Viaje de 9 días a las Rias Altas y la Costa de la Muerte
Como tanta otra gente que no es autocaravanista podríamos haber dicho que conocíamos Galicia por el mero hecho de que habíamos ido varias a alguna de sus capitales, pero el año pasado uno de nuestros estrenos en autocaravana fue el viaje que hicimos a las Rias Baixas (Link) y en él nos dimos cuenta que no la conocíamos en absoluto. Conocer alguna de sus ciudades y hacer alguna excursión no te acerca ni de lejos a una de las regiones mas apasionantes del mundo.
Como tanta otra gente que no es autocaravanista podríamos haber dicho que conocíamos Galicia por el mero hecho de que habíamos ido varias a alguna de sus capitales, pero el año pasado uno de nuestros estrenos en autocaravana fue el viaje que hicimos a las Rias Baixas (Link) y en él nos dimos cuenta que no la conocíamos en absoluto. Conocer alguna de sus ciudades y hacer alguna excursión no te acerca ni de lejos a una de las regiones mas apasionantes del mundo.
En aquel viaje de 2015 decidimos que en 2016 volveríamos y así lo hemos hecho.
La idea esta vez era la de continuar con la costa en el punto donde lo habíamos dejado y llegar desde el norte en la parte gallega del Cantábrico hasta el borde de Asturias, es decir la Costa de la Muerte y La Rías Altas, así poco a poco vamos completando una visión casi completa de Galicia.
En este recorrido había una parada importante, ver a mi primo Ricardo y a sus hijas que viven en Ferrol, siempre es algo muy especial ver a la familia pero en este caso además se trata de un privilegio porque son de allí y podíamos contar con un cicerone de lujo.
26 Agosto Viernes: Salida de San Roman de los Montes en dirección Santiago de Compostela. Dormimos en La Puebla de Sanabria.
Salimos por la tarde y llegamos a La Puebla de Sanabria a las 11 de la noche. Nos encanta ir a esta localidad a pasar la noche. El año pasado entramos sin conocerla y descubrimos un sitio estupendo, lógicamente, como hago siempre indiqué las coordenadas en nuestro relato y este año resulta que había cuatro autocaravanas cuando llegamos, bueno cuatro autocaravanas y muchos coches, así que casi nos tenemos que ir a otro sitio. Espero que no haya sido por culpa mía que ahora había tanta gente.
Cualquier lugar de La Puebla de Sanabria merece la pena, es una localidad muy bonita y un punto estratégico que nos sirve de lanzadera cuando vamos a Galicia.
Cualquier lugar de La Puebla de Sanabria merece la pena, es una localidad muy bonita y un punto estratégico que nos sirve de lanzadera cuando vamos a Galicia.
Santiago de Compostela
Nos levantamos temprano y desayunamos en la Gaviota, Como siempre hacia bastante frío allí por la mañana y arrancamos camino de Santiago de Compostela.
En Santiago nos dirigimos directamente al área de Salgueiriños (N 42º 53' 44'' W 8º 31' 54’’), es un área privada en el centro de Santiago, muy amplia donde además entran los autocares turísticos, está muy bien y además puedes elegir si vas a pernoctar o no, si pernoctas pagas mas, así que dejamos allí a la Gaviota y nos fuimos a visitar la cuidad del Apóstol en bicicleta.
En Santiago nos dirigimos directamente al área de Salgueiriños (N 42º 53' 44'' W 8º 31' 54’’), es un área privada en el centro de Santiago, muy amplia donde además entran los autocares turísticos, está muy bien y además puedes elegir si vas a pernoctar o no, si pernoctas pagas mas, así que dejamos allí a la Gaviota y nos fuimos a visitar la cuidad del Apóstol en bicicleta.
Santiago de Compostela es una de las ciudades gallegas que ya conocíamos Charo y yo, pero habíamos decidido volver a verla porque nos gusta hacer los viajes de forma conceptual y no dejar el recorrido cojo, así que llegábamos con una ilusión algo contenida, a fin de cuentas no nos iba a sorprender mucho. Eso creíamos, pero nos sorprendió y mucho, quizás tuvo mucho que ver que era sábado y llegaban muchos peregrinos todos felices de haber cumplido su meta, aquello se te mete dentro y al final tu estás casi tan contento como ellos. Lo que más nos impactó es que tuvimos la sensación de ver esa ciudad por primera vez, es cierto que la conocíamos y que habíamos paseado antes por sus calles, pero la impresión era que conocíamos Santiago como el que ha visto fotos en internet.
Así que disfrutamos muchísimo, paseamos por todas sus calles sin entretenernos en hacer fotos (ya las haríamos después) y al final llegamos a la Plaza del Obradoiro. ¿Pero de verdad habíamos estado aquí? madre mía que lugar mas impresionante! Leí a un compostelano que decía que a pesar de haber estado miles de veces en esta plaza es imposible cansarse de ella o pasar y no mirar las torres de la Catedral, daría igual si hace viento o llueve o si hace frío o hace sol, no hay nadie que pase indiferente por la plaza y eso pensamos nosotros también.
La Plaza del Obradoiro
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Supongo que en toda España se habla de las sensaciones de hacer el camino de Santiago y supongo también que por todos sitios hay mucha gente que lo ha hecho, pero desde luego en la zona de Talavera y Oropesa donde vivimos nosotros solo puedo decir que se vive con autentica pasión la idea de hacerlo algún día y los que lo han hecho no paran de contar lo impactante de dicha experiencia. Es algo de lo que oímos hablar una y otra vez, pero como tantas otras cosas no te das cuenta hasta que llegas y ves las caras de la gente. Ya por las calles habíamos vivido un ambiente increíble, los peregrinos tenían tomadas las calles y todos llevaban un gesto de felicidad muy contagioso, españoles, alemanes, franceses, italianos, japoneses … era imposible llegar a imaginarse cuantos países estaban representados entre ellos.
Pero si todo eso era impactante, al llegar a la plaza resultó increíble, en ese momento no paraban de llegar grupos de peregrinos que hacían su entrada dando saltos de alegría y abrazándose los unos con los otros, al tiempo había muchos grupos sentados en el suelo haciéndose fotos, más bien selfies multitudinarios para inmortalizar el momento.
Además de todos los motivos estéticos y artísticos que hacen de esta plaza un marco incomparable, el simbolismo que tiene al ser el punto final del Camino de Santiago la hace todavía más especial, porque es en la Plaza del Obradoiro donde termina el camino. Millones de peregrinos de todo el mundo han pasado a lo largo de cientos de años por esta plaza para completar la etapa final del camino y entrar a la Catedral por debajo del Pórtico de la Gloria. No hay un día en el que no llegue un nuevo peregrino a Santiago y que admire la catedral desde la Plaza del Obradoiro.
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Haber vuelto a esta ciudad fue un acierto por varias razones, la primera porque tuvimos la sensación de visitarla por primera vez, Charo y yo somos viajeros y en ocasiones (como la visita a Santiago) nos preguntamos qué veíamos antes cuando viajábamos, porque tenemos la sensación de verlo todo por primera vez. Quizás ahora al viajar con la casa a cuestas abrimos más nuestra mente o quizás hayamos llegado a una cierta madurez viajera, pero la realidad es que ahora es todo mas intenso.
Paseando por Santiago. |
El caso es que en ese momento intenso de gente que llegaba y hacia fotos no la hicimos nosotros, la hicimos después de comer y ya no era lo mismo, se conoce que la gente intenta llegar al final de su peregrinación por la mañana, así que nos hicimos la foto sin tanta gente, una pena, pero el Obradoiro y su catedral lo aguanta todo, incluso los andamios de las obras de restauración.
No paramos de dar vueltas por las zonas aledañas de la plaza del Obradoiro, en especial la Plaza de las Praterias con sus enormes escalinatas que suben a la entrada de la catedral. Esta es una de las cuatro plazas que rodean la Catedral de Santiago y es una de las más célebres y bonitas.
El nombre de platerías tiene su origen en los talleres de plateros y orfebres que en la Edad Media se situaban en esa zona, en los soportales del claustro, el caso es que aún hoy en día se ven numerosos establecimientos de joyería. La fachada de la Catedral de la Plaza de Platerías es especialmente interesante ya que es la única de estilo románico que se conserva y data del siglo XI. En la poderosa Torre del Reloj está la “Berenguela”, la campana que durante cientos de años ha anunciado a los compostelanos la hora.
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Antes de entrar en la catedral vimos a un hombre haciendo imanes en los que ponía nuestras caras vestidos de peregrinos, se trata de esas cosas típicamente turísticas que normalmente no nos gustan mucho, pero aquello reflejaba lo divertido del momento y no pudimos resistirnos.
La Catedral es la obra más sobresaliente del arte románico en España y su exterior es tan inconfundible como grandioso, pero al entrar en el interior nos quedamos mudos. No habíamos podido verla la otra vez que estuvimos en Santiago, por lo tanto esta era la primera vez e impresiona muchísimo, porque se trata de una catedral románica, pero a diferencia del románico que estamos acostumbrados a ver en el que abundan las iglesias pequeñas y a veces muy oscuras en su interior, esta es de proporciones enormes, así que es normal que te deje con la boca abierta. Aunque todo es grandioso se te van los ojos de forma especial hacia el altar mayor y el Botafumeiro.
La Catedral es la obra más sobresaliente del arte románico en España y su exterior es tan inconfundible como grandioso, pero al entrar en el interior nos quedamos mudos. No habíamos podido verla la otra vez que estuvimos en Santiago, por lo tanto esta era la primera vez e impresiona muchísimo, porque se trata de una catedral románica, pero a diferencia del románico que estamos acostumbrados a ver en el que abundan las iglesias pequeñas y a veces muy oscuras en su interior, esta es de proporciones enormes, así que es normal que te deje con la boca abierta. Aunque todo es grandioso se te van los ojos de forma especial hacia el altar mayor y el Botafumeiro.
