Nuestra parada para pasar a tarde y la noche era Orio, llegamos alrededor de las 4 de la tarde, como somos unos completos novamos decidimos ir al Camping de Orio, que está al lado de la playa y ya probaríamos otro día eso de acampar por libre con la AC, no habíamos reservado plaza en el Camping porque los del camping nos dijeron que ellos no hacían reservas, pensamos: será que no se llena nunca. Resulto lo contrario, no hacen reservas porque lo tienen hasta la bandera, y les da igual, el primero que llega se mete y el que llega tarde se va a la calle. Eso fue lo que nos pasó, estaba lleno y no nos dejaron entrar. Así que nos tocaba dormir en la calle. Pero resulto ser una buena noticia. Un poco más adelante, es decir a unos cincuenta metros del camping había un rotonda y esta daba acceso a un aparcamiento de pago. Pero solo se paga hasta las 8 de la noche, por lo que nos quedamos allí pusimos un ticket de aparcamiento y nos fuimos al centro del pueblo. Orio es una pequeña población con algo más de 5.000 habitantes, lo que normalmente llamamos un pueblo, pero en este caso con mucho movimiento estival. Nos pareció un lugar chocante porque la infraestructura urbana y sus casas tienen un nivel medio alto, mientras que la gente parece no haber entrado en la sociedad de consumo, algo inevitable cuando sube el nivel económico, pero que aquí parece no haber pasado. Como siempre en el país vasco te vuelves loco con los pinchos y a las 7 de la tarde ya nos habíamos comido cuatro. No obstante, algo después, cenamos un chuletón al borde del puerto. Acostumbrados a los precios de Talavera nos pareció caro, pero estupendo.
Así que nos tocaba nuestra primera noche de acampada libre. Y fue genial. Dormimos a pocos metros del mar, junto a una quincena de otras AC, casi todos vascos, y muy tranquilos a pesar de que a media noche nos cayó una tromba de agua (una tormenta de verano) así que tuve que levantarme corriendo a cerrar la claraboyas de la AC para que no se metiera el agua dentro. Dormimos de un tirón hasta el amanecer. Nos habíamos acostado con el mar a un lado y con una especie de granja avícola justo al lado contrario, es algo peculiar y a nuestro parecer –que amamos las gallinas- una genial idea, así que al amanecer los gallos empezaron a competir con los despertadores. Nos despertaron un poco, pero somos de buen dormir y la cama de la AC es estupenda.
Domingo 5 La Flotte y el Camping
Por la mañana estaba muy nublado en Orio, pero aun así nos dimos un paseo por la playa que estaba completamente vacía y disfrutamos de la sensación de libertad y privilegio que nos ha dado la AC en nuestra primera noche. Es difícil de explicar lo contentos que estábamos.
Y emprendimos camino hacia Francia, desayunamos primero en Zarauz, porque no teníamos previsto desayunar de acampada libre y nos faltaban algunas cosas. En el país vasco se desayuna de maravilla así que la falta de previsión nos vino de perlas. Y emprendimos camino hacia Francia.
Las sensaciones con la AC son estupendas, es una furgoneta pero es pequeña y tiene 155 cv con lo que es muy fácil de conducir. El viaje fue estupendo, muchas paradas para pagar autopistas francesas y un total de 88 euros que salieron del presupuesto. Durante el camino no paramos de ver autocaravanas y caravanas y nos dio por contarlas, lo hicimos durante un tramo de 50 km y en total vimos casi 150 vehículos de los cuales casi dos tercios era autocaravanas, también llamaba la atención la cantidad de caravanas remolcadas por una furgoneta y que la mayoría eran caravanas de las mas grandes, incluso vimos muchas de doble eje. Es evidente que en Francia y en otros países europeos, con una sociedad más evolucionada, se ven las cosas de otra manera.
Y emprendimos camino hacia Francia, desayunamos primero en Zarauz, porque no teníamos previsto desayunar de acampada libre y nos faltaban algunas cosas. En el país vasco se desayuna de maravilla así que la falta de previsión nos vino de perlas. Y emprendimos camino hacia Francia.
Las sensaciones con la AC son estupendas, es una furgoneta pero es pequeña y tiene 155 cv con lo que es muy fácil de conducir. El viaje fue estupendo, muchas paradas para pagar autopistas francesas y un total de 88 euros que salieron del presupuesto. Durante el camino no paramos de ver autocaravanas y caravanas y nos dio por contarlas, lo hicimos durante un tramo de 50 km y en total vimos casi 150 vehículos de los cuales casi dos tercios era autocaravanas, también llamaba la atención la cantidad de caravanas remolcadas por una furgoneta y que la mayoría eran caravanas de las mas grandes, incluso vimos muchas de doble eje. Es evidente que en Francia y en otros países europeos, con una sociedad más evolucionada, se ven las cosas de otra manera.
Por fin llegamos a la Isla de Re, para acceder a ella se llega a La Rochelle y se atraviesa un puente de peaje, que cuesta 16 euros, ellos dicen que ese suculento ingreso les sirve para cuidar el medio ambiente, no me parece mal pero que solo paguemos los forasteros es un trato desigual que alguien de esos muchos que hay en Bruselas debería de revisar.
