La Gaviota coja
Disponíamos de tres días completos aprovechando el puente del 15 de mayo y habíamos planeado ir a Córdoba a ver los patios que son justo en esas fechas. Córdoba es una ciudad muy turística y si coincide con los patios, mucho mas, pero hace años que queríamos ver algo tan nuestro y hay que asumir los riesgos.
El plan era coger la Gaviota (nuestra caravana) el jueves justo después de comer y llegar a Almagro para pasar la noche y ver un poco el pueblo. Así que comimos poco y muy rápido y salimos corriendo camino del garaje, para enganchar la caravana. Dos horas más tarde aun seguíamos ahí, el mover (un motor que va con batería) no funcionaba, y la cuestecita que hay para salir del garaje es inviable empujando un bicho de unos 1.400 kilos. No es la primera vez que nos pasa, así que Charo ha rebautizado la caravana como la “gaviota coja”.
Cuatro horas después y tras vueltas y más vueltas, decidimos llamar al camping de Córdoba y reservar un bungalow (lo hoteles estaban completos). Con lo que al final salimos la mañana del viernes hacia Córdoba, habíamos tenido un buen disgusto pero lo habíamos resuelto. Llegamos el viernes a las 12 de la mañana, nunca habíamos alquilado un bungalow y la experiencia fue fantástica, es como llevar tu caravana pero más espacioso, eso sí, no tienes tus cosas. El camping estaba a 20 km de Córdoba(Camping Albolafía), nos gusto mucho, aunque incomprensiblemente tiene solo dos estrellas.
El plan era coger la Gaviota (nuestra caravana) el jueves justo después de comer y llegar a Almagro para pasar la noche y ver un poco el pueblo. Así que comimos poco y muy rápido y salimos corriendo camino del garaje, para enganchar la caravana. Dos horas más tarde aun seguíamos ahí, el mover (un motor que va con batería) no funcionaba, y la cuestecita que hay para salir del garaje es inviable empujando un bicho de unos 1.400 kilos. No es la primera vez que nos pasa, así que Charo ha rebautizado la caravana como la “gaviota coja”.
Cuatro horas después y tras vueltas y más vueltas, decidimos llamar al camping de Córdoba y reservar un bungalow (lo hoteles estaban completos). Con lo que al final salimos la mañana del viernes hacia Córdoba, habíamos tenido un buen disgusto pero lo habíamos resuelto. Llegamos el viernes a las 12 de la mañana, nunca habíamos alquilado un bungalow y la experiencia fue fantástica, es como llevar tu caravana pero más espacioso, eso sí, no tienes tus cosas. El camping estaba a 20 km de Córdoba(Camping Albolafía), nos gusto mucho, aunque incomprensiblemente tiene solo dos estrellas.
Aparcamos el coche al otro lado del río y nos dirigimos hacia el centro, por el camino no parábamos de comentar lo bonita que es Córdoba y lo poco que la conocemos. Estar, hemos estado, pero esta cuidad merece algo mas. Esta vez venimos a ver los patios y solo eso, nos parece que para tres días es suficiente.
Llegamos al centro dando un paseo por la rivera del Guadalquivir, hacía mucho calor pero es un paseo increíble una pena no tener nuestras bicicletas. Al poco nos adentramos en el casco histórico de la cuidad. Antes de comenzar la visita de los patios nos paramos a comer.
Llegamos al centro dando un paseo por la rivera del Guadalquivir, hacía mucho calor pero es un paseo increíble una pena no tener nuestras bicicletas. Al poco nos adentramos en el casco histórico de la cuidad. Antes de comenzar la visita de los patios nos paramos a comer.
Un paseo por las callejuelas de Córdoba
Los primeros patios el viernes por la tarde
Por la tarde comenzamos a visitar patios. Todas las casas del centro histórico de Córdoba tienen un patio. Es así desde siempre, pero además, recientemente, las normas urbanísticas han preservado esta característica y cualquier nuevo proyecto tiene que tener su correspondiente patio. Esto me lo contó una propietaria de uno de los patios que visitamos, hablamos con muchos propietarios y siempre nos contaron cosas sobre sus patios con especial amabilidad, es uno de los mejores recuerdos que nos hemos llevado. Me sorprendió que hubiese normas que respeten los patios y que se cumplan, en este país en el que cada cual hace lo que quiere.
Así que observamos todos los patios que pudimos, muchos de ellos no estaban en el concurso pero se podían ver parcialmente desde la entrada. Pero veníamos a ver lo que se llama La Fiesta de los Patios de Córdoba, que existe desde principios del siglo XX. Se trata de un concurso en el que los participantes abren sus patios para que puedan ser visitados y en el que hay una comisión que los visita y concede los premios (primero segundo y tercero) a los mejores. Hablando con una de las propietarias supimos que hay dos categorías, la de patios tradicionales y la de patios en una construcción moderna ella había ganado el segundo premio de esta última, aunque nosotros no distinguíamos la diferencia de ambas categorías.
El concurso tiene seis zonas o barrios dentro del casco histórico (pero hay algunos mas fuera de concurso). Teóricamente tienes que reservar con antelación para cada una de las zonas. Así lo hicimos, pero una vez allí te enteras que en cualquier patio te dan entradas para ver la totalidad de los patios. No se para que confunden a la gente con eso de las reservas.
El concurso tiene seis zonas o barrios dentro del casco histórico (pero hay algunos mas fuera de concurso). Teóricamente tienes que reservar con antelación para cada una de las zonas. Así lo hicimos, pero una vez allí te enteras que en cualquier patio te dan entradas para ver la totalidad de los patios. No se para que confunden a la gente con eso de las reservas.
Cuando salimos de comer, y con la impaciencia típica del que acaba de llegar, intentamos visitar algún patio, pero había que esperar a las 6 de la tarde (de 10 a 12 y de 6 a 10). La verdad es que con el calor que hacia nos pareció lógico. Así que nos metimos en una tetería árabe. Puede que estos establecimientos prosperen al abrigo del turismo, pero es una gozada estar allí un buen rato, y medio tumbarte para casi caer dormido.
Cumplida la hora nos pusimos a callejear buscando los patios de cada una de las zonas, afortunadamente están bastante bien señalizados con carteles por las calles, además los patios tienen a cada lado de la puerta una macetas con una conífera, y se ven con facilidad.
Vimos muchos patios y hablamos con las dueñas (en nuestro caso eran mujeres) siempre que pudimos, gracias a eso pudimos saber que llegan a dedicar cuatro horas diarias al riego de las plantas, puede que exagerase un poco –al fin y al cabo estábamos hablando con una cordobesa- pero es cierto que dedican mucho tiempo para tener los patios tan bonitos. Nos llamo mucho la atención que la inmensa mayoría de los patios se riegan a mano, incluso el único que vimos con tubos de riego, estaban principalmente dedicados a echar agua difuminada para refrescar el patio y no para regarlo, ya que como nos dijo la dueña eso requiere un tratamiento diferente según la planta y el calor que hace en cada momento. Hicimos una pequeña interrupción para tomar algo, nos sentamos en la Plaza de la Corredera , una plaza inmensa que recuerda a la Plaza mayor de Salamanca o Madrid y luego volvimos a los patios. No sabríamos decir cuántos patios visitamos, algo menos de diez, y acabamos agotados así que paramos en una plaza (creo recordar que era la Plaza Corredera) a tomar algo y continuamos viendo patios. |
Después bajamos hacia el Guadalquivir y volvimos a pasear por su orilla, desde el puente de Miraflores hasta los jardines del Alcázar, ya había caído el sol lo suficiente y el paseo era muy agradable, nos encanto el bullicio de los bares que hay por allí, donde se concentra buena parte de la juventud cordobesa, sobre todo cuando ya no está el sol dando la lata. Cuando se echó la noche, volvimos sobre nuestros pasos y subimos la Avenida del Corregidor, frente al puente de San Rafael. La Avenida del Corregidor es una vía muy atractiva, porque está llena de restaurantes con terrazas a cada lado de la calle. Evidentemente la cosa no podía ser mas turística, pero la comida que se veía en los platos resultaba apetecible, así que intentamos sentarnos en varios de ellos, aunque no había manera, estaban hasta arriba. Al final cenamos en uno y tuvimos mala suerte, manteles de papel y el pan envuelto en plástico, para colmo un desastre de organización, es decir uno de nosotros puede haber terminado de comer mientras el otro espera aun su plato, y luego te traen algo que no has pedido. Lo único que si que estaba a buen nivel eran los precios, por lo que pagamos bien podría haber sido de otra manera. Mejor no digo cual era, quizás tuvieron un mal día. En cualquier caso nosotros estábamos encantados, incluso nos hicimos una foto cenando, porque el día había sido perfecto y una cena regularcilla no iba a estropearlo.
Nos fuimos a dormir a nuestro camping. Allí nos esperaba el bungalow y dormimos estupendamente con un silencio sepulcral.
Nos fuimos a dormir a nuestro camping. Allí nos esperaba el bungalow y dormimos estupendamente con un silencio sepulcral.
Sábado por la mañana: Zona del Alcázar Viejo
El sábado después de desayunar, nos pusimos en marcha camino de Córdoba. Entramos en la zona del Alcázar Viejo que es de las zonas mas bonitas del Casco Histórico de Córdoba y donde están algunos de los mejores patios.
Nada mas llegar nos llamaba la atención que no era necesario buscar cada uno de los patios que íbamos buscando. Al principio pensamos que había alguna actividad y que a eso se debían las largas colas en la calle, pero rápidamente nos dimos cuanta de que se trataba de colas para visitar cada patio, eran tan largas que algunas se cruzaban entre si, en estos casos y de forma muy organizada se dejaba un espacio libre para que cada cual supera hacia que cola iba, El caso es que estábamos en sábado y todo había cambiado, el viernes había mucha gente, el sábado había dos veces mas. Al parecer desde por la mañana llegan autocares y mas autocares con gente -en general gente mayor- para visitar los patios, y por lo que parece son mas numerosos en fin de semana.
Nada mas llegar nos llamaba la atención que no era necesario buscar cada uno de los patios que íbamos buscando. Al principio pensamos que había alguna actividad y que a eso se debían las largas colas en la calle, pero rápidamente nos dimos cuanta de que se trataba de colas para visitar cada patio, eran tan largas que algunas se cruzaban entre si, en estos casos y de forma muy organizada se dejaba un espacio libre para que cada cual supera hacia que cola iba, El caso es que estábamos en sábado y todo había cambiado, el viernes había mucha gente, el sábado había dos veces mas. Al parecer desde por la mañana llegan autocares y mas autocares con gente -en general gente mayor- para visitar los patios, y por lo que parece son mas numerosos en fin de semana.
Así que nos dedicamos a dar una vuelta por la zona del Alcázar y dejamos lo de los patios para mejor ocasión, no era fácil calcular el tiempo que se tardaría en superar la cola y entrar a visitar el patio pero seguro que al menos una hora. Al fina aprovechamos la mañana paseando por allí, con lo cual prestamos una mayor atención a lo bonitas que están sus calles, sus balcones llenos de flores y alguna capilla por aquí y por allí. Tuvimos mala suerte con el tiempo porque hacia muchísimo calor, demasiado para la mitad de mayo, pero aun así Córdoba es preciosa. Después de ver el Alcázar Viejo subimos a las proximidades de la Mezquita allí decidimos contratar un autobús turístico, se trata e una de nuestras "licencias" turistas mas recurrentes. Hace tiempo que nos dimos cuenta que estos autobuses aunque son la versión mas cutre de quien pretende no ser un turista borrego, sino un "buen viajero", son tremenda mente eficaces para obtener una visión global de una cuidad que no conoces, en el menor tiempo posible, y como bien decía el sociólogo Aranguren, estos autobuses sirven, también, para ver aquellos sitios a los que no debes volver en tu viaje.
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El Palacio de Viana
El autobús nos iba llevando por todos los puntos que se consideran de visita obligada. Muchos de ellos los que están en la parte mas central del Casco Antiguo ya los habíamos visto. Pero en el autobús descansamos un poco y de paso charlamos con el conductor que nos iba contando la chicharrera que pasan en verano y el tremendo frió del invierno. vamos que es una cuidad para ir en primavera o en otoño.
Una de las paradas era el Palacio de Viana, y el conductor nos aconsejo que lo viéramos: le hicimos caso. El autobús nos vino bien porque el Palacio de Viana esta dentro de casco Histórico para bastante alejado de la Mezquita, así que ir andando no era opción.
Dedicamos casi dos horas en ver el Palacio, que tiene su mayor singularidad en sus patios interiores, presumen de sus cinco siglos de antigüedad, pero sobre todo de sus 12 patios. Uno no alcanza a comprender la necesidad de tener en tu casa tanto patio, pero seguro que gracias a ello sus habitantes no discutían entre si.
Al salir volvimos a coger el autobús turístico, que a estas alturas nos servia como medio de transporte, y paramos en el centro del Casco (cerca de la Mezquita) para buscar algún sitio de comer concretamente fue en la calle Manriquez nº4 en un sitio llamado los Patios de la Marquesa, es uno de eso espacios multi restaurantes, pero fue muy divertido y la comida estaba bastante bien.
Una de las paradas era el Palacio de Viana, y el conductor nos aconsejo que lo viéramos: le hicimos caso. El autobús nos vino bien porque el Palacio de Viana esta dentro de casco Histórico para bastante alejado de la Mezquita, así que ir andando no era opción.
Dedicamos casi dos horas en ver el Palacio, que tiene su mayor singularidad en sus patios interiores, presumen de sus cinco siglos de antigüedad, pero sobre todo de sus 12 patios. Uno no alcanza a comprender la necesidad de tener en tu casa tanto patio, pero seguro que gracias a ello sus habitantes no discutían entre si.
Al salir volvimos a coger el autobús turístico, que a estas alturas nos servia como medio de transporte, y paramos en el centro del Casco (cerca de la Mezquita) para buscar algún sitio de comer concretamente fue en la calle Manriquez nº4 en un sitio llamado los Patios de la Marquesa, es uno de eso espacios multi restaurantes, pero fue muy divertido y la comida estaba bastante bien.
Después de comer estuvimos viendo mas patios, de las zonas de Santiago y San Pedro y de la zona Regina Realejo, en estas zonas no había largas colas y los patios eran muy bonitos, ademas a medida que fue avanzando la tarde el sol no estaba tan arriba y no hacia tanto calor.
Los patios eran cada vez mas bonitos y la verdad es que no te cansas de verlos porque tienen distintas configuraciones y llega un momento en que te parecen muy distintos unos de otros. Volvimos a coger el autobús turístico y estuvimos haciendo el recorrido completo por la Ciudad de Córdoba, la verdad es que es una cuidad muy bonita nos gusto incluso fuera del casco antiguo. Ya atardecido paseamos por las inmediaciones de la zona que va desde la Mezquita hacia el rio, una vez que cae el sol las calles empiezan a llenarse y la cuidad se torna muy agradable. |
La tarde del sabadoVolvimos a coger el autobús turístico y estuvimos haciendo el recorrido completo por la Ciudad de Córdoba, la verdad es que es una cuidad muy bonita nos gusto incluso fuera del casco antiguo. Ya atardecido paseamos por las inmediaciones de la zona que va desde la Mezquita hacia el río Guadalquivir, una vez que cae el sol las calles empiezan a llenarse y la cuidad se torna muy agradable.
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Los patios de la zona del Alcazar |
Esta mañana nos habíamos quedado con ganas de ver los patios de la zona del Alcázar Viejo. Así que volvimos a intentarlo. Las larguísimas colas de la mañana nos disuadieron, pero al mismo tiempo estábamos muy intrigados, después de ver tanto patio precioso que podía haber en los patios de la zona del Alcázar para chuparse una cola de mas de una hora por patio.
Llegamos a uno de los patios casi de noche y aunque todavía había colas no eran tan largas. Solo vimos uno y la verdad es que era precioso aunque no había tanta diferencia con los de otras zonas Para terminar cenamos allí en la zona del Alcázar en un restaurante Cordobés llamado "La Taberna de la Viuda", y tuvimos mucha suerte, esta cena a diferencia de la del día anterior si que fue realmente estupenda, y era nuestra despedida de Córdoba. Mañana ya nos vamos a casa despacito y aquí acaba el viaje de los patios de Córdoba, en resumen ha sido un viaje estupendo. No hemos visitado los lugares mas emblemáticos de Córdoba pero hemos paseado muchísimo por el Casco Antiguo de la cuidad y hemos podido entender lo mucho que significan los patios para los cordobeses. Es una cuidad difícil con mucho calor y supongo que también con mucho frío, pero en primavera y en otoño es una cuidad increíble y volveremos, volveremos ya con nuestra autocaravana y aparcaremos en las zonas que tiene esta ciudad para ello y llevaremos nuestras bicis, porque es una cuidad preciosa y muy bien preparada para ir en bici. |