraba en sus calles y lo amables que son sus gentes.
Llegamos a la bodega diez minutos antes de la hora programada para su visita que era para las 12,30 y menos mal porque a las 12,30 en punto la persona encargada de la visita cerró la puerta, es decir, si nos hubiéramos retrasado un solo minuto no entramos.
La visita fue muy interesante y además tuvo su punto divertido porque había un grupo de chicas que venían de despedida de soltera de Teruel y traían disfrazada a la novia de racimo de uvas, llena de globos morados inflados por todo el cuerpo, no podía casi ni moverse la pobre pero estaba muy graciosa.
La visita fue muy interesante y además tuvo su punto divertido porque había un grupo de chicas que venían de despedida de soltera de Teruel y traían disfrazada a la novia de racimo de uvas, llena de globos morados inflados por todo el cuerpo, no podía casi ni moverse la pobre pero estaba muy graciosa.
Quedamos impresionados por lo profundo que es el tratamiento que le dan a estos vinos, hay unas diferencias tremendas con el proceso de elaboración de los vinos de mesa, porque estos vinos requieren siempre de muchos años dentro de la bota, porque en Cordoba a las barricas se les llama bota, botas que son siempre de roble americano. Ya veníamos con mucha lección aprendida por nuestra misteriosa pasión por el Palo Cortado, pero aun así fue impresionante adentrarnos en la tradición de años que se viene arrastrando para elaborar unos vinos tan nuestros. También entendimos las diferencias entre los vinos de Jerez y los de Montilla-Moriles, ya que al parecer en Córdoba no necesitan añadirles alcohol mientras que en Jerez si, lo que supone que los vinos de Jerez se encarecen mas en el precio y además según la guía son más cabezones ya que el alcohol que llevan añadido no es natural. Ya iremos a Jerez y veremos cual es su versión de esto, porque me imagino que será distinta.
Quizás lo mas interesante es que la bodega tiene una de las botas donde puedes ver el interior, es decir una de las tablas es de cristal y por dentro está iluminada, gracias a ello se puede ver el vino en fermentación con ese color dorado tan atractivo, el velo de flor que tiene encima (es decir la capa de levaduras. La flor está formada por levaduras, que no son otra cosa que hongos unicelulares es decir seres vivos) y el espacio de al menos 1/3 de aire para que pueda producirse la fermentación necesaria, porque una de las características de estos vinos es que la fermentación se hace dentro de las botas de madera de roble americano, no dentro de las tinajas y que se trata de una fermentación biológica. Todo el proceso es de una complejidad enorme y es solo posible gracias a la experiencia que se tiene tras muchos y muchos años de elaborarlos ¡Solo por ver esta bota iluminada y las explicaciones de la guía había merecido la pena venir a Montilla!
Salimos encantados de la bodega con una idea bastante clara de las diferencias entre unos vinos y otros y después de haber probado casi todas las variedades. Teníamos la Gaviota aparcada justo al lado de la Bodega Alvear así que perdimos poco tiempo en reemprender nuestro camino.
Cabra
Nuestro próximo destino era Cabra.
Supuestamente en Cabra hay un área con todos los servicios (37˚ 28´ 35” N 4˚ 26´ 31” W), pero no es así. El lugar es un aparcamiento de coches a la entrada misma de la zona centro (que comienza con un arco de obra del estilo del que se pone en la feria de Sevilla), pero donde no es muy agradable estar por lo inhóspito del lugar y porque está inclinado, además parece ser que hubo agua para repostar, en algún tiempo pasado, pero ya se sabe que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor, o al menos en este caso porque hoy en día no sale ni una gota y da la sensación de que lleva años sin que se use. Eso si ,se pueden vaciar aguas grises y negras.
Supuestamente en Cabra hay un área con todos los servicios (37˚ 28´ 35” N 4˚ 26´ 31” W), pero no es así. El lugar es un aparcamiento de coches a la entrada misma de la zona centro (que comienza con un arco de obra del estilo del que se pone en la feria de Sevilla), pero donde no es muy agradable estar por lo inhóspito del lugar y porque está inclinado, además parece ser que hubo agua para repostar, en algún tiempo pasado, pero ya se sabe que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor, o al menos en este caso porque hoy en día no sale ni una gota y da la sensación de que lleva años sin que se use. Eso si ,se pueden vaciar aguas grises y negras.