Llagamos al camping con alguna dificultad porque el estupendo Tom Tom nuevo que hemos comprado no se entera del asunto de las coordenadas (después supimos que eramos nosotros los que no nos enterábamos del Tom Tom). El Camping La Grainetiere esta entre los de cuatro estrellas y es estupendo en todo, además incomprensiblemente esta en oferta en la guía ASCI hasta el día 9, es decir desde el día 5 hasta el día 9 solo pagaremos 16 euros, el último día 41 euros. Y digo incomprensiblemente, porque el camping está completamente lleno, de la misma forma que lo está la isla. Los campistas son sobre todo ingleses, holandeses y franceses y belgas, no he visto ningún alemán, será casualidad. El nivel d vehículos que llevan es apabullante, y no solo por los vehículos sino por la cantidad de cosas que sacan, van muy preparados, incluso los que vienen en tiendas o carro tienda llaman la atención por el nivel de confort que destilan. La educación, y el respeto hacia los demás es llamativo, hay niños pero parecen todos angelitos, solo te das cuenta porque te cruzas con ellos y te sonríen. |
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Pues bien aparcamos la caravana y nos fuimos a La Flote que es el municipio de la Isla de Re donde nos encontramos, en realidad a unos 2 km del centro. La Flote tiene 2.900 habitantes y es un pueblo precioso al borde del mar. Estuvimos por el puerto callejeando y viendo sus restaurantes y tiendas y es todo muy caro, de calidad, pero caro. Afortunadamente tenemos nuestra AC y vamos a probar la sensación de comer lo que queramos como en casa, es decir en nuestra pequeña casa con ruedas. Hay un pequeño Carrefour de barrio, en el centro y nos compramos algunas cosas para cenar frio y compramos cosas para cenar y una botella de rosado, estamos en Francia y aquí el rosado es muy popular últimamente., así que terminamos el día en nuestro porche, nos sentamos a cenar y fue una gozada, aunque no tenemos los farolillos que tienen casi todos nuestros vecinos (unos farolillos con velas que quedan muy románticos a cada lado del porche).
Después vimos una peli en nuestra tele y nos acostamos.
Después vimos una peli en nuestra tele y nos acostamos.
Lunes 6, San Martin de Re
Por la mañana, cogimos nuestras bicis y fuimos al mercado, que se abre todos los días de 8 a 13 horas, en el centro de La Flotte, se trata de un tipo de mercado muy popular en buena parte de Europa, mercados al aire libre, con puestos muy cuidados donde la idea es comprar para la cesta de la compra, pero con la filosofía de que en un gran número de puestos se los compres directamente al productor de la zona. En nuestros viajes anteriores los mirábamos con envidia, pero no teníamos AC y comprar cosas para comer en la habitación del hotel era un disparate, así que había llegado nuestro momento y compramos algunas cosas. |
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Las bicicletas son para el verano
Llevamos las cosas al Camping y volvimos acoger las bicis para dirigirnos por una de los “Itenéraires Cyclables”. Se puede recorrer toda la isla en bici, en casi cualquier sitio obtienes un mapa de estos itinerarios y desde luego es lo más aconsejable, de punta a punta de l isla, que tiene 30 km de largo y 5 km de ancho. Es curioso que han conseguido que todos los que venimos vayamos en bici, así que para los que no la traen hay un considerable negocio montado de alquiler de bicicletas, en las poblaciones es casi imposible que no haya uno cada 100 metros. Así que por 8 euros al día (algo menos si son más días) se pueden alquilar. Todo el mundo va en bicicleta, además son muy populares los carritos para enganchar en la bici y llevar al niño dentro, o bien una especie de pequeña bicicleta enganchada, si el niño ya es más mayor, aquí no hay escusas, la gente deja los coches parados y van en bicicleta.
Llevamos las cosas al Camping y volvimos acoger las bicis para dirigirnos por una de los “Itenéraires Cyclables”. Se puede recorrer toda la isla en bici, en casi cualquier sitio obtienes un mapa de estos itinerarios y desde luego es lo más aconsejable, de punta a punta de l isla, que tiene 30 km de largo y 5 km de ancho. Es curioso que han conseguido que todos los que venimos vayamos en bici, así que para los que no la traen hay un considerable negocio montado de alquiler de bicicletas, en las poblaciones es casi imposible que no haya uno cada 100 metros. Así que por 8 euros al día (algo menos si son más días) se pueden alquilar. Todo el mundo va en bicicleta, además son muy populares los carritos para enganchar en la bici y llevar al niño dentro, o bien una especie de pequeña bicicleta enganchada, si el niño ya es más mayor, aquí no hay escusas, la gente deja los coches parados y van en bicicleta.