Si bien se trata de una Catedral románica, el altar mayor es barroco ya que se sustituyó el original por el actual altar barroco, presidido por Santiago vestido con un hábito de peregrino, sobre el que se colocó el espectacular baldaquín sostenido por ángeles, coronado por la efigie ecuestre del Apóstol y el escudo de España, es decir todo muy “como Dios manda”
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Dicen que te deja un recuerdo para toda la vida…..y digo que lo dicen porque nosotros no pudimos verlo, llevábamos la idea de asistir a la misa del peregrino pero la habían retrasado una hora y se nos hacía muy tarde. Nos importó, pero no demasiado porque ya pensábamos hacer algún día el camino de Santiago y después de todo lo que hemos visto aquí, es seguro que lo haremos. Ojalá que algún día Charo y yo hagamos la entrada en la Plaza del Obradoiro de la misma forma que vimos este día y asistiremos a la misa del peregrino donde espero que pongan en marcha el Botafumeiro.
Convento de San Martin Primario
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Salimos de la Catedral por la Plaza da Inmaculada, donde está un edifico espectacular, el Convento de San Martin Primario. En la actualidad ya no es un monasterio debido a su gran tamaño, ya que es el segundo monasterio más grande de España, sólo después de El Escorial. Su interior acoge distintos usos y además es residencia universitaria durante el curso y hostal en verano.
Decidimos ir a comer en una de las calles del centro, cerca de donde atamos las bicicletas, habíamos visto un restaurante que daba un menú del peregrino por 7 euros, madre mía sólo 7 euros en un sitio turístico, así que quisimos probar. Pues bien, estuvo de maravilla. De primero empanada gallega de espinacas y de segundo carne guisada. Nos gustó muchísimo la empanada, comer empanadas estupendas que nada tienen que ver con las que comemos fuera de Galicia fue una constante en el viaje.
Al salir estuvimos viendo el el Pazo de Fonseca, que tiene uno de los claustros más bonitos de Compostela, donde se pueden ver incluso las torres de la Catedral.
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Después de comer seguimos paseando por las empedradas calles de Santiago hasta llegar a la parte de abajo donde está el Parque Alameda. Al llegar allí pensamos que podíamos dar por terminada la visita, todavía era temprano y faltaba mucho tiempo para que se celebrase la misa del peregrino, así que abandonamos el área de Santiago, con lo cual no pagamos por la pernocta que comenzaba a partir de las 8 de la noche y emprendimos camino hacia Noia.
Noia (Noya)
Intentamos planificar los viajes de la mejor forma posible pero los viajes siempre te sorprenden, porque llegamos a Noia y había un lio increíble, estaban de feria y encontrar un sitio para aparcar parecía misión imposible. Estuvimos planteándonos que lo suyo era irnos, pero al final conseguí aparcar en pleno centro y al lago de la ría, era un parking donde ponía que solo era para turismos, pero en un ya había una autocaravana y la verdad es que conseguí un sitio donde no molestaba a nadie (N 42º47´5”, W 8º 53´28”)justo al lado del Parque Paseo Maritimo con vistas a la ria.
Paseamos un poco por las calles y entramos en un bar donde ponían el partido. Si puedo lo veo y esta vez a pesar de estar viajando …. puedo.
Como digo los viajes siempre tienen una capacidad especial de sorprenderte porque lo pasamos de maravilla viendo el partido y la razón fue que había una camarera muy simpática y muy activa que nos trato de maravilla, asi que Charo que solo mira los partidos de reojo le hizo algunas fotos para colgarlas en el relato de nuestro viaje y no olvidarnos de ella.
Como digo los viajes siempre tienen una capacidad especial de sorprenderte porque lo pasamos de maravilla viendo el partido y la razón fue que había una camarera muy simpática y muy activa que nos trato de maravilla, asi que Charo que solo mira los partidos de reojo le hizo algunas fotos para colgarlas en el relato de nuestro viaje y no olvidarnos de ella.
Salimos y dimos una vuelta por el pueblo que sin duda es muy bonito con edificios históricos muy interesantes y además la zona del mara seguro que es muy interesante, pero estaba todo tomado por los puestos y atracciones de la feria, pero ya digo que el lugar merece la pena su casco urbano fue declarado Conjunto histórico en 1985 y es bonito.
El mar esta en el centro del ser de Noia, gracias a la ría y al puerto que se considera el puerto de Santiago de Compostela al estar solo a 30km. |
Así que nos fuimos a dormir y lo hicimos casi metidos en medio del jaleo de la feria, a unos 50 metros de las primeras atracciones. Supongo que para mucha gente eso sería una autentica faena y no hubieran podido dormir, pero no es nuestro caso y nos gusta la posibilidad que nos brida nuestra Gaviota para vivir en el corazón mismo de lo que pasa a nuestro alrededor, se trata de una decisión de libertad, la libertad de la que disfrutamos ahora, porque no siempre tiene que ser así, otras veces será al revés y dormiremos en el sitio mas tranquilo del mundo.
Se conoce que la mayoría de coches se fueron de madrugada y la policía acordonó la zona a primerísima hora de la mañana, al parecer iba a haber fuegos artificiales esa noche. La policía estaba allí mismo, no obstante lo cual no renuncié a mi paseo matinal, en este caso en el parque que estaba justo delante del parking y que daba a la ría. Como siempre un placer despertarse en sitios como este y disfrutar unos minutos antes de desayunar.
Poco después aparté la cinta un poco para poder salir y lógicamente la volví a colocar, me ayudó un policía que vigilaba la zona y emprendimos la marcha.
Poco después aparté la cinta un poco para poder salir y lógicamente la volví a colocar, me ayudó un policía que vigilaba la zona y emprendimos la marcha.
En el recorrido teníamos pensado pasar por Ponte Nafonso gracias a lo que habíamos leído en un relato de un compañero autocaravanista. Se trata de un puente que cruza el río Tambre que desemboca en la Ría de Muros e Noia. En la actualidad no hay que pasar por allí porque en el punto de la ría donde se mezclan las aguas dulces y saladas existe un moderno y gran viaducto que conduce a la carretera de Noia en dirección a Muros. Sin embargo, hasta no hace mucho, la única forma de cruzar la ría era por Puente Nafonso, un puente situado aguas arriba a poco más de un kilómetro y ya en el río Tambre. No se sabe su verdadera antigüedad, aunque hay quién lo relaciona por los reyes Alfonso IX o Alfonso II, ambos del siglo XII, es decir se trata de un puente muy antiguo que bien merece una visita, siendo además una imagen preciosa la de este puente cruzando la ría. Estuvimos allí un rato (42º49´39”N 8º52´32”W), la ría estaba preciosa en ese momento.
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El día estaba completamente despejado así que Muros lucia espléndido.Al llegar Charo se empeñó en que había que tomar una ración de pulpo, era la primera vez en el viaje pero no iba a ser la última.
Muros de 5.000 habitantes es un bonito pueblo con bastantes escaleras y callejones que dan al mar o para ser exactos al final de la ría donde se junta con el mar. En caso es que tiene un paseo mirando al mar donde hay bastantes terrazas, en una de ellas es donde nos sentamos nosotros concretamente en la de bar que se llama el “Teatro Mercedes”, se trataba efectivamente de un antiguo y pequeño teatro de la localidad hoy convertido en un bar muy interesante de ver por dentro. Como digo allí nos tomamos la primera ración de pulpo de este viaje y no nos decepcionó, no se qué clase de paliza le habrían dado a este pulpo para que estuviera tan tierno pero desde luego no es extraño que la gente hable del pulpo que se hace en Galicia porque yo no recuerdo haber comido nada igual.
El caso es que se dice y me consta que es verdad, que al pulpo cuando se le pesca hay que darle una paliza golpeándolo contra las rocas para conseguir que se rompan las fibras, de esa forma se consigue que esté mas rico al estar mas tierno, parece ser que hoy en día eso se consigue metiéndolo en el congelador, donde como se sabe se congelan las partículas de agua y al dilatarse estas se rompen las fibras de la carne. Pues bien, a los pulpos que nos comimos en Galicia creo que la paliza se la dieron dentro de un congelador, porque estaban muy pero que muy tiernos.
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Reanudamos la ruta para buscar la Playa de Ancoradoiro que habíamos leído a un compañero autocaravanista que era muy bonita, pero no llevábamos coordenadas así que decidimos ir un poco a tientas y preguntando, el caso es que al poco cogimos un desvío hacia el mar sospechando que sería esa la dirección, mas adelante ya preguntaríamos. Vimos a una mujer y esta nos indicó que efectivamente la famosa playa estaba hacia abajo por un escarpado camino por donde ni en sueños iba a pasar nuestra Gaviota, así que la dejamos aparcada y empezamos a descender a pie. Cuando llegamos al final estábamos encima de unas rocas con una pequeña playa, a la derecha y otra a la izquierda, El lugar nos pareció fantástico y con la dificultad que habíamos tenido en encontrarlo se asemejaba a un tesoro sólo descubierto por nosotros (bueno y por el compañero autocaravanista que nos aconsejo llegar hasta ese sitio).
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Punta do Sinal |
Lo curioso es que nos habíamos equivocado porque horas después cuando íbamos por la carretera vimos un cartel indicador que rezaba: “Playa de Ancoradoiro” ……….. como???
Es decir no habíamos estado en la playa de Ancoradoiro, lo que habíamos visto no era eso, sobre todo porque playa lo que se dice playa casi no había, llegamos allí siguiendo las notas sacadas por Charo del relato de un autocaravanista, pero estábamos en otro sitio. Cogimos un camino sinuoso que nos llevó a unas rocas a escasos metros del agua en un lugar impresionante. Se dominaba toda la ría de desde allí y a esas horas el sol lo bañaba todo y lucía de forma muy especial,así que no dudamos de que habíamos encontrado “el lugar” que nos recomendada el compañero autocaravanista, habíamos encontrado lo que para nosotros era el tesoro de las playas de gallegas: la Playa de Ancoradoiro !!!
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El "Falso" Video de la Playa de Ancoradoiro
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Y aunque se trataba de un error nosotros estábamos muy contentos, nos sentíamos muy afortunados de formar parte de la comunidad de autocaravanistas y de forma especial de los autocaravanistas blogueros que tanto nos ayudan, así que grabamos un video en ese sitio acordándonos de ellos, lo colgamos en la página Facebook de La Gaviota Viajera y en todas las redes sociales que se nos ocurrió en ese momento. Es decir lanzamos al aire del mundo mundial de las redes lo que se podía denominar el “Falso Video de la Playa de Ancoradoiro”
Por eso horas después cuando vimos el desvío de la “auténtica” playa nos quedamos perplejos y por un segundo con cara de idiotas, pero muy al contrario puede decirse que nuestro error es la auténtica sal y pimienta de cualquier viaje, a veces en los viajes te equivocas de sitio y encuentras otro que no buscabas pero que es una maravilla, el nivel de probabilidades de que eso ocurra en la costa gallega es mucho mas elevado que en otros sitio, hay miles de lugares preciosos e inolvidables, así que descubras lo que descubras te parecerá una maravilla.