Así que pasamos por debajo del arco (de la Feria de Sevilla) camino del centro recorriendo la calle José Solís, como la calle está bastante inclinada no quisimos coger las bicicletas, ademas la tarde era muy agradable, hacia sol y una temperatura muy buena para pasear e incluso sentarse en una terracita. Era la hora de la comida y todos los comercios estaban cerrados, pero imaginamos que en días normales la calle debe de tener mucha vida.
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Llegamos al final de la calle, siempre hacia abajo, después de haber pasado por el bonito edifico del Ayuntamiento y nos encontramos una bonita plaza, la Plaza Vieja que es sin duda uno de los mejores lugares de Cabra y quizás el epicentro de la localidad.
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Cuando se fueron hice una foto al lugar donde quedaba un buen número de servilletas, todas no porque el viento se había llevado muchas ya. De todas forma ya habíamos notado al pasear por las calles que había una presencia exagerada de bolsas de patatas fritas ,frutos secos, papeles y demás desperdicios, todos ellos desperdigados por el suelo y no solo lo vimos aquí sino en pueblos tan espectaculares como el de Lucena. Afortunadamente no vimos tanta suciedad en Córdoba.
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Justo enfrente de la Plaza Vieja hay una zona verde bastante empinada que conduce a la zona alta donde están las murallas, la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción y el Castillo Palacio de los Condes de Cabra, es decir, lo mas granado de la cuidad.
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La Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción está ubicada en una plaza en la parte alta, la iglesia ocupa el centro de la plaza y es barroca, parece ser que su interior es impresionante, pero estaba cerrada a cal y canto. Frente a la Iglesia se encuentran las antiguas murallas defensivas de la ciudad. La muralla que se puede ver hoy en día es una recuperación de parte de la muralla que circundaba la villa y que se encontraba alrededor del Castillo de los Condes de Cabra donde se alza su Torre del Homenaje. Frente a la iglesia también hay una plazoleta desde donde se puede ver toda la zona del barrio del Cerro de la ciudad.
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El Castillo Palacio de los Condes de Cabra está ubicado a la entrada de la ciudad, entre el barrio de la Villa y la plaza Vieja y queda justo detrás de la iglesia de Sra. de la Asunción. El espacio que ocupa la construcción ( o lo que aún queda de ella) sigue siendo muy grande, destacando un patio de armas capaz de albergar varios miles de soldados, desde allí hay una bonita vista de la Plaza Vieja a la que por supuesto hicimos una foto.
Esta parte de la ciudad es preciosa, da gusto pasear por esta zona que ofrece unas vistas incomparables.
Otra vez camino de vuelta para coger la Gaviota y seguir con nuestra ruta, para lo que volvimos a tomar la calle por donde hablamos venido ahora cuesta arriba.
Otra vez camino de vuelta para coger la Gaviota y seguir con nuestra ruta, para lo que volvimos a tomar la calle por donde hablamos venido ahora cuesta arriba.
El señor que nos había orientado hizo muchísimo hincapié en que no dejáramos de ver el Sagrario de San Mateo, así que continuamos por la calle San Pedro hacia delante para ver ese magnífico Sagrario. Según íbamos paseando pasamos por un rincón de la calle donde estaban las mesas y sillas de una terraza de un bar, ahora no había nadie pero era evidente de que esa mañana había estado llena porque quedaban los restos de lo que parecía que había sido una batalla de servilletas al aire, es decir otra vez veíamos esa costumbre que ya habíamos visto en Cabra de llenar el suelo de servilletas de papel, ojalá alguien con mando en plaza se tome en serio este asunto porque parece incompatible tanta porquería con sitios tan bonitos como Lucena.
Seguimos paseando y llegamos a la plaza de España, estaba en obras pero es una plaza muy coqueta con un suelo a modo de mosaicos muy bonito, al lado estaba el museo arqueológico, pero no había tiempo para ello, así que pasamos desde el museo hasta la Plaza San Miguel.
La plaza es sin duda el centro neurálgico de la ciudad, es amplia y diáfana y tiene ese aspecto que tienen las plazas grandiosas, con todos sus edificios a la vista, es diametralmente distinta en su concepción a la plaza de España, en esta última hay un par de filas de plátanos que brindan una sombra estupenda en esos días de verano en los que por aquí parece que la tierra va a salir ardiendo. En la plaza de San Miguel por contra se ha renunciado a la sombra para que todos los edificios que la rodean puedan brillar y formar entre todos un conjunto armonioso. Al entrar nos impactó tanto que nos dirigimos al mercado de abastos creyendo que era la Parroquia de San Mateo, sin duda es una plaza preciosa. Lamentablemente nosotros íbamos contra reloj porque a cada segundo el sol se ocultaba un poco mas y tuvimos poco tiempo para disfrutarla pero fue suficiente para observar el elegante edificio del Ayuntamiento, edifico que parece ser que ha sufrido muchas reformas siempre conservando el carácter de edifico emblemático.
En ese momento teníamos frente a nosotros la Parroquia de San Mateo, así que nos decidimos a entrar para ver el recomendado Sagrario. Creo recordar que eran las 6,30 y estaban en mitad de una misa, es mas, se trataba de un funeral debidamente anunciado a la entrada. Charo se negó en rotundo a entrar por respeto a la ceremonia y porque así lo pedían amablemente en un panel de la entrada, yo intenté convencerla “mira, si no vamos a molestar a nadie, que ya verás que seremos muy respetuosos” pero ella no cedió ni un milímetro. En mi cabeza pesaba mucho mas que o entrábamos o no veíamos el Sagrario y ni me plantee otra opción que no fuera entrar, pero solo porque ella se quedó fuera. La verdad es que no molesté absolutamente a nadie, al entrar por el fondo los feligreses mas cercanos estaban al menos a 10 metros. Con mas cargo de conciencia que otra cosa busqué el Sagrario y allí estaba, en la parte de atrás de la iglesia y a la derecha, he de reconocer que en plena fechoría -porque en ese momento mi falta de respeto pesaba mucho mas que la obsesión de irme sin verlo - andaba con la sensación de que alguien se me iba a acercar por detrás poniendo la mano sobre mi hombro y llamándome la atención porque no debería haber entrado en plan turista. El caso es que llegue a la Sacristía y quedé impresionado, se trata de una pequeña capilla barroca con una decoración espectacular. Puestos a sobrecargar mi conciencia saque el móvil con mucho disimulo y lo puse a la altura del pecho, enfocando a bulto y disparé una foto, hacer una foto de forma convencional me parecía un descaro. En total no estuve viendo el Sagrario mas de 3 minutos, cuando salí ni siquiera mire la foto que había hecho porque me sentía culpable ante Charo. Si hubiera sido verdad aquello que decíamos de pequeños de que “te va a castigar Dios” esta hubiese sido una prueba rotunda porque cayó sobre mi como si de una losa se tratara el sentimiento de culpa y para colmo horas después miré la foto y estaba completamente desenfocada, así que la foto que se ve aquí no es mía sino que es del Sr. Google.
Priego de Córdoba
Y volvimos a la Gaviota poniendo rumbo a Priego de Cordoba.
Llegamos a las 8 de la tarde al área de Priego de Cordoba (N 37º 26' 37'' / W 4º 12' 43’’), está perfectamente y tiene todos los servicios, se encuentra en un Parque al extremo del pueblo y el área está al final del parque en la parte mas baja del mismo, con lo cual cuando llegas al área da un poco de pereza subir la cuesta andando para desde la entrada del parque acercarse al pueblo que además queda un poco lejos. Nosotros tuvimos un amplio debate sobre si salir o no y al final nos quedamos -con división de opiniones- tranquilamente asentados para cenar un estupendo puré de verduras. Si bien el área está bien iluminada no es menos cierto que en invierno queda muy apartada y solitaria, afortunadamente no estábamos solos porque había otra autocaravana.
Llegamos a las 8 de la tarde al área de Priego de Cordoba (N 37º 26' 37'' / W 4º 12' 43’’), está perfectamente y tiene todos los servicios, se encuentra en un Parque al extremo del pueblo y el área está al final del parque en la parte mas baja del mismo, con lo cual cuando llegas al área da un poco de pereza subir la cuesta andando para desde la entrada del parque acercarse al pueblo que además queda un poco lejos. Nosotros tuvimos un amplio debate sobre si salir o no y al final nos quedamos -con división de opiniones- tranquilamente asentados para cenar un estupendo puré de verduras. Si bien el área está bien iluminada no es menos cierto que en invierno queda muy apartada y solitaria, afortunadamente no estábamos solos porque había otra autocaravana.
Domingo 21 de febrero, Priego de Córdoba, Montero y vuelta a casa.Nos levantamos bien temprano porque en el programa que traíamos solo estaba la visita a Priego de Córdoba pero en el flamante restaurante de la ultima noche de Córdoba una chica nos habló de Montoro y queríamos verlo como cierre de este viaje.
Ayer estuvimos dando una vuelta con la Gaviota por el pueblo y vimos que era muy llano y por lo tanto ideal para llevar las bicicletas, pero dejar la Gaviota en la parte baja del Parque (el área) y subir toda la cuesta para acercarse al pueblo no era una opción muy deseable, no tiene sentido porque estamos en invierno y es relativamente fácil aparcar en la avenida que hay arriba fuera del parque y que va directa al pueblo, se trata de la Av. de D. Niceto Alcalá Zamora (el primer presidente de la segunda república, natural de Priego). Allí encontramos un sitio en batería donde cabe bien nuestra Gaviota gracias a que solo ocupa 6 metros (bueno, un poco mas con el portabicis) |
Priego de Córdoba es llamada "Ciudad del agua" por la multitud de manantiales que brotan en su entorno y "Joya del Barroco Cordobés" por el número de construcciones de estilo barroco que posee, pero si todos esos títulos están bien yo solo le daría uno, Priego es sencillamente precioso y el paseo en bici esa mañana ha sido de lo mejor de este viaje, aquí como en tantos otros sitios de estos días hemos disfrutado de la amable conversación de su gente y del paisaje que se puede ver desde lo alto de la localidad, porque aunque se encuentra en una pequeña planicie agradable para pasear Priego está en una zona dominante sobre los espectaculares paisajes del Parque Natural de la Sierra Subjetiva. Es de esos sitios donde quisiéramos volver con mas tiempo, porque no solo la localidad te engancha sino que además se encuadra en un paisaje que bien merece ser recorrido a pie a través de los senderos de la zona.
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El Ayuntamiento de Priego
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El caso es que dimos varias vueltas con las bicis contemplando los edificios de la Calle del Rio, hasta que decidimos entrar en la Fuente del Rey.
Llegas al final de la calle y te encuentras casi de lleno con el amplio espacio donde se ubica la Fuente, te sientes por un momento transportado a los jardines de Versalles o quizás mas propiamente al Palacio de la Granja de San Ildefonso. No es difícil entender el cariño que le tienen los habitantes de este lugar a este gran estanque barroco de tres niveles con 139 caños de los que mana agua de un manantial natural de manera continua e ininterrumpida desde hace siglos y que al parecer apenas ve mermado su caudal ni siquiera en las peores épocas de sequía. Dada la configuración de la fuente puede que haya momentos espectaculares por la cantidad de agua que salga, en el momento que nosotros estuvimos no mucha agua pero si salía por cada uno de sus caños La fuente está declarada Monumento Nacional.
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El caso es que después de haber visto Priego y antes de irnos volvimos para volver a verla y entonces hablamos con un vecino de la localidad que nos dijo que San Francisco, aunque es la mas pequeña de las tres principales iglesias barrocas, es la mas querida por los prieguenses debido a que de ella sale el paso de Jesus Nazareno el Viernes Santo. Quizás fuese ese el encanto que percibía en aquella pequeña y bonita iglesia barroca, después investigando leí el siguiente relato “La mañana del Viernes Santo el aire huele de otra manera, se dice que todo el mundo es nazareno ese día en Priego de Córdoba.Antes de las 11 de la mañana, la multitud se apiña en el Compás de San Francisco a la espera de ver aparecer la imagen de Jesús Nazareno que, a esa hora en punto, sobre su trono, hace su salida de la iglesia de San Francisco ante la multitud que le aclama. Marcando el paso, los tambores y cornetas imprimen un ritmo breve, repetitivo, desgarrador, que queda grabado en todos cuantos lo oyen….” y buscando en internet descubrí el apasionante video que inserto en este relato.
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Estuvimos después dando un paseo por el mirador del niño con el tirachinas que se encuentra por la parte exterior del pintoresco Barrio de la Villa (declarado Conjunto Histórico-Artístico). Desde este mirador hay unas vistas espectaculares de toda la sierra cordobesa, que forma parte del Parque Natural de las Sierras Subbéticas de Córdoba. Desde aquí se puede comprobar que hay diferentes itinerarios para realizar senderismo por la sierra, así como una vía verde.
Para terminar nuestro periplo eclesiástico fuimos a ver la Iglesia de la Aurora, el exterior es bonito pero no hace presagiar su llamativo interior ya que resulta difícil encontrar un espacio libre debido a la exuberante decoración barroca que presenta, que cubre la cúpula y bóveda distribuyéndose también alrededor de las ventanas.
Por último antes de irnos paseamos por toda la parte aledaña al mirador y a la Iglesia de Nuestra Señora de Asunción, zonas muy agradables para pasear y tomar algo y por cierto muy limpias. Pero nosotros aun queríamos ver Montoro antes de volver a casa, así que no pudimos quedarnos mas tiempo en esta bonita localidad.
La Sierra Subbética
El recorrido hacia Montoro fue a través de la Sierra Subbética, tardamos en hacer los casi 90 kilómetros una hora y media largas. Lo hicimos siempre por carreteras interiores y fue un completo acierto, porque disfrutamos muchísimo del paisaje. Durante estos días en Córdoba hemos podido darnos cuenta del paisaje tan bonito que nos lleva acompañando todo el tiempo, pero el viaje desde Priego hasta Montoro fue el remate. Lamentablemente el día no era perfecto porque aunque el cielo estaba despejado y se veía el sol, no puede decirse que brillase, porque era uno de esos días que solo hay de cuando en cuando con calima, así que la visibilidad era algo limitada. Aún así fuimos tan contentos y apasionados por el recorrido que teníamos que parar de cuando en cuando. Las carreteras interiores que transitamos no eran malas, algo estrechas eso si, pero como no nos encontramos en todo el recorrido mas que un par de coches y un ciclista no hubo ningún problema.
Y al final después de casi dos horas debido a las paradas, llegamos a Montoro.
Los avances de hoy en día son estupendos porque al llegar habíamos aparcado al pie del pueblo para disfrutar de las vistas al Rio Guadalquivir y Charo cogió el Google Maps y puso ir desde nuestra localización (donde hablamos dejado la Gaviota) hasta el centro de Montoro en bicicleta (tiene opción a pie, en bicicleta y en coche), pues bien, nos dijo que unos dos kilómetros pero había que subir un montón de cuestas, así que decidimos que las bicis se quedaban en la gaviota y subir la dichosa cuesta a pie. |
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Montoro se ubica en la ladera de una montaña al borde del río, las casas de amontonan justo al borde de la parte mas alta de la ladera de la montaña de manera que recuerda un poco a Cuenca solo que las casas no se prolongan en el vacío.
Se trata de una localidad mas bien grande pero quizás la mas pequeña de la que hemos visto estos días con tan solo 10.000 habitantes lo que para la zona no es mucho.
Subimos por la calle principal que llegaba a la plaza principal del municipio donde está la Iglesia y el Ayuntamiento y pudimos ver el aspecto recio de esta localidad. De entre las cosas que vimos nos llamó la atención que en las casas que dan al acantilado del río los propietarios dejan las puertas abiertas para que puedas entrar hasta la cancela (esta si estaba cerrada) y ver a través de ella las ventanas de la casa con las estupendas vistas al río Guadalquivir.
Subimos por la calle principal que llegaba a la plaza principal del municipio donde está la Iglesia y el Ayuntamiento y pudimos ver el aspecto recio de esta localidad. De entre las cosas que vimos nos llamó la atención que en las casas que dan al acantilado del río los propietarios dejan las puertas abiertas para que puedas entrar hasta la cancela (esta si estaba cerrada) y ver a través de ella las ventanas de la casa con las estupendas vistas al río Guadalquivir.
Subimos y subimos para después bajar por el otro lado de la plaza hasta llegar a la Casa de las Conchas. No es una casa muy antigua pero ha ganado una considerable reputación porque la fachada está hecha con incrustaciones de conchas que a veces asemejan figuras.
Lo mejor de Montoro sin duda es el conjunto paisajístico que forma el pueblo con sus casas formando parte integral de la empinada montaña que mira al río y el valle.