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Así que entramos en San Martin de Re, otra pequeña localidad, incluso más bonita que La Flotte, de dónde venimos, aparcamos las bicis y nos pusimos a pasear, San Martin nos encanto, hacia un poco de calor pero aun así daba gusto pasear. Nos comimos unos sándwiches que llevamos en la bolsa, sentados en un parque de la parte alta y luego bajamos a la parte del embarcadero a sentarnos en una terracita a tomarnos unas cervezas. Venimos con frecuencia a Francia casi cada año, pero no nos acostumbramos a los precios de cualquier cosa que sea restauración, bebida, comida, da igual, supongo que habrá una razón para que sea tena caro, pero como consumidor agobia un poco. Así que fueron las cervezas más caras del año, hasta ese momento, la mía era de medio y la de Charo algo más pequeña, 6 euros la de medio y 3 euros la otra, total 9 euros por la broma, como dice Charo aquí afeitan en seco. |
Las Ostras de la Isla camino de La Cuarde Sur Mer,
Tras la cerveza aun dimos algún paseo a pie por el puerto deportivo, que es más grande de lo que parece a primera vista, y volvimos a subirnos a la bicicleta camino de La Cuarde Sur Mer, Lo mejor de ir hacia La Cuarde, es la ruta de bicicleta que va todo el pegada al mar, y no mucho después de haber dejado San Martin encontramos un sitio donde servían ostras. La Isla es famosa entre otras cosas por su sal y por sus ostras, y acabamos de encontrar un lugar precioso al borde del mar, donde tienen los criaderos de ostras y donde puedes comer las que quieras a un precio muy razonable, máxime si atendemos a que son de una gran calidad. Nos sentamos en una de las mesas altas que tienen y nos comimos seis ostras y un vaso de vino. No debió ser caro, ni siquiera el vino porque no me acuerdo del precio. Mientras estábamos allí veíamos en la costa del mar que teníamos delante, como trabajaban en el criadero de ostras, fue uno de los mejores momentos de este viaje. Martes 7 La Rochelle |
Luego llegamos a La Cuarde Sur Mer, es un pueblo tranquilo y sencillo, tan bonito como todos por aquí. Hemos de reconocer que no le prestamos demasiada atención, seguro que fue injusto, pero llevamos los ojos empapados de San Martin y el criadero de ostras y la sensibilidad humana, o al menos la nuestra, tiene un límite. Llegamos a nuestra “Gaviota” que nos esperaba en el camping y nos preparamos un pasta boloñesa que supo de maravilla, mañana nos esperaba un viaje en bici con bastantes kilómetros. |
El día anterior ya habíamos decido que hoy íbamos a La Rochelle en bicicleta, son unos 20 kilómetros desde La Flote, lo cual iba a suponer unos 45 km en total, si les sumamos los que hiciéramos dentro de la Rochelle. Había que salir de la Isla por lo que tendríamos que coger el puente que une la isla con La Rochele. Más allá del esfuerzo habíamos oído hablar de que era un viaje que merecía la pena, existe un carril especial para bicicletas y además no pagas los 19 euros del peaje del puente, es decir no te cobran nada por pasar el puente con la bici.
El viaje realmente fue espectacular en todos los sentidos, el esfuerzo fue considerable porque el puente se divide en dos partes iguales, una de subida y otra de bajada, asi que la dichosa subida, cuesta lo suyo. Pero antes de llegar al pùente recorrido desde La Flote a Ribedoux Plage –que es la localidad que esta donde empieza el puente hacia La Rochelle- es precioso, desde poco después de La Flote Hasta un poco antes de Ribedoux, vas a través de arboles, es un viaje que merece la pena. |
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Después de mucho pedalear (más bien muchísimo) y de pasar bastante calor, llegamos a La Rochele. Se trata de una localidad muy bonita y elegante, que recuerda de alguna manera a Paris por su arquitectura. Llegamos al centro en bicicleta y luego pusimos pie a tierra. Pasamos todo el día en La Rochelle, paseando por sus calles. La Róchele tiene una casco antiguo dividido en cuatro barrios (Quartieres), muy fácil de transitar donde todo va desde el “Quartier du Marché” hasta el Puerto, donde a la 1 nos pusimos a comer unas “moules et frites” , es curioso que los mejillones con patatas fritas están por todos lados de la costa francesa y llegas a pensar que es algo propio de la gastronomía de aquí, pero se trata una vez mas de esa curiosda habilidad que tienen los franceses de vender bien cualquier producto sea propio o sea importado, hasta el punto que te puede hacer creer que el plato nacional de los belgas (los mejillones con patas fritas) es francés de toda la vida. Lo mismo hacen con el queso de Gruyere, o con la Raclete, y ya están empezando con la paella, hay paella por todos lados, hacen las paellas en una paellera especial de acero inoxidable, de tamañas proporciones –con su sistema de fuego incorporado- algo muy aparente. Cualquier día le toman la medida el Jamón ibérico.
Después de pasar un día estupendo en La Róchele, pusimos rumbo de regreso a La Flote. Cuando ya estábamos en la Isla el cielo empezó a ponerse negro, mas bien muy negro y pensamos que iba a llover. Mientras pedaleábamos Charo me preguntó: “¿tu recuerdas si hemos dejado abiertas las claraboyas de la autocaravana?”. Llegamos a la conclusión de que efectivamente estaban abiertas, así que no volvimos a decir palabra, apretamos el ritmo todo lo que pudimos y en esas estábamos cuando empezó a llover, aun nos quedaban 5 kilómetros y ya llovía, no demasiado, pero llovía, en nuestra cabeza no dejábamos de ver la imagen de nuestra autocaravana llenándose de agua como si de un deposito se tratara.
Llegamos al limite de las fuerzas al camping, ya había dejado de llover, y entramos como posesos a la autocaravana, pero no, no había agua dentro, parece que las claraboyas están bien diseñadas, no obstante no volveremos a caer en esta torpeza. O si.
Después de pasar un día estupendo en La Róchele, pusimos rumbo de regreso a La Flote. Cuando ya estábamos en la Isla el cielo empezó a ponerse negro, mas bien muy negro y pensamos que iba a llover. Mientras pedaleábamos Charo me preguntó: “¿tu recuerdas si hemos dejado abiertas las claraboyas de la autocaravana?”. Llegamos a la conclusión de que efectivamente estaban abiertas, así que no volvimos a decir palabra, apretamos el ritmo todo lo que pudimos y en esas estábamos cuando empezó a llover, aun nos quedaban 5 kilómetros y ya llovía, no demasiado, pero llovía, en nuestra cabeza no dejábamos de ver la imagen de nuestra autocaravana llenándose de agua como si de un deposito se tratara.
Llegamos al limite de las fuerzas al camping, ya había dejado de llover, y entramos como posesos a la autocaravana, pero no, no había agua dentro, parece que las claraboyas están bien diseñadas, no obstante no volveremos a caer en esta torpeza. O si.
Miércoles 8, San Marie de Re
Habíamos decidido ir a San Marie de Re el miércoles, porque tras lo del puente “pa arriba, puente pa abajo” lo suyo era darle descanso a las piernas, y San Marie quedaba bastante cerca. Resulto ser el día tonto. San Marie de Re no rea un pueblo como los demás que llevamos vistos. Es bonito, si, pero no hay nadie por las calles. De hecho nos costo encontrar el centro, es mas “centre ville” como tal no encontramos, y el puerto, que esta señalizado, cuando llegas no ves puerto por ningún lado, barcos desde luego no había. Ni siquiera hicimos fotos.
Volvimos a La flote y estuvimos por allí tomando algo en el Puerto.
Las puertas, las ventanas y la arquitectura.
Al poco de estar en la Isla y de ir empapándote del entorno te das cuenta de que la arquitectura local es tan sencilla como cuidada. Parece ser que eso se debe a la existencia de severas restricciones urbanísticas, solo están permitido el color blanco en las fachadas de las casas, las cuales han de tener puertas y ventanas de madera, que siempre tienen contraventanas, también de madera, pintadas en colores pastel, principalmente el verde, azul y gris. Además su estructura es muy sencilla, casi siempre de una planta y de color blanco, aunque se ve alguna de piedra blanca. Además en la Isla de Ré no esperes encontrar grandes hoteles, ni resorts, ni grandes centros comerciales ni por supuesto discotecas. Todo eso le da a la isla un aspecto especial, tranquilo y hermoso pero siempre sencillo. Quizás por ello se dice que alguno de sus pueblos son de los más bonitos de Francia. Yo no diría tanto –porque en Francia hay muchísimos pueblos bonitos- pero sí que es un lugar especial, diferente a casi todos.
Al poco de estar en la Isla y de ir empapándote del entorno te das cuenta de que la arquitectura local es tan sencilla como cuidada. Parece ser que eso se debe a la existencia de severas restricciones urbanísticas, solo están permitido el color blanco en las fachadas de las casas, las cuales han de tener puertas y ventanas de madera, que siempre tienen contraventanas, también de madera, pintadas en colores pastel, principalmente el verde, azul y gris. Además su estructura es muy sencilla, casi siempre de una planta y de color blanco, aunque se ve alguna de piedra blanca. Además en la Isla de Ré no esperes encontrar grandes hoteles, ni resorts, ni grandes centros comerciales ni por supuesto discotecas. Todo eso le da a la isla un aspecto especial, tranquilo y hermoso pero siempre sencillo. Quizás por ello se dice que alguno de sus pueblos son de los más bonitos de Francia. Yo no diría tanto –porque en Francia hay muchísimos pueblos bonitos- pero sí que es un lugar especial, diferente a casi todos.
Jueves 9, Phare de Baleines
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La Isla de Re es alargada y La flote se encuentra casi al principio, por el contrario el Faro de la Isla esta en el extremo opuesto, la parte mas alejada del puente, asi que hay mas de 20 kilómetros. Siempre habíamos hablado de hacerlos en bicicleta, pero después del día de La Rochele, con las subidas del puente habíamos quedado un poco tocados, así que la decisión fue coger la AC para el día de hoy.
Siempre que hacemos un viaje intentamos encontrar relatos que hablen del mismo, el mejor que encontramos fue el de Esther, http://www.m3caravaning.com/viaje.php?id=11, estuvo dos semanas allí, y no tuvo problemas de largos desplazamientos, porque siempre hizo acampada libre, con lo que organizo las zonas de estancia de mejor manera. Nosotros al ser nuestra primera salida con AC habíamos decidido estar todo el tiempo en un camping en La Flote y eso nos obligaba a veces ha hacer largos desplazamientos en bicicleta. La opción de Esther es la correcta. Así que cogimos nuestra AC y tomamos camino hacia El Faro. Le Phare de Baleines nos gustó muchísimo, hacia una mañana esplendida y sin demasiado calor, subir al Faro no es pesado, son muchos escalones, concretamente 257, pero y merece la pena ver la Isla desde arriba. |
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La Rose Tremière
Paseando por sus calles me dio por hacer fotos y más fotos a las flores que vienen acompañándonos en toda la estancia de las Isla. Charo decía que estas flores me tienen fascinado, y es verdad, pero no son tanto las flores, que bonitas son muy bonitas, sino por la forma en que los habitantes de la Isla, consiguen con una planta tan modesta, adornarlo todo. Aquí se las Llama Rose Tremière y en español sería Malva Real, dice nuestro amigo Jesús –el mejor pastelero de Olmedo- que en Olmedo crecen de forma descontrolada y que allí les llaman periquitos. Pues bien en la Isla de Re están por todos lados, para mi son casi mas significativos que sus bonitas casas, pero de forma descontrolada en absoluto. Las ponen a los pies de las fachadas de las casas, muchas veces a la entrada de la misma, y necesitan muy poco sitio para crecer muchas veces las hemos visto en un centímetro cuadrado. Se trata de un palo largo con algunas hoja y varias flores. Al principio piensas que son plantas salvajes porque no te imaginas que a nadie se le puede ocurrir plantar una flor en espacios tan pequeños, pero llega un momento en que compruebas que no es así, porque se repiten siempre en los mismos sitios, y porque incluso hay veces en que si hay un pequeños espacio al borde de la casa, destinado expresamente para la Rosa Tremiére. Son tan preciosas como humildes y pueden ser blancas azules, rosas, o veteadas en varios colores. La Isla de Re no sería la misma sin ellas. |
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De allí a la playa. Nos llamo la atención que el agua no estaba fría, no era un caldo desde luego, pero para ser el atlántico no esta mal. Precisamente hemos hablado estos días que preferimos este mar con aguas algo mas frías, resulta más divertido. La playa es de esas que tienen una superficie muy plana, puede hacer largos paseos con el agua por debajo de los tobillos, y para bañarte has de meterte muy adentro.
Hacía mucho calor 31º, y no teníamos sombrilla (aquí mucha gente viene sin sombrilla) así que entrabamos en el agua muy a menudo. Fue un día de playa estupendo. |
Llegamos a el Camping y nos aseamos para salir a cenar al “Marche” del centro de La Flote, Por la mañana habíamos ido al mercado antes de salir hacia la playa y uno de los comerciantes de uno de los puestos nos explico que hoy viernes el mercado abre desde las 7 de la tarde hasta las 12 (eso si que es trasnochar le dije al comerciante) y que lo llenan de mesas y sillas para que podamos comer allí los productos que ellos venden. Nos vestimos un poco mejor y fuimos paseando hasta el Marche desde el camping, se tarda más o menos media hora a pie y siempre apetece un paseo por allí.
Llegamos al Marche del centro de La Flote mas o menos a las 8 de la tarde, Y efectivamente estaba lleno de mesas y sillas, pero además lleno de gente. Intentamos sentarnos en alguna mesa al lado de alguien pero no hubo manera no había espacio libre. Había uno grupo tocando y todo era muy animado, a nosotros nos pareció que turistas como tal –es decir como nosotros- apenas había, parecían habitantes de la Isla o gente habitual a venir aquí. De hecho estuvimos hablando con unos franceses que llavan veraneando en la Isla de Re 15 años.
Al final conseguimos un sitio en plan barra de bar y empezamos a comer, ostras, langosta y pollo, todo ello con un vino del lugar de aspecto agradable que decía ser una bebida hecha a base de vino, estaba rica y dulzona pero no llegamos a saber que era en realidad. La ostras y la langosta estaban espectaculares y muy bien de precio, rematamos con una bandeja de queso francés y un postre, todo se compraba en los puestos de allí. Una gozada.
Llegamos al Marche del centro de La Flote mas o menos a las 8 de la tarde, Y efectivamente estaba lleno de mesas y sillas, pero además lleno de gente. Intentamos sentarnos en alguna mesa al lado de alguien pero no hubo manera no había espacio libre. Había uno grupo tocando y todo era muy animado, a nosotros nos pareció que turistas como tal –es decir como nosotros- apenas había, parecían habitantes de la Isla o gente habitual a venir aquí. De hecho estuvimos hablando con unos franceses que llavan veraneando en la Isla de Re 15 años.
Al final conseguimos un sitio en plan barra de bar y empezamos a comer, ostras, langosta y pollo, todo ello con un vino del lugar de aspecto agradable que decía ser una bebida hecha a base de vino, estaba rica y dulzona pero no llegamos a saber que era en realidad. La ostras y la langosta estaban espectaculares y muy bien de precio, rematamos con una bandeja de queso francés y un postre, todo se compraba en los puestos de allí. Una gozada.
No podíamos pedir mejor despedida de la Isla de Re. Ha sido una primera parte del viaje tan buena que siempre te da un poco de pena tener que irte. Pero, es así, nos fuimos a la cama, con la idea de madrugar mañana.
SEGUNDA PARTE DEL VIAJE: SAN JEAN DE LUZ
Sabado 11, Urrugne y San Jean de Luz
Sabado 11, Urrugne y San Jean de Luz
Tal como teníamos previsto madrugamos para dirigirnos a Urrugne al lado de San Jean de Luz, tardamos más de lo previsto en arrancar, casi dos horas propias de un par de novatos, habrá que mejorar esos registros.
La siguiente parte del viaje la habíamos programado para ir a San Jean de Luz, la idea era estar allí 4 días y moverse poco. El año anterior ya estuvimos aunque absorbió casi todo nuestro tiempo Biarritz y las localidades vecinas a esta, solo estuvimos medio día en San Jean de Luz, demasiado poco, nos gustó tanto que hemos decido llenar con más tiempo ese vacío.
Así que partimos dirección a la frontera española, al poco de salir de La Rochele cogimos la E-5, que nos llevaría prácticamente a nuestro destino. Pero, “horreur”, a pesar de que somos unos habituales de ir a Francia, prácticamente cada año, y hemos oído hablar de lo que aquí llaman el sábado negro, no nos dimos ni cuenta, esa relajación que te dan las vacaciones a veces tiene estas cosas, así que estuvimos 4 horas metidos en un atasco de considerable nivel en la carretera que va recorriendo toda esta zona costera. Es un trayecto que debe evitarse los sábados de verano y no lo hemos comido con patatas. Espero que no se nos olvide jamás. No obstante pusimos música, hablamos mucho, y elogiamos a menudo nuestra “Gaviota”, no fue tan malo.
Tal como teníamos previsto madrugamos para dirigirnos a Urrugne al lado de San Jean de Luz, tardamos más de lo previsto en arrancar, casi dos horas propias de un par de novatos, habrá que mejorar esos registros.
La siguiente parte del viaje la habíamos programado para ir a San Jean de Luz, la idea era estar allí 4 días y moverse poco. El año anterior ya estuvimos aunque absorbió casi todo nuestro tiempo Biarritz y las localidades vecinas a esta, solo estuvimos medio día en San Jean de Luz, demasiado poco, nos gustó tanto que hemos decido llenar con más tiempo ese vacío.
Así que partimos dirección a la frontera española, al poco de salir de La Rochele cogimos la E-5, que nos llevaría prácticamente a nuestro destino. Pero, “horreur”, a pesar de que somos unos habituales de ir a Francia, prácticamente cada año, y hemos oído hablar de lo que aquí llaman el sábado negro, no nos dimos ni cuenta, esa relajación que te dan las vacaciones a veces tiene estas cosas, así que estuvimos 4 horas metidos en un atasco de considerable nivel en la carretera que va recorriendo toda esta zona costera. Es un trayecto que debe evitarse los sábados de verano y no lo hemos comido con patatas. Espero que no se nos olvide jamás. No obstante pusimos música, hablamos mucho, y elogiamos a menudo nuestra “Gaviota”, no fue tan malo.
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También aquí teníamos previsto ir a un camping, cocretamente el Suhiberry en la localidad de Urrugne, y aunque tuvimos una entrada algo chocante (no tienen un lugar destinado a la vaciar las aguas grises y hay que hacerlo en mitad del campo, zona que usan para aparcar sus vehículos) el camping nos gusto mucho, las parcelas todas con césped, y muy cuidado, además la gente que lo lleva está atenta a todo, con una amabilidad exquisita. A diferencia del camping de La Isla de Re este no está abarrotado y es todo más agradable. La red Wifi aquí apenas funcionaba, pero en el otro tampoco, debe ser lo habitual.
Urrugne es un término municipal muy grande que linda con el de San Jean de Luz y alcanza hasta la costa, allí forma parte de la bahía en la que se encuentra San jean de Luz con las localidades de Socoa y Ciboure, así que de este a oeste, en la bahía, están San jean de Luz Ciboure y Socoa. La bahía de San Juan de Luz se encuentra al fondo del Golfo de Vizcaya, a orillas del Mar Cantábrico. A nosotros nos parece una de las bahías más bonitas del mundo. El primer día, al poco de llegar, salimos andando hacia el faro de Socoa, porque era tarde íbamos a volver de noche, ademas no tenemos luces en la bicicleta (otra cosa más a la lista de cosas que hay que mejorar), cenamos en Socoa y volvimos dormir. |
Domingo 12, San Jean de Luz
Nos levantamos prontito, con ganas de coger las bicis e irnos a pasar todo el día, con calma, a San Jean de Luz. De pronto me acorde que ayer cuando cargaba las bicis la mía tenía una rueda deshinchada. La hinche y me di cuenta de que la válvula estaba mal y perdía aire. Mal asunto, además es domingo. Decisión alternativa, hacer lo mismo pero a pie, hay algo mas de treinta minutos desde el camping hasta San Jean de Luz, pero el paseo es muy bonito.
Pasamos el día en San Jean de Luz, paseando por sus calles, volviendo a ver la plaza del kiosco de música, el bullicio de los comercios, los restaurantes y el casino con sus ventanales mirando al mar.
Nos levantamos prontito, con ganas de coger las bicis e irnos a pasar todo el día, con calma, a San Jean de Luz. De pronto me acorde que ayer cuando cargaba las bicis la mía tenía una rueda deshinchada. La hinche y me di cuenta de que la válvula estaba mal y perdía aire. Mal asunto, además es domingo. Decisión alternativa, hacer lo mismo pero a pie, hay algo mas de treinta minutos desde el camping hasta San Jean de Luz, pero el paseo es muy bonito.
Pasamos el día en San Jean de Luz, paseando por sus calles, volviendo a ver la plaza del kiosco de música, el bullicio de los comercios, los restaurantes y el casino con sus ventanales mirando al mar.
Cuando bajábamos de camino a San jean de Luz, vimos varios sitios donde paran las autocaravanas el primero es al lado de la costa en Ciboure, justo debajo del cementerio. Lo peor del sitio es que es un pequeño aparcamiento de pago al lado de la carretera o calle que va junto a las costa, pero por el contrario está al lado de la playa y el sitio tiene su cosa. Hay que pagar durante el día 10 euros de 7 de la mañana a 7 de la tarde. |
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No caben muchos vehículos, apenas seis, no siempre lo vimos lleno. El segundo sitio está ya en San Jean de Luz, al lado del puerto, este vuelve a ser de pago durante el día, y además hay luz a 2 euros la hora (una burrada), es un sitio ideal para ir andando a San Jean de Luz. Entran bastantes autocaravanas al menos 15, pero tiene por delante la carretera con mucho tráfico, y por detrás el tren a escasos metros. Pienso que dormir allí no debe ser muy agradable y además siempre esta lleno, da la impresión de que hay que estar esperando a que se vaya alguien. Por todo ello llegamos a la conclusión de que la mejor opción es aparcar en cualquier sitio de Urrugne, allí hay muchas urbanizaciones muy tranquilas, de hecho vimos alguna AC por allí, la zona es muy tranquila y se puede ir a San Jean de Luz, andando o en bici. La bici en cualquier caso hay que dejarla aparcada nada más llegar a San Jean de Luz porque ir en bicicleta por la localidad es casi imposible y al menos en verano, no cabe un alfiler.
Por la mañana estuvimos visitando la zona de Socoa, disfrutando con la panorámica de toda la bahía que hay desde allí, comimos unas creps saladas, recordando a nuestra prima Agnes que, como buena francesa, es una loca de las creps. Y seguimos paseando hasta San Jean, allí pasamos buena parte del día en la playa. La playa a primera vista recuerda aluna de las peores playas españolas, porque hay muchísima gente. Pero una vez allí te das cuenta de que no te va a pasar nadie por encima, sin duda a eso ayuda el tiempo que no es tan abrasador y la gente no se amontona pegada a la primera línea de playa. Cuesta creer –con la cantidad de bañistas que se ven- que aquí no haya gente que reserva su sitio a primera hora de la mañana, - porque en nuestras playas a veces pienso que algunos duermen en la playa. Parece ser que no.
Esa noche cenamos en el camping.
Por la mañana estuvimos visitando la zona de Socoa, disfrutando con la panorámica de toda la bahía que hay desde allí, comimos unas creps saladas, recordando a nuestra prima Agnes que, como buena francesa, es una loca de las creps. Y seguimos paseando hasta San Jean, allí pasamos buena parte del día en la playa. La playa a primera vista recuerda aluna de las peores playas españolas, porque hay muchísima gente. Pero una vez allí te das cuenta de que no te va a pasar nadie por encima, sin duda a eso ayuda el tiempo que no es tan abrasador y la gente no se amontona pegada a la primera línea de playa. Cuesta creer –con la cantidad de bañistas que se ven- que aquí no haya gente que reserva su sitio a primera hora de la mañana, - porque en nuestras playas a veces pienso que algunos duermen en la playa. Parece ser que no.
Esa noche cenamos en el camping.
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Lunes 13, San Jean de Luz
Por la mañana nos toco ir con las dos bicicletas a pie hasta San Jean e Luz para que arreglaran el pinchazo de la mía. Por la mañana dedicamos el día a dar vueltas por las calles comerciales, y a media tarde cogimos un parco que nos llevaría hasta Hendaya ida y vuelta. Y la verdad es que mereció la pena porque la vista que se tiene de la costa desde el mar s muy diferente, hay cosas que desde la costa no se pueden ver. Total una hora y media de vueltecita. Después algo más de playa. Y a cenar en el camping. Martes 14, recorrido en bici hasta Guetaria. El martes 2 de julio tenia todas las papeletas para ser otro día tonto, porque cogimos las bicicletas para llegar pedaleando hasta Avidar y no fue posible. Al llegar a Guetaria, el camino de bicicletas que llevábamos dejo de existir, al principio creíamos que lo habíamos dejado atrás, así que vuelta para acá vuelta para allá, preguntando chocamos con la realidad, ya no había mas camino de bicicletas, y había que continuar por la carretera. La verdad es que no nos apetecía, el camino nos había gustado, aunque a veces estaba muy empinado, pero ir por la carretera, con el volumen de tráfico que tiene en verano, no parece un paseo muy bucólico. Así que lo dejamos ahí y tomamos el camino de vuelta hasta San Jean de Luz. |
Al disponer de más tiempo del que inicialmente teníamos previsto, nos íbamos parando en todas las playas que veíamos y estábamos un rato tomando el sol y bañándonos. Fue una gozada, las playas eran muy bonitas, con ese mar tan seductor que se ve por esta zona, las olas que no eran muy altas sin embargo eran muy largas y era un placer verlas llegar, pegadas unas a otras, a la orilla. En resumen, este plan era mucho mejor que haber llegado hasta Avidar.
Después de varios playas llegamos a San Jean de Luz, y encontramos por la parte oeste de bahía que esta presidida por una loma alta convertida en un parque para pasear con toda la bahía a tus pies. Es una vista increíble y hacia un día precioso. Era nuestro último día y estaba saliendo redondo, así que estábamos tan contentos, además en nuestra mente estaba todos los días que hemos pasado en Francia. No había mas remedio que despedirse con una cena en San Jean de Luz, por todo lo alto, así que nos fuimos al camping nos pusimos lo mas guapos que pudimos y volvimos andando. Antes de volver al camping nos habíamos dado cuenta de que hoy era 14 de julio el día de la fiesta nacional francesa. Empieza a ser habitual que ese día estemos en Francia, así que esta noche hay fuegos artificiales. |
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Durante un rato estuvimos dándole vueltas a la cuestión de si había que volver a San Jean en bici o andando, gano la idea de Charo y salimos del camping a pie otra vez camino de San Jean de Luz. La verdad es que llevaba razón porque casi todo el recorrido, siempre bordeando la bahía, estaba lleno de gente joven del tipo adolescente “repeinao” con sus primero ligues en la recamara. Hasta entonces apenas habíamos visto gente joven en edad de merecer, ahora parecian hormigas en alerta. Ian arregladitos y todos, y digo todos, todos, vamos lo que viene siendo: cada uno de ellos, llevaba una botella de litro y medio o de dos litros de lo que parecía ser limón mezclado con ron o whiski. Nosotros camino de San Jean de luz por el borde de la bahía y ellos camino de Socoa procedentes de San Jean.
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Cuando llegamos a San Jean de Luz, un poco antes de las 9 de la noche, la playa estaba completamente llena de gente sentada por todos los bordes de la bahía esperando a los fuegos artificiales (estos no llegarían hasta las 10,30 o después). Y tanta expectación resulta divertida. Habíamos visto lo mismo en las zonas antas del borde de la bahía. No creo que quedara nadie en sus casas.
Dejamos a la gente esperando los fuegos y nos fuimos a cenar una mariscada fin de vacaciones, a un restaurante llamado La Suisse, fue una cena fantástica. Al terminar empezaron los fuegos, los vimos un poco en la playa pero no teníamos buen sitio, porque ya no solo había gente sentada al borde sino varia filas mas de gente de pie y era difícil ver los fuegos, así que decidimos dar por terminada nuestra despedida e irnos de vuelta al camping. Otra vez fuimos paseando por el borde de la bahía camino de Socoa, y fue alucinante, porque durante todo el recorrido nos iban acompañando los fuegos artificiales, era nuestro ultimo paseo por la bahía y venga luces de colores, si querían despedirnos bien no podían haber pensado nada mejor.
Terminó el espectáculo de luminotecnia a mitad del camino y empezó a parecer gente por todos lados, todos en dirección contraria a la nuestra. Que bullicio. Después llegamos a Socoa, donde estaban los jóvenes de botellón y de ahí al camping, a dormir y mañana para casa.
Al acostarnos comentamos que es de idiotas estar tristes porque mañana nos vamos, porque volveremos, y porque llevamos llenos los bolsillos de felicidad. Nos encanta Francia por su cultura, que es mas próxima a la nuestra que la que vivimos a veces en España, porque es un país espectacular, por su idioma porque nos encanta hablar en francés y competir, el uno con el otro, por ver quien lo habla mejor, y ahora por lo bien que acogen las autocaravanas y lo bien organizado que está todo, así que hasta pronto Francia.
Dejamos a la gente esperando los fuegos y nos fuimos a cenar una mariscada fin de vacaciones, a un restaurante llamado La Suisse, fue una cena fantástica. Al terminar empezaron los fuegos, los vimos un poco en la playa pero no teníamos buen sitio, porque ya no solo había gente sentada al borde sino varia filas mas de gente de pie y era difícil ver los fuegos, así que decidimos dar por terminada nuestra despedida e irnos de vuelta al camping. Otra vez fuimos paseando por el borde de la bahía camino de Socoa, y fue alucinante, porque durante todo el recorrido nos iban acompañando los fuegos artificiales, era nuestro ultimo paseo por la bahía y venga luces de colores, si querían despedirnos bien no podían haber pensado nada mejor.
Terminó el espectáculo de luminotecnia a mitad del camino y empezó a parecer gente por todos lados, todos en dirección contraria a la nuestra. Que bullicio. Después llegamos a Socoa, donde estaban los jóvenes de botellón y de ahí al camping, a dormir y mañana para casa.
Al acostarnos comentamos que es de idiotas estar tristes porque mañana nos vamos, porque volveremos, y porque llevamos llenos los bolsillos de felicidad. Nos encanta Francia por su cultura, que es mas próxima a la nuestra que la que vivimos a veces en España, porque es un país espectacular, por su idioma porque nos encanta hablar en francés y competir, el uno con el otro, por ver quien lo habla mejor, y ahora por lo bien que acogen las autocaravanas y lo bien organizado que está todo, así que hasta pronto Francia.