Días después ya en casa supimos que el lugar del error se llama la Punta do Sinal (42.751520, -9.080941),
Días después ya en casa supimos que el lugar del error se llama la Punta do Sinal (42.751520, -9.080941),
El lugar era similar al anterior, es decir un lugar precioso con unas vistas a la ría que no vamos a olvidar fácilmente (claro que para eso hacemos este blog), salvo que aquí el agua estaba algo mas alejada. El faro es precioso por el sitio donde se encuentra y por ser tan sencillo como hermoso. Al llegar estábamos solos pero llegó un señor cargado con algunos bultos, iba saltando de roca en roca sin apartar la vista del faro.
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Playa de Ancoradoiro
Ya en la carretera y unos cinco kilómetros mas adelante, tal y como ya hemos contado, vimos el cartel que anunciaba la tan deseada Playa de Ancoradoiro, esta vez sí era esa, así que salimos de la carretera y tomamos el camino que nos llevaba hasta ella. Tal como la habíamos imaginado es una playa enorme, con la arena blanca, en ese momento hacía mucho viento y estaba casi vacía por lo que parecía un playa virgen desconocida para el común de los mortales, supongo que algo así fue lo que le pareció al compañero bloguero que nos trajo hasta aquí. Justo al lado y muy cerca del mar hay un camping, buen lugar para pasar un par de días. Imagino que en pleno verano (nosotros estábamos en la última semana de agosto) debe de venir mucha gente porque hay una zona de aparcamientos bastante amplia.
Hórreo de Carnota
Se encuentra muy cerca de la plaza de la villa de Carnota y no hay mucho mas que ver en la localidad que el propio hórreo, pero merece la pena acercarse. Es del siglo XVIII y entra en competencia con el hórreo de la parroquia de Lira que tiene otro similar, ambos realizados en piedra, con 22 pares de pies. La verdad es que impresiona. El hórreo hoy en día es un importante monumento que forma parte de un conjunto arquitectónico compuesto por el hórreo, un palomar y la iglesia. El arquitecto que lo diseño consiguió transformar en un objeto de gran belleza una construcción de tipo funcional, como es la de un hórreo, con una aplicación tan modesta como la de guardar y secar los productos del campo.
Playa de Boca do Rio
No estuvimos mucho tiempo viendo el hórreo y nos fuimos a ver la Playa de Boca do Rio, que también conocíamos de su existencia gracias a lo que habíamos leído en un blog. Encontramos el desvío en la carretera para llegar a la Playa (42.841167, -9.101540), no puede decirse que esté muy bien señalizado, nosotros íbamos atentos gracias a las instrucciones del relato que habíamos leído. Tomas el desvío de la carretera y bajas en dirección a la playa, al llegar cerca encuentras dos aparcamientos, cualquiera de los dos es bueno, porque aunque aparques en el primero es fácil llegar caminando. Nosotros vimos autocaravanas en el parking mas cercano a la playa quizás porque pensaban pasar la noche en ese sitio.
Es la playa de Carnota (que se llama Boca do Rio porque desemboca en ella el rio Valdebois) y tiene siete kilómetros de longitud, lo que supone que es la más grande de Galicia, pero ademas fue calificada como una de las cien mejores del mundo por la revista alemana “Traum Strände”) y es que en 2008, dos periodistas alemanes visitaron 21 países para elegir las 100 mejores playas del mundo, dedicando a Galicia un reportaje de seis páginas titulado “Galicia: jardín del Edén en España”. Imagino el viajecito que se marcaron los dos amigos periodistas, a la vista de esto me doy cuenta de que no he sido muy listo eligiendo mi profesión, no solo porque el mundo del derecho sea un petardo insufrible, sino porque como modo de vida no me aporta lo que a otros, hay que ser tonto !!!!!
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Nosotros la vimos con la marea bastante baja y en ese momento se forman "piscinas" que la hacen todavía más espectacular. Hay tramos en los que el agua no cubre apenas, con lo que resulta muy agradable para el que quiere bañarse en modo balneario, entre otras razones porque el agua está mas bien caliente. Parece ser que cuando sube la marea presenta zonas con remolinos y corrientes. Merece la pena ver esta laguna tan bonita con grandes rocas de diferentes formas y arena blanca y fina, un sitio ideal para dar un paseo por la orilla del mar, disfrutando de las vistas.
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Además de la zona de las lagunas si se sigue avanzando está la playa que da al océano, es espectacular porque es de arena muy fina y blanca y porque es enorme (7 kilómetros) pero además es muy agradable con zonas en las que cubre poco y en los que se puede disfrutar haciendo largos paseos. Grabé un video porque es de ese tipo de lugares que me resulta imposible meter dentro de una simple foto (ya se que un fotógrafo de verdad jamás diría eso)
Poco después ya estábamos camino de cabo Finisterre. El camino hacia el cabo era precioso con unas vistas espectaculares. |
El Cabo Finisterre
Todo el mundo habla de la gran atracción que supone en este sitio ver la puesta de sol sobre la inmensidad del océano, sobre el mar del fin del mundo.
Pero nosotros no estuvimos tanto tiempo. Cabo Finisterre tiene todo eso, es verdad, además se ve envuelto por un halo de misterio que resulta muy atractivo, pero es asquerosamente turístico. En el momento que llegamos nosotros no paraban de venir autobuses con turistas dispuestos a hacerse una foto, solos, delante de esto o aquello. En mayor o menor medida todos lo hacemos, nosotros también, pero cuando es un turismo masivo te entran ganas de ver el lugar “rapidito” y salir corriendo. Curiosamente yo conseguí hacerle una foto a Charo sola en la famosa cruz que hay en el Cabo Finisterre, toda una azaña.
Pero nosotros no estuvimos tanto tiempo. Cabo Finisterre tiene todo eso, es verdad, además se ve envuelto por un halo de misterio que resulta muy atractivo, pero es asquerosamente turístico. En el momento que llegamos nosotros no paraban de venir autobuses con turistas dispuestos a hacerse una foto, solos, delante de esto o aquello. En mayor o menor medida todos lo hacemos, nosotros también, pero cuando es un turismo masivo te entran ganas de ver el lugar “rapidito” y salir corriendo. Curiosamente yo conseguí hacerle una foto a Charo sola en la famosa cruz que hay en el Cabo Finisterre, toda una azaña.
En cualquier caso este es el primer punto que pisábamos en la legendaria Costa da Morte y eso tenía un interés añadido para nosotros. Esta costa debe su nombre a los numerosos naufragios que aquí han ocurrido. Una agreste franja costera con playas inmensas como Carnota, y también acantilados, fuertes corrientes y repentinos temporales que la hacen tan temida por los navegantes porque aquí el mar no se anda con tonterías, ese es el testimonio que veríamos en el Cementerio de los Ingleses, cerca de Cabo Vilán, donde fueron enterrados los marinos del Serpent que naufragaron en 1890. Quizá para pedir clemencia al cielo, esta es también una costa salpicada de santuarios mágicos, como el de la Virxe da Barca.
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Poco después ya estábamos en Muxia o Mugia, un pueblo costero de 5.000 habitantes. Llegamos casi al atardecer y nos fuimos por la mañana pero es una de los sitios que vamos a mantener mas tiempo fresco en nuestra retina.
El pueblo es pequeño y no parecía fácil aparcar la Gaviota, así que nos alejamos un poco hasta encontrar un sitio fantástico, a la salida del pueblo pero muy cerca para acercarse dando un paseo.Se trata de una zona de aparcamiento de vehículos que ese día estaba prácticamente vacía, aparqué la Gaviota de forma que escuchásemos el mar por la noche mientras dormíamos y que al levantarnos tuviéramos las mejores vistas del mundo.
Después nos fuimos a pie y llegamos enseguida al paseo marítimo, desde allí mirábamos al extremo opuesto del pueblo, donde se veía una montaña e intuíamos un faro, pero además se distinguía al contraluz a varias personas que habían coronado las montañas y parecían pasear por allí. Nos encontramos con unos matrimonios paseando y les preguntamos qué ver en Muxia y sobre todo porque había gente transitando lo alto de la montaña. Fueron muy amables y nos hablaron maravillas de Muxia, nos explicaron que la gente sube hasta arriba por un camino que se ha hecho no hace mucho y llegan al monasterio, las piedras y por supuesto un faro.
El pueblo es pequeño y no parecía fácil aparcar la Gaviota, así que nos alejamos un poco hasta encontrar un sitio fantástico, a la salida del pueblo pero muy cerca para acercarse dando un paseo.Se trata de una zona de aparcamiento de vehículos que ese día estaba prácticamente vacía, aparqué la Gaviota de forma que escuchásemos el mar por la noche mientras dormíamos y que al levantarnos tuviéramos las mejores vistas del mundo.
Después nos fuimos a pie y llegamos enseguida al paseo marítimo, desde allí mirábamos al extremo opuesto del pueblo, donde se veía una montaña e intuíamos un faro, pero además se distinguía al contraluz a varias personas que habían coronado las montañas y parecían pasear por allí. Nos encontramos con unos matrimonios paseando y les preguntamos qué ver en Muxia y sobre todo porque había gente transitando lo alto de la montaña. Fueron muy amables y nos hablaron maravillas de Muxia, nos explicaron que la gente sube hasta arriba por un camino que se ha hecho no hace mucho y llegan al monasterio, las piedras y por supuesto un faro.
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Efectivamente había un camino muy agradable que nos llevó hasta la parte mas alta.
Arriba había mucha gente que parecía que habían elegido ese lugar para pasar la tarde con vistas al mar, porque el único que estaba haciendo fotos era yo. Desde allí se divisaba todo el pueblo que se encuentra rodeado por todas partes menos por una por el mar, sus casas de colores parecen impresionistas. El lugar era hipnotizante porque a pesar de que el mar estaba tranquilo no dejaba de golpear contra las rocas. Dicen que para ver el océano Atlántico en toda su bravura, el mejor sitio es el santuario "Da Virxe da Barca" y quedarse hipnotizado ante la inmensidad del mar. |
Las rocas y las olas del mar golpeando contra él ocupan toda la atención del viajero al llegar, poco después descubres las famosas piedras de Muxia, se trata de una piedras de tamaño descomunal que parecen talladas por la mano del hombre con formas que mas bien asemejan a un escultura contemporánea.
Empezó a caer el sol y a teñir el mar de tonos rojizos, en ese momento el Santuario se veía precioso. Comprendimos que toda la gente que estaba allí lo hacia para contemplar la puesta de sol y nosotros nos dejamos llevar por el momento hasta que ya era completamente de noche.
Volvimos a la Gaviota agotados por el intenso día que habíamos vivido, dormimos a pierna suelta pero no sin dejar de escuchar el mar durante toda la noche porque teníamos la playa a nuestros pies. |
Camariñas
Desayunamos y nos dirigimos a Camariñas
Camariñas es un pequeño municipio de 6.000 habitantes, debe su nombre a un arbusto de la zona que da unos frutos llamados “caramiñas”. Se trata de un pueblo muy interesante pero del que apenas habla nadie, al menos nosotros no encontramos ninguna referencia en el Google. Está situado en la ría del mismo nombre y es un lugar acogedor y agradable, en definitiva un bonito pueblo muy tranquilo y en plena Costa da Morte.
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Quizás se hable poco de él porque es un lugar ideal para que sirva de base para recorrer los alrededores, el faro Vilán y el Cementerio de los Ingleses que se llevan todo el protagonismo de la zona, pero sus calles y el puerto presentan ese ambiente marinero tan característico de la costa gallega que invitar a pasear y sentarse en una terraza.
Antes, en el recorrido que hicimos hasta llegar a Camariñas, vimos casas señorial y hórreos espectaculares. Ya en el pueblo pudimos apreciar los trabajos de encaje de bolillos que caracteriza como ninguna otra cosa a este lugar, de hecho tienen un Museo de Encaje como símbolo de esta tradición local.
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Estuvimos paseando un rato y nos sentamos en una agradable terraza al borde del mar donde comimos un buen trozo de empanada, no estaba mal pero no tenía nada que ver con aquella que comimos en Santiago de Compostela.
Enseguida emprendimos camino hasta Faro Vilán (Faro Villano) y hacia el Cementerio de los Ingleses.
Entre tanta belleza natural destaca la increíble vegetación que hay alrededor del faro, son plantas rastreras de muy diversos colores donde predomina el verde y el morado, a veces parece que se meten en el mismísimo faro y desde ahí hasta el mar.
Cementerio de los Ingleses
Poco después llegas a una zona en la que hay lo que en principio parecen playas ya que se trata de una zona de fácil acceso al mar, pero no es así exactamente porque se trata de playas de piedras tan grandes en las que no es fácil entrar a bañarse, no es difícil pasar por encima de ellas porque aunque son grandes están redondeadas por la erosión de mar. El agua golpea constantemente las rocas y el ruido impresiona, el lugar tiene un aspecto mágico y a ello contribuye que estás solo y no hay nadie alrededor así que, por segundos te invade la sensación de que es un lugar único que sólo tu has tenido el privilegio de encontrar.
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Tras la visita al Faro se toma un camino de tierra, que te conduce al Cementerio de los Ingleses (43.185014, -9.170644), en realidad se trata de una vía forestal de tierra, con lo que el recorrido es un poco inestable, en cierto modo convierte la visita al lugar en una aventura, aunque en ese momento pensé “vaya disparate de camino”.
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La fantasía se deshace poco después cuando aparece un camino hecho de lamas de madera que te conduce a la zona en que se supone que están los cuerpos de los marineros ingleses que murieron aquí en el naufragio del torpedero británico Serpen el 10 de noviembre de 1890 que embarrancó contra la punta de O Boi. Hubo tres supervivientes que fueron empujados por la mar hasta la playa del Trece, pero murieron 172 hombres cuyos cuerpos el mar fue devolviendo durante los días posteriores al naufragio, el cura de Xaviña ayudado por las gentes del pueblo dieron sepultura a los cuerpos. El naufragio fue terrible y por ello cada barco Británico que pasaba lanzaba unas salvas en honor a sus marineros.
No obstante, intrigados porque no vimos en ningún momento un espacio donde pudieran estar los cuerpos de los marineros, pudimos saber que el pequeño recinto de piedra que hay en ese lugar, es mas un monumento conmemorativo que un cementerio propiamente dicho, porque los cuerpos no fueron enterrados allí, cosa bastante lógica porque el suelo de la zona es de piedra y hubiera sido muy difícil abordar aquellos trabajos.
El lugar nos impresionó, pensábamos que el interés de ver un cementerio ingles sería debido a lo bonitos de sus jardines o lo pintoresco de sus sepulturas y no era en absoluto así, sino simplemente un lugar que te toca al corazón, que te llega muy dentro y que difícilmente se olvidará nunca.
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En cualquier caso el lugar te deja sin palabras porque la gente que viene a verlo hace pequeños monolitos de piedras amontonadas, hay muchísimos y parece que representaran las almas de los 172 marineros muertos. Los monolitos de piedras puestas una encima de la otra parecen ser un gesto de respeto hacia las víctimas que murieron aquí, o al menos eso quise creer yo. No es menos cierto que mientras Charo y yo nos dejábamos invadir por la emoción de lo que veíamos, había un par de chicas haciéndose “selfies” sin parar, mientras esbozaban una sonrisa insolente y ponían los morritos de Marilyn Monroe. Siempre hay distintas formas de ver las cosas.
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Retomamos nuestro camino en dirección al siguiente pueblo en la costa, la localidad pesquera de Arou, que se encuentra a 8 kilómetros siguiendo siempre por el camino de tierra por el que habíamos llegado al Cementerio de los Ingleses, o al menos eso creíamos nosotros.
Quizás nos equivocamos y lo mas sensato hubiera sido dar la vuelta desde el cementerio y volver al Faro Villán, pero el caso es que suponíamos que siguiendo el camino llegaríamos con facilidad a Arou. No fue así, poco mas adelante vimos una bifurcación y tomamos la de la derecha de la misma forma que podíamos haber tomado la otra, el caso es que poco después llegamos a un pequeño pueblo, de no mas de 15 casas y empezamos a cruzarlo porque no quedaba otra opción. Las casas cada vez se nos veían mas encima y llegó un momento en que tuve que pararme para no dañar a la Gaviota que estaba prácticamente varada entre los aleros de dos casas que me impedían seguir hacia delante, pero ir hacia atrás tampoco fue un caminos de rosas. Charo desde fuera me fue ayudando y después de mucha paciencia, mucha suerte, las miradas atentas de tres vecinas que andaban por allí y mucho tiempo, pudimos salir por donde habíamos entrado. Al final regresamos a la bifurcación y seguimos nuestro camino… bueno, camino por llamarle algo porque a medida que avanzábamos había mas cuestas y mas baches.
Después de mucho sufrir vimos el pueblo de Arou al borde del mar, la imagen era preciosa y desde allí nos dimos cuenta de que había que tomar un camino espacial para llegar a él, no lo hicimos y pusimos nuestro punto de mira en dirección a Laxe. Fue una bendición porque enseguida pasamos a una carretera bien pavimentada. Durante la odisea del camino de tierra lleno de baches no dejaba de pensar en lo divertido que iba a ser reventar una rueda o pinchar (que para el caso iba a ser lo mismo) en ese lugar, completamente solos en un camino de tierra, sin cobertura de móvil y sin rueda de repuesto. Una autocaravana es un vehículo para viajar y eso siempre conlleva en mayor o menor medida afrontar aventuras y no tener una rueda de repuesto puede que le convenga a los fabricantes para vender autocaravanas mas baratas, pero a nosotros no nos conviene en absoluto. Otra vez distintas formas de ver las cosas.
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El pueblo de Arou
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Laxe |
Llegamos a Laxe con una idea fija, ver la playa de los Cristales porque habíamos oído mucho hablar de ella, pero descubrimos que Laxe es un bonita localidad de 3.200 habitantes interesante por si misma sin necesidad de tener cristales en una minúscula playa. La cantidad de barcos pesqueros que hay en el puerto te hace comprender que se trata de una localidad de tradición marinera, pero ademas tiene una playa enorme justo al lado del puerto. Es pequeña y sencilla pero muy agradable.
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Dejamos a la gaviota aparcada en el puerto justo al escasos metros del mar. Las localidades pequeñas con puerto pesquero son una bendición para los autocaravanistas porque normalmente podemos aparcar fácilmente en el puerto sin molestar a nadie y consiguiendo un lugar céntrico ideal para hacer la visita a la localidad.
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El caso es que fuimos a la Playa de los Cristales de la que se dice que es un capricho de la naturaleza, porque el mar recogió los restos de un antiguo vertedero y los devolvió como cristales pulidos, muy pulidos, es decir se puede andar descalzo por encima de ellos como si de pequeñas piedrecitas se tratara. Es una cosa curiosa porque no te imaginas que una playa en lugar de tener arena tenga cristales, pero tampoco es la séptima maravilla del mundo porque se trata de una playa minúscula en un sitio nada especial.
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Terminamos el día llegando a la capital de Galicia: A Coruña. Se trata de una gran ciudad y por lo tanto de un problema para buscar sitio para pernoctar, pero lo hicimos en el parking que hay al pie de la torre de Hercules (43.383670, -8.401986) y la verdad es que fue un lugar estupendo por lo cerca que está de todo y porque no deja de ser un lugar emblemático en la cuidad.
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Estaba muy lleno y nos costó encontrar un sitio pero a medida que iba cayendo la tarde se fue vaciando el aparcamiento y al poco conseguimos un buen sitio.
Era bastante tarde y aprovechamos para subir a la Torre de Hercules a contemplar desde allí el atardecer. Hacía bastante frío pero tuvimos mucha suerte porque es un sitio increíble ya que al pie de la Torre hay una enorme plataforma con la Rosa de los Vientos. El sol empezaba a ocultarse y extendía sus colores rojizos mientras iba descendiendo. Disfrutamos muchísimos con el momento.
Era bastante tarde y aprovechamos para subir a la Torre de Hercules a contemplar desde allí el atardecer. Hacía bastante frío pero tuvimos mucha suerte porque es un sitio increíble ya que al pie de la Torre hay una enorme plataforma con la Rosa de los Vientos. El sol empezaba a ocultarse y extendía sus colores rojizos mientras iba descendiendo. Disfrutamos muchísimos con el momento.
Después nos fuimos a cenar a la ciudad, lo hicimos en un restaurante de la zona que se llama Adega O Bebedeiro (Calle Angel Rebollo 34), al que fuimos andando. El restaurante es de ese estilo tipo mesón con una decoración mas bien recargada, con planchas antiguas y radios también antiguas, el caso es que resulta entrañable y todo lo que comimos estaba muy bien, se notaba que había un cocinero detrás que le presta mucha iatención a lo que hace, comimos un marisco que nos recomendaron y que juraría que se llamaba cigarra de mar, parecido a un carabinero, una cena espectacular. Contentos, muy contentos nos fuimos a la cama.
Nos acercamos a la oficina de turismo para que nos dieran alguna orientación interesante. No fue así y no lo fue en absoluto, nada mas empezar como de costumbre nos preguntaron de donde éramos, pregunta bastante tonta la verdad porque les decimos que somos de Talavera de la Reina y no es verdad, Charo es de Olmedo y yo de Madrid y siempre siento el impulso de corregir la pregunta, se me dirá que soy un pamplinas y puede que esté de acuerdo porque la preguntita me hace sentir mal siendo algo sin importancia, pero lo curioso es que se lo preguntan todos los días a mucha gente y aun no se han dado cuenta de que la pregunta correcta es “de donde proceden”….. si atienden a unas 100 personas al día, al cabo de un mes son 3.000 personas, es decir tres mil veces se hace mal la pregunta? y así un mes y otro mes ….. y el pamplinas soy yo? Charo diría que si, seguro !!!. El caso es que digo todo esto porque la siguiente pregunta fue si íbamos a pie o íbamos en coche, “pues no, vamos en bicicleta” le dijimos, y eso perece que la contrarió un poco, o fue lo de que éramos (sin serlo) manchegos, el caso es que nos despachó con un plano de la cuidad y con cero estupendos consejos. No es que no nos fuera útil el plano de la cuidad, que nos lo fue, pero que como diría el “tío pamplinas” no se si será necesario tener un pedazo de oficina de turismo, muy bonita por cierto, al pie de la Torre de Hercules para darle a los visitantes de la cuidad un plano como toda información. El trato que se da en todas las oficinas de turismo no es igual, en algunos sitios hay gente encantadora y muy profesional que te pone las cosas muy fáciles, en otras impera el estreñimiento y eso no es bueno para los visitantes, sobre todo si son manchegos.
Así que cogimos nuestra bicis y emprendimos camino hacia la conquista de la ciudad. Ya habíamos visto la Torre de Hercules así que hoy no dedicaríamos tiempo a ello a pesar de que merece mucho la pena verla porque no en vanos es el único faro romano que existe en España y sin duda el más antiguo que está funcionando aún en todo el mundo. Verlo de día merecería la pena sin duda pero de momento lo dábamos por visto.
El Paseo Maritimo
Justo pegado el aparcamiento donde nos encontrábamos está el Paseo Marítimo y no se trata de cualquier paseo marítimo, sino que este es “Sr. Paseo”, porque es el más largo de Europa con más de 13 kilómetros. Hace todo el recorrido envolviendo la ciudad de un lado a otro, a lo largo de todo el paseo hay un magnifico carril de bicicleta, así que hacerlo en bicicleta es una delicia. La Torre de Hercules está en el centro del recorrido y en el punto mas alto, a un lado las playas y al otro el puerto y la cuidad antigua, hay un poco de pendiente pero no es difícil para hacerla en bicicleta. |
Nada mas iniciar el recorrido te impactan las llamativas farolas de inspiración modernista. Cada uno tiene una imagen en la retina que simboliza mejor que otra un lugar y para mí esa imagen en A Coruña son las farolas modernistas del Paseo Marítimo, y no son cualquier cosa ya que cada farola está pintada de un intenso color rojo con cuatro esmaltes, alusivos a momentos de la historia coruñesa, teniendo en cuenta la zona en la que se hallan ubicadas, esos esmaltes cuentan con una gran reputación y han sido galardonados varias veces, así que no esta de mas pararse y observarlos al menos un momento.
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Así que pedaleamos y disfrutamos de las playas de Orzán y Riazor, era una mañana soleada y no hacia calor por lo que el paseo fue un autentico placer. Al llegar al final nos hicimos una foto con nuestras bicicletas, no las podemos usar siempre, pero en las ciudades son una bendición porque hacemos recorridos que de otra forma tendrían que ser en transporte publico, de esta forma nos empapamos mucho mas de la cuidad. |
La playas estaban preciosas a esas horas de la mañana, quizás por haber frecuentado mas las playas del Mediterráneo nos llama mucho la atención ver como se preparan todas las tumbonas de alquiler mirando a la cuidad y de espaldas al mar. Lógicamente se hace buscando el lugar por donde sale el sol y aquí sale por la espalda si estamos mirando al mar. Volvimos sobre nuestros pasos hasta la Torres de Hercules para seguir por el Paseo Marítimo hasta llegar al otro lado de la cuidad. |
El otro lado de la cuidad es apasionante, de entrada cuando llegas a la zona mas baja te topas con la Torre de Control Marítimo del puerto de A Coruña. Está situada sobre el dique que hace de abrigo al puerto, a nosotros nos gusta muchísimo pero perece ser que en su momento hubo sus mas y sus menos por su controvertido diseño, el caso es que se ha convertido en uno de sus edificios más emblemáticos. Tiene una altura de casi 80 metros y por su situación es visible desde numerosos puntos de la ciudad. Mas adelante llegamos a el Paseo de la Marina donde están las bellas casas llenas de vidrieras, son tantas y tan uniformes que gracias a ellas se le llama la Ciudad de Cristal a la capital de Galicia
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Pusimos el pie a tierra y fuimos a la Plaza María Pita donde está el Ayuntamiento, es preciosa preciosa y no podía haber un lugar mejor en el mundo y en ese momento para hacer una parada técnica. Charo insistió en el pulpo, esa insistencia fue una constante y hay que agradecérselo porque menudo pulpo !!!, es cierto que el sitio era una pulpería (la “Pulpería Maria Pita”) pero creo que es imposible comer un pulpo mejor que ese. |
Plaza María Pita
Estuvimos paseando durante mucho rato por las calles interiores de la zona y no me extraña que se diga que los gallegos viven muy bien porque están abarrotadas de terracitas donde a uno le apetece sentarse a ver pasar la vida.
Terminamos el paseo en la zona del puerto deportivo y cogimos otra vez las bicis camino de la Gaviota. Por el camino del Paseo Marítimo nos cautivó una piscina que está relativamente cerca del Paseo, se trata del Club del Mar e imaginamos que se trata de un club privado, lo peculiar es que es un club muy coqueto y está todo pintado de azul, el suelo, la piscina, el edificio … todo, no me extrañaría que pidas una cerveza y te la traiga un pitufo.
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Después de un rato descansando de la jornada nos fuimos a la Gaviota y emprendimos camino otra vez. Nuestra visita a la capital de Galicia había terminado, a mi A Coruña me ha encantado, Charo dice que no tanto. Pocas veces no hemos estado totalmente de acuerdo.
Betanzos
Vimos que Betanzos es todo cuesta arriba, sin piedad, por calles estrechas y con algún arco por donde no pasa una autocaravana, así que decidimos dejar la Gaviota en la parte de abajo, encontramos una explanada al lado del río antes de entrar a la cuidad y entramos a pie.
Acertamos porque ir andando es sin duda la mejor opción aunque hay algunas cuestas de cuidado, pero quizás sea eso uno de los principales atractivos de Betanzos y que tienes zonas con bares y terrazas, casco antiguo y a pocos kilómetros de Coruña, de las playas y del mar. Se nota enseguida que es una localidad con transcendencia histórica, se palpa en sus calles, sus plazas y sobre todo en sus iglesias, grandes e imponentes.
Iglesia de Santa María de Azogue
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Ibamos callejeando y nos topamos con dos iglesias, muy cerca la una de la otra, la Iglesia de San Francisco y la Iglesia de Santa María de Azogue, esta es de estilo gótico (siglo XIV), parece ser que es una de las iglesias más importantes de Galicia declarada Monumento Nacional, sorprendentemente abierta y con un interior muy interesante que visitamos gratuitamente.
Iglesia de San Francisco
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Al salir nos dirigimos a la Iglesia de San Francisco, del siglo XIV y que no le va a la zaga porque fue declarada Monumento Nacional en el año 1919, pertenece al gótico franciscano y es iglesia de considerable relevancia en Galicia y a nivel nacional.
A esas alturas ya habíamos comprendido porqué se dice de Betanzos que es la capital del gótico gallego.
A esas alturas ya habíamos comprendido porqué se dice de Betanzos que es la capital del gótico gallego.
El caso es que estábamos allí en la pequeña e inclinada plaza donde se encuentran ambas iglesias y nos chocó que en muchos balcones había pendones colgando de bonitos colores y representaciones muy diversas. Era evidente que no era una cosa puntual porque había muchos en la mayoría de los balcones y todos tenían el mismo tamaño. Intrigados asaltamos al primer y único vecino que vimos por allí, tenía aparcado el coche y se iba a toda prisa pero fue muy amable al explicamos que se trata de la XV edición del Bienal de Pintura Balconadas, un concurso que convoca el Ayuntamiento de Betanzos, ese año había mas de 160 obras de todo el mundo, tuvimos suerte porque las obras iban a estar expuestas del 18 de Julio al 28 de Agosto pero dado su interés se prorrogó unos días mas. Lo más curioso es que el brigantino al que preguntamos era un artista que también había expuesto una obra, pero nos dijo, no sin retintín, “yo no he ganado, claro que no me extraña, me lo han puesto en una de las calles de abajo donde no lo ve nadie”. Muy amablemente nos indicó donde podíamos ver el trabajo ganador y desde luego ese sí estaba en un sitio que vería todo el mundo. Lo que es incuestionable es que esa bienal llenaba las calles de color y arte, una iniciativa muy plausible.
Seguimos paseando por la localidad que ya digo que sorprende aunque solo tenga 13.200 habitantes y llegamos al centro neurálgico, La Plaza de la Constitución. Se trata de una plaza amplia y curiosamente llana, digo curiosamente porque este pueblo no creo que sufra de encharcamientos ya que esta todo el pueblo inclinadísimo.
Betanzos es un lugar de culto de la tortilla de patata y por lo tanto era el momento ideal para sentarse en una terraza y pedir una, pero nosotros habíamos desoído los consejos de mi primo y así nos luce el pelo…. días después cuando se nos preguntaba una y otra vez eso de “¿estuvisteis en Betanzos, no, y que tal la tortilla de patata?” se nos quedaba cara de memos.
Y es que no se trata solo de que la hagan bien sino de que la hacen a la manera de Betanzos, muy pero que muy jugosa. |
Cenamos y emprendimos camino, íbamos a llegar de noche, pero no nos importaba porque la idea era llegar de noche para saludar a mi primo y su mujer y pasar el día siguiente con ellos, así que hicimos el recorrido anocheciendo. Eso nos permitió ver paisajes preciosos de las rías cuando se acuesta el sol, concretamente hice una foto que pongo aquí al lado de la Ría de Betanzos en una de las veces que paramos la Gaviota a contemplar el bonito atardecer.
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31 de Agosto: Ares, Ermita de Lubre, Ermita de Chamorro, Ferrol, Pontedeume, Las Fragas de Eume, Redes y Mugardos.
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Amanecimos en Ares después de dormir en la casa de mi primo. Fue la primera vez que viajamos con la Gaviota y la dejábamos aparcada en la calle “sola” y nosotros no dormíamos en ella. La noche con los primos fue fantástica pero Charo no pegó ojo. A veces pienso que el instinto maternal que se encuentra en lo más recóndito del interior de una mujer, presenta muy diversas manifestaciones, porque no paró de decir que habíamos dejado a la Gaviota sola en la calle y que eso la tuvo inquieta toda la noche. Es cierto que podíamos haber dormido en “nuestra casa”, lo que nos resulta mas cómodo ya que allí tenemos todas nuestras cosas, pero llegamos tarde y nos apetecía estar el mayor tiempo posible con los primos, dormir en su casa era la mejor solución para aprovechar lo que sabíamos sería un tiempo escaso. Por otro lado fue un privilegio, por la noche no vimos mucho, ya se sabe que de noche todos los gatos son pardos, pero al despertarnos nos sorprendieron una magnificas vistas a la Ría de Ares. Nuestra Gaviota nos regala lugares imponentes pero este desde luego era difícil de superar.
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Empezamos el día y nos pusimos en manos de los primos, contábamos con el mejor cicerone del mundo: “Mi primo Ricardo”, yo me había limitado a contarle que llegábamos a Ares y el nos preparó un día intensísimo de visitas que solo de su mano podríamos organizar.
Iglesia de Santa Eulalia (Lubre)
La Iglesia nos encantó, además es como si fuese la iglesia de la familia porque fue en ella donde se casó mi sobrina Ana con Javier
AresAntes de salir para Ferrol dimos una vuelta por Ares, mas bien rápida, pero al llegar al Puerto dimos un pequeño paseo, gracias a eso nos dimos cuenta de la dimensión de la localidad porque tiene un puerto deportivo de importantes dimensiones, hice solo las dos fotos que adjunto aquí, dos buenas fotos (o eso creo yo)
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Mirador de la Ermita de Chamorro
De allí nos fuimos a conocer Ferrol, en el programa que Charo y yo habíamos preparado era el día para ver Ferrol y Pontedeume. De entrada Ricardo nos tenía preparada una sorpresa, ya que nos llevó a ver Ferrol pero como aperitivo primero subimos a un lugar bastante especial desde donde se puede ver toda la Ría de Ferrol. Se trata del Mirador de la Ermita de Chamorro (43.508876675259, -8.242835770691). Desde este lugar de gran belleza natural, se observan unas impresionantes panorámicas de la ciudad de Ferrol, sus barrios e incluso en días soleados y con buena visibilidad la central térmica de Endesa.No fue ese nuestro caso, porque soleado no estaba, pero pudimos ver muy bien toda la Ría quizás con una luz mas “típica” lo que en cierto modo agradecimos porque no paramos de tener sol, a veces mucho sol.
Ciudad de FerrolSeguidamente bajamos a la Ciudad de Ferrol con la idea de callejear. Lógicamente contábamos con dos ferrolenses a nuestro lado, ver una cuidad así es una suerte enorme, porque te van contando cosas que de otra forma se te pasarían inadvertidas o simplemente cosas que no vienen en ningún relato ni guía de viajes de nadie, porque no se consideran de interés turístico y sin embargo son las cosas mas auténticas. Ferrol es una cuidad mas bien pequeña, de tan solo 70.000 habitantes, pero es indudable que el pasado que atesora la hace situarse en rango muy superior a otras localidades españolas de muchos mas habitantes. |
Las calles del centro de Ferrol son muy animadas, concretamente el Barrio de la Magdalena lleno de comercios y terrazas. En el momento que llegamos nosotros ya había bastante bullicio y sin embargo era muy temprano. Imaginamos que el trafico debe ser un poco disparatado en hora punta pero en aquel momento no era así. El barrio de la Magdalena es la prueba evidente del importante pasado histórico de la ciudad ya que tienen un diseño propio de la época de la Ilustración, parece ser que aquí, como en Madrid, intervino Carlos III para dejar testimonio de tan importante época, íbamos un poco deprisa y no pude comprobar si el trazado de las calles se asemejaba o no a lo que conocía de Madrid.
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El Modernismo de Ferrol
Estuvimos viendo un rasgo muy importante de esta ciudad, ya que muchos de sus edificios son modernistas con llamativas galerías y miradores, la mayoría de Rodolfo Ucha, antiguo arquitecto municipal, con decoraciones geométricas y naturalistas de elaborado diseño, las que vimos nosotros no puedo decir que estuvieran llenas de color, tal y como es habitual en el modernismo, sino que eran predominantemente blancas, de un blanco intenso tan del gusto de la vidriera aquí en las proximidades de Coruña. No obstante, uno de los edificios que vimos si era de un color rojo intenso, se trataba de las escuelas donde trabajaba la prima Ana.
Hay una historia divertida que nos contó el día anterior la prima y es que cuando hicieron su casa en Ares.
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Ferrol es una cuidad rica en historia del pasado y del presente y si hablamos de historia no podemos pasar por alto la historia mas reciente, al menos yo no voy a hacerlo, porque Ferrol es la cuidad donde nació Franco, tanto es así que en vida de este cambió su nombre a “El Ferrol del Caudillo”. Ya se que hay gente que considera que lo mejor es borrar de un plumazo las parte de la historia con las que no comulgan, pero a mi como espectador de la historia pasada y presente no me apetece en absoluto, no creo que el Imperio Romano o Napoleon, por poner un caso, sean un ejemplo de virtudes en el trato que dispensaban a sus súbditos, pero no por eso dejan de interesarme aquellas épocas. El caso es que Ferrol cuenta con eso en su pasado reciente y uno puede ver la casa donde nació.
Poco después fuimos bajando en dirección al Arsenal o lo que llamaríamos el Ferrol militar:
Pocas cosas dan identidad a Ferrol como el Arsenal, se construye a lo largo del s. XVIII en pleno auge de la etapa de la Ilustración. Desde entonces la ciudad quedó vinculada inexorablemente a los vaivenes de la construcción naval y porqué no decirlo, de la política. Tiene una doble función, militar e industrial. El Arsenal es una singular arquitectura hidráulica, defensiva, naval y militar, que por su importancia está propuesta a la UNESCO para ser declarada Patrimonio de la Humanidad … ahí es nada. Todo esto supuso que Ferrol pasase a ser una de las primeras urbes industriales de Galicia, incluso hoy, a pesar de la crisis es una de las factorías mejor dotadas del mundo para la construcción de buques de guerra. El caso es que nosotros estábamos allí delante y Ricardo explicándome que era allí donde él trabajaba. A veces me acerco a la gente de los lugares que visitamos y tengo la suerte de que me cuenten parte de sus vidas, de lo que hacen allí. En ese momento recordaba los días en que yo era muy pequeño y a veces veía a mi primo Ricardo, algo mayor que yo, él me explicaba los avances que iba haciendo en su carrera de Ingeniero Naval, para mi era un referente, yo no había tenido ningún hermano mayor y lo tomé prestado. Hoy lo tenia delante de mí, contándome que era allí, en los astilleros de Ferrol, donde había trabajado como Ingeniero después de hacerlo en medio mundo. Sin comentarios !!!!!.
Paseando llegamos al Paseo de la Marina, allí íbamos a coger el barco para recorrer la Ría de Ferrol y antes de salir nos tomamos algo en el Mesón el Coral, tortilla y pulpo… esto de tomar pulpo en las paradas técnicas ha sido una costumbre estupenda en este viaje.
El Paseo de la Marina es uno de los lugares mas bonitos de esta ciudad, está hoy ocupado por luminosos bares cuyas terrazas se llenan de vida los días y noches de verano, al menos es lo que he leído pero no pudimos ponerlo a prueba, así que habrá que volver a Ferrol. Se trata de un lugar en el que todavía puede apreciarse el trazado medieval de estrechas e irregulares calles, en las que perviven tiendas de efectos navales y tabernas de porte antiguo o intemporal, edificios de viviendas de poca altura y balcones de madera, típicamente marineras, un barrio para perderse.
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Después cogimos el barco que nos llevaría a dar una vuelta por la ría de Ferrol.
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Hacia una mañana preciosa y lo pasamos de maravilla durante el recorrido que no nos dejó indiferentes en ningún momento. Durante el mismo pudimos ver de una forma distinta las localidades que se encuentran el borde de la ría y la luz se filtraba entre las nubes que peleaban con el sol.
El momento cumbre es cuando llegas al Castillo de San Felipe, la fortaleza militar mas importante de la ría y frente a el está el Castillo de Palma. Estas fortalezas hicieron inexpugnable a la Ría frente a los constantes ataques de los ingleses que durante más de tres siglos intentaron hacerse con este importante punto defensivo en el Atlántico sin conseguirlo.
Durante el recorrido tuvimos la suerte de ver a los mariscadores faenando. El año pasado en la Isla de Arousa pudimos ver a las mujeres como lo hacían en las proximidades de la playa, con parte del cuerpo sumergido en el agua y nos explicaron que en otros lugares se hacía con barcas y largas pértigas que arrastraban unos cestas de metal en el fondo, este era el caso y pudimos verlos luchando contra el fondo de la ría.
El paseo consiste en llegar al final de la ría, casi donde empieza el mar abierto y volver a puerto. Conocerla desde dentro viajando por ella ha sido un acierto, lo pasamos muy bien. Cuando quedaba muy poco para llegar a puerto nos fijamos que había una niña pequeña disfrutando del viaje, más incluso que nosotros, llevaba un sombrerito puesto quizás comprado para la ocasión, lo sujetaba con la mano de cuando en cuando porque hacia un poco de viento, de pronto el sombrero terminó en la cubierta y como si tuviera patas se fue deslizando por esta hasta caer al mar, nadie pudo atraparlo a tiempo. La niña lloraba desconsolada mientras todos veíamos como el sombrero cada vez estaba mas lejos. El llanto de la criatura no pasó desapercibido a la tripulación y aunque el sombrero ya estaba tan lejos que apenas podíamos verlo, el Capitán dio la vuelta hasta llegar a recogerlo. Qué queréis que os diga, a mi me pareció un momento “sublime”, no tiene precio ver la sonrisa de la niña cuando recogieron el sombrero y se lo dieron. Estos gallegos son buena gente.
Dejamos definitivamente Ferrol para dirigirnos a Pontedeume. Tengo que decir que Ferrol nos ha sorprendido, sin duda contar con los primos ha supuesto ver la cuidad de una forma mas intensa y desde luego mas profundamente, quizás si lo hubiéramos visto solos no nos hubiera gustado tanto, había leído que Ferrol no te deja ver el mar porque siempre te topas con un muro cuando te acercas a él, pero nosotros no nos dimos ni cuenta, lo pasamos muy bien y nos gustaría volver y verlo con mas calma.
Pontedeume
Llegamos a Pontedeume ya por la tarde. Se trata de un pueblo costero de 8.000 habitantes que presenta un equilibrio perfecto entre el río, el mar y la montaña. Está situado en la desembocadura del río Eume y para atravesarlo tiene un puente de piedra, no es el original pero dicen que mantiene la esencia de lo que fue, un paso estratégico en todas las épocas.El puente en definitiva no es un puente cualquiera sino la seña de identidad de la localidad.
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Dimos un breve paseo en el que pudimos darnos cuenta de que se trata de una de las villas gallegas con más atractivo de cara al turismo o más bien de cara a una estancia vacacional. Es evidente que cuenta con un pasado medieval, porque se percibe en sus calles y en general en el casco antiguo de la villa. Era muy temprano y las terrazas estaban vacías pero no es difícil imaginar cómo se deben de poner a la hora de cenar.
Teníamos pensado ir justo después a ver las Fragas de Eume, donde nos reuniríamos con Ana, su marido y el niño y la verdad es que la impaciencia por vernos no ayudó mucho a la visita de Pontedeume, pero a pesar del poco tiempo que le dedicamos nos gustó mucho y es de esos sitios a los que tendremos que volver con mas calma porquemerece mucho la pena.
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Fragas de EumeNos despedimos del puente sobre el río Eume y poco después ya estábamos en las Fragas de Eume. Se trata de un parque natural que fue declarado como tal hace relativamente poco, en 1997. Es uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados de Europa, Galicia tiene por todos lados una naturaleza exuberante pero este parque natural destaca por dar la sensación de ser un territorio natural escondido y lejos de la mano del hombre. Son 9.000 hectáreas de extensión y solo viven allí unas 500 personas, lo que da una idea del estado virgen de estos exuberantes bosques que siguen el curso del río Eume.
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Pocos minutos antes de subir llegó mi sobrina Ana, su marido Javier y el peque (también Javier), otro momento emotivo del día porque era la primera vez que veía a Ana, llevamos tiempo relacionándonos por el Facebook pero ni siquiera sabía como era su aspecto porque jamas cuelga una foto. Después de saludarnos subimos todos juntos hasta arriba mientras guardábamos la compostura con el microbús en marcha y dando tumbos por la pequeña carretera de las Fragas.
El parque natural está muy bien regulado para evitar que la afluencia de visitantes puedan dañar su equilibrio ecológico.
Mas allá de disfrutar del mismo, es interesante recorrer buena parte de él para llegar a el corazón del bosque, donde se encuentra e Monasterio de Caveiro, con más de 10 siglos de historia. La mejor forma de conocer el parque sería hacer el recorrido a pie pero hay unos microbuses dispuestos para llevarte casi hasta los pies del monasterio. |
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Al poco, pasamos de la intensidad del bosque al bucólico paisaje de Redes. Se trata más de un lugar que de un pueblo, Redes es pequeño, muy pequeño y bonito, muy bonito.
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No había mucho que ver, apenas un par de calles y una especie de plaza que parece sumergirse en la Ría. Estuvimos allí sentados tomando algo en una terraza y aprovechando para conocer mejor a Ana y Javier. Redes es un lugar extraordinario, una visita imprescindible desde luego. Yo ademas tuve la suerte de disfrutar de una luz estupenda para sacar fotos, si no son una fotos estupendas la culpa fue mía porque el sitio era increíble y las condiciones insuperables.
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Teníamos previsto terminar el día en Mugardos y hasta allí fuimos, la idea era verlo y tomar algo de cena en una terraza, pero cuando llegamos ya estaba anocheciendo, así que no hubo manera de ver nada que no estuviese en la oscuridad, no era de extrañar porque las últimas fotos que tomé en Redes ya presentaban un bonito atardecer. Sin duda el plan de visitas del día era demasiado ambicioso, si a eso añadimos que hemos aprovechado para ver a la familia y más que verla porque hemos dedicado buena parte del tiempo a conocernos y ponernos al día de nuestras vidas. Hay que reconocer que el resultado ha sido redondo.
No obstante en Mugardos pasaríamos el momento mas emotivo del día. Nada más llegar conocimos a Maria y a su chico, Maria era la sobrina que me quedaba por conocer, así que nos sentamos todos juntos a cenar en plan tapas de las que se suelen tomar en esa zona. He pensado muchas veces estos días en ese momento y también en qué iba a escribir cuando me tocase hacerlo. La Gaviota Viajera no es solo un blog de viajes para que lo lean otros viajeros, nació mas como algo intermedio entre un cuaderno de bitácora y un diario público, pero un cuaderno de bitácora del siglo XXI y en este siglo la gente sube su vida a las redes, hoy en día se utiliza una técnica distinta, nadie espera a que hablan de ti ,ahora eres tú el que habla de ti mismo y eres tú el que lo cuentas todo, desde tus sentimientos hasta tu situación en el mapa. Además, como he dicho es un diario y es en esa última parte donde ahora me quiero centrar porque me he pasado buena parte de mi vida -en realidad casi toda- ocultando a todo el mundo los que sentía, incluso me lo he ocultado a mi mismo, de esa forma creía que nada me iba a hacer daño, pero eso no me ha servido de nada, mas bien me ha hecho mas daño. Así que ahora en la Gaviota Viajera cuento lo que me da la real gana, lo comparto con todo el mundo y lo curioso, lo realmente sorprendente, es que ahora tengo mas y mejores amigos que nunca.
Atardecer en Redes
Pues bien, familia lo que se dice familia esa que nace de tus ascendientes y que llevan tus apellidos yo no he tenido. He tenido la que yo he formado, nada más. Esa noche del 31 de agosto de 2016 en Mugardos mientras cenábamos animadamente con mis primos y mis sobrinas, con el niño medio durmiéndose, sentí por primera vez en mi vida que tenía una familia, la mía. Han pasado los días y sigo pensando lo mismo.
Siempre me ha gustado viajar y siempre he creído en la potencia que tienen los viajes para aprender y formarse como persona, para seguir avanzando en la vida y sentirte cada vez un mejor ser humano, pero esta vez las expectativas del viaje han superado cualquier previsión.
Siempre me ha gustado viajar y siempre he creído en la potencia que tienen los viajes para aprender y formarse como persona, para seguir avanzando en la vida y sentirte cada vez un mejor ser humano, pero esta vez las expectativas del viaje han superado cualquier previsión.
Y terminó el día, tocaba dormir y Charo le explicó a la prima Ana que ella necesitaba dormir en la Gaviota, que no podía abandonarla dos noches seguidas y Ana lo entendió. Dormimos plácidamente a muy poca distancia de la casa de ellos.
1 de Septiembre: Cedeira, San Andrés de Teixido, Ortigueira. Amanecimos en Ares tras levantarnos temprano, desayunamos y tras la ducha subimos a despedirnos de los primos.
Nos fuimos con la sensación de que volveremos a vernos, así que no fue una despedida triste. Se queda atrás un buen baúl repleto de sensaciones, pero nos queda aún mucho que ver en este viaje, así que hay que ir hacia delante. |
Se trata de un restaurante situado en un pequeño espacio en la carretera que lleva a Cedeira, a un lado esta el restaurante y al otro hay una explanada para aparcar. En seguida te das cuenta de que el sitio es estupendo porque estaba bastante lleno a pesar de ser muy pronto para comer, desde allí hicimos unas fotos a la Ría de Cedeira que esa mañana estaba preciosa, después tomamos unos mejillones y unas almejas, madre mía !!! estaban impresionantes …. todo ello con unas cervecitas Estrella Galicia.
Cedeira |
Estuvimos un buen rato disfrutando del lugar, a pesar de estar pegados a la carretera hay unas bonitas vistas y resulta muy agradable tomar algo mirando a la Ría.
Y emprendimos camino hacia Cedeira. Hay varios sitios para dejar la autocaravana y visitar el pueblo a pie, nosotros los dejamos en una zona de aparcamientos amplios al borde de la ría (43.658392, -8.059898) a mitad de camino entre la zona del puerto y el centro de la localidad. |
Desde el lugar donde habíamos dejado la Gaviota hasta el pueblo hay unos 10 minutos andando, ya era muy tarde y preferimos buscar un lugar donde comer, de paso fuimos viendo el pueblo. Es un lugar sencillo que destila el aspecto típico de un pueblo pensado para veraneantes, de hecho en las terrazas había mucha gente a esas horas todos con aspecto de estar de vacaciones.
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El pueblo cuenta con una población de 7.000 habitantes y es agradable de pasear, está bien cuidado, toda se desarrolla alrededor de su propia ría, la de Cedeira que está rodeada de acantilados de 600 m de altura.
Teníamos pensado comer en un lugar que nos habían aconsejado, Casa Puntal pero aquí tampoco hubo forma, teníamos la dirección pero el GPS se empeñaba en llevarnos a otro sitio, así que buscamos una solución alternativa al azar y resultó agraciada “La taberna de Jojo" un lugar que solo llevaba unos meses abierto. La chica que atendía la taberna era muy simpática y terminamos teniendo una charla con ella,
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Resultó la mar de entretenida, entre risas y bromas dijo “los forasteros que vienen de vacaciones ya están estorbando”, Charo se quedó atónita, porque se supone que teniendo un negocio de ese tipo le viene bien que vengan mas clientes, pero la choca insistió. A mi no es algo que me extrañe porque llevo años trabajando en pequeños pueblos y siempre he percibido lo que yo llamo la "forastero fobia", la gente ve el pueblo como algo muy suyo, como si fuera de su propiedad y les molesta que nadie invada su espacio, se aguantan porque no tienen mas remedio, pero les molesta y la chica era sincera y lo decía.
En el extremo hay unas escaleras que conducen a un camino, desde allí ya en la parte alta llegas a una zona de muchas vegetación y al la derecha sale un camino hacia la cala de Sonreiras, para bajar a la cala hay que tomar una escalera de madera que salva unos 50 metros de desnivel desde la parte alta del acantilado hasta llegar a la arena de la cala. El paseo para llegar hasta allí mereció la pena, eso sí cuando llegamos apenas había cala, ya que la marea estaba en su momento mas alto y el agua lo inundaba casi todo, así que en realidad estuvimos en la “Calita” de Sonreiras.
Nos bañamos un poco, sobre todo Charo que debe de tener antepasados anfibios en su familia, bueno la verdad es que esos antepasados los tenemos todos, pero en su caso mas, porque en cuanto ve agua allá que va ella.
Poco después volvimos a tomar las escaleras y llegamos a la parte de arriba, vimos un camino y nos dirigimos hacia delante, al parecer llegamos a lo que se llama Punta Sarridal desde donde se contemplan parte de los acantilados de Cedeira. Las vistas eran espectaculares y allí había un banco de esos en los que es de rigor sacarse una foto, este no creo que sea el banco más famoso del mundo, pero el lugar donde se encontraba era tan bonito como el que mas.
Volvimos al puerto y cogimos la bicis para llegar a a la Gaviota, una vez allí pusimos rumbo a San Andres de Teixido.
La visita a esta localidad tuvo dos momentos muy interesantes, él antes y él después, porque la visita al pueblo no estuvo mal, pero no es de ese tipo de sitios que a nosotros nos enamora mucho.
La visita a esta localidad tuvo dos momentos muy interesantes, él antes y él después, porque la visita al pueblo no estuvo mal, pero no es de ese tipo de sitios que a nosotros nos enamora mucho.
San Andres de Teixido está en un alto así que para llegar hay que tomar una carretera que sube, sube y sube, nos paramos en un mirador y fue un momento sensacional porque había unas vistas increíbles al Océano Atlantico y además todo el entorno estaba adornado por varias vacas y caballos que pacían por el lugar en total libertad. Resultó una estampa tan bonita que tardamos en reemprender nuestra marcha.
Poco después llegamos al santuario, se encuentra en una pequeña aldea a 12 Km de Cedeira, sobre los acantilados, el Santuario es uno de los lugares de peregrinación más visitados de Galicia (aparte de Santiago de Compostela). Sobre él pesan múltiples leyendas, en especial una de ellas cuenta que San Andrés llegó en barco hasta los acantilados de Teixido, donde se hundió su barca. Nadie le prestó ayuda, pero recibió de Dios la promesa de que tendría un santuario y una romería que duraría hasta el fin del mundo y que, vivos o muertos, tendrían que acudir allí todos los mortales, y de ahí el dicho: "A Santo André de Teixido vai de morto o que non vai de vivo”.
Existe un aparcamiento a la entrada del pueblo con servicios públicos y espacios para aparcar, entre ellos varios para que aparquen autocares, todavía no habíamos entrado en el pueblo y ya sabíamos que ese era el típico lugar de la inagotable lista de pueblos pensados para el turismo de autocar.
El pueblo tiene tan solo 49 habitantes y sin duda presenta una estampa muy bonita, en cuyo centro se encuentra la iglesia del s. XVIII, aunque el monasterio existía ya en el s. XII. Además de la importancia religiosa y del arraigo de tradiciones ancestrales, no se puede mirar a la iglesia sin quedar enganchado con la belleza de su paisaje.
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Sin embargo, hemos de reconocer que estos sitios despiertan nuestras alertas negativas y no podemos disfrutar de lo que sin duda es un lugar precioso, porque si bien solo hay 49 habitantes, había un considerable número de puestos, tiendas o tenderetes en las calles aledañas al santuario donde venden recuerdos a los turistas y peregrinos, incluso vimos un par de bares y ante esta disposición tan sumamente comercial donde pasear te exige que saques tu mejor sonrisa, cada dos por tres, con un “no gracias” en cada intento de venderte unas pastas que dicen que son caseras o artesanas y que curiosamente son idénticas en todos los puestos. Y nos fuimos, nos fuimos con algunas bonitas fotos del lugar, que es muy hermoso, pero con la misma sensación que tenemos siempre, la de que cuando caiga la noche guardan el pueblo en un almacén y vuelven a ponerlo por la mañana para el deleite de otros muchos turistas traídos en autocares, con aire acondicionado o calefacción, lo que me lleva a otra reflexión …. ¿ir en un cómodo y lujoso autocar a San Andres de Teixido cuenta como peregrinaje?
La estampa que presentaba desde el camino el pueblo de Cariño era muy bonita, pero cuando llegamos a la localidad no nos gustó mucho, puede que lleváramos aun empañados los ojos por el paso que habíamos hecho en el monte pelado pero no nos gustó y no solo por lo que vimos sino, ademas, porque necesitábamos ir a un área y la de Cariño estaba en un lugar feísimo, así que podíamos probar en el siguiente destino: Ortigueira.
Estampa que presentaba desde el camino el pueblo de Cariño
Ortigueira
El pueblo de Ortigueira de 6.000 habitantes no es un lugar espectacular pero cuenta con ese encanto que tienen la mayoría de los pueblos de pescadores de la costa gallega y desde luego se respiraba un aire de pueblo autentico y real que suponía el contraste ideal que necesitábamos en ese momento.
Teníamos que ir a un área pero el de Ortigueira (43.686686, -7.857939) estaba un poco lejos del centro de la localidad y no nos apetecía bajar las bicis, así que vimos una zona de aparcamientos (43.683027, -7.854590) muy amplia en el centro del pueblo en la que vimos un par de campers y allí nos fuimos con ellos, a fin de cuentas siempre decimos que nosotros tenemos un cierto “algo” de furgoneteros.
Teníamos que ir a un área pero el de Ortigueira (43.686686, -7.857939) estaba un poco lejos del centro de la localidad y no nos apetecía bajar las bicis, así que vimos una zona de aparcamientos (43.683027, -7.854590) muy amplia en el centro del pueblo en la que vimos un par de campers y allí nos fuimos con ellos, a fin de cuentas siempre decimos que nosotros tenemos un cierto “algo” de furgoneteros.
Aparcamos y nos fuimos a tomar algo por los bares del pueblo, en uno de ellos había wifi y para unos blogueros como nosotros eso es una maravilla. Cenamos en casa y nos fuimos a la cama.
Por la mañana estuvimos viendo Ortigueira, se trata de un municipio de unos 6.000 habitantes, que como tantos otros que hemos visto en este viaje es un pequeño pueblo de pescadores lo que le configura con ese especial encanto que tienen estos pueblecitos gallegos de tradición marinera. Cogimos las bicis para pasear por la zona ribereña, el puerto y el paseo que conduce al otro lado hasta llegar al área de autocaravanas. Cerca del aparcamiento donde dormimos hay unas casetas pintadas con rayas de colores muy bonitas. Después atamos las bicis y seguimos dando un paseo por el pueblo, las casas se agolpan en una pequeña ladera que mira al mar, con lo cual y como de costumbre hay que superar bastantes cuestas. No se puede decir que sea un pueblo medieval con iglesias antiguas y castillos imponentes, pero tiene mucho encanto y presenta un gran atractivo con edificios con galerías típicamente gallegas muy señoriales.
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Curiosamente Ortigueira es muy conocido por el Festival Internacional del Mundo Celta, fiesta declarada de Interés Turístico Internacional, que congrega a miles de personas cada verano para asistir a los mejores conciertos de folk, tan solo dista de Ferrol unos 65 kms lo que ayuda al éxito del festival al que acuden muchos ferrolanos.
O Barqueiro |
Arrancamos nuevamente la Gaviota para acercarnos a O Barqueiro, que es la capital del consejo coruñes de Mañón. Este pueblo no lo teníamos en la programación inicial del viaje pero nos lo aconsejó una compañera autocaravanista a través del grupo “Autocaravanas, Campers y Viceversa” de Facebook, lamentablemente no me acuerdo de su nombre pero agradecimos mucho el consejo porque el pueblo tenia un encanto especial.
Está en la Ría de O Barqueiro que es una de las más pequeñas de Galicia y también una de las más hermosas. Al acercarnos se divisa el pequeño pueblo abajo, no he podido averiguar cuantos habitantes tiene pero si sabemos que la parroquia de Mañón de la que forma parte tiene en total 2.000 habitantes, así que las casas que se agrupan en torno al puerto forman un núcleo de población seguramente de unos 1.000 habitantes.
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A pesar de lo pequeño que es, parece un puerto de pescadores tan importante como todos los demás que estamos viendo en este viaje, de hecho nos llamó la atención la cantidad de jaulas para la pesca de marisco que había en el puerto. También dimos un pasea por las empinadas calles de la localidad con casas muy marineras que configuran todo el entorno como un lugar muy pintoresco.
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Cabo de la Estaca de Bares
Lo curioso es que el faro propiamente dicho no se encuentra en el extremo del cabo sino un poco antes de llegar a él, más allá se divisa un camino que prácticamente alcanza las últimas rocas de la Península Ibérica, y que están situadas más al norte que ninguna otra. Se trata de un paseo hacia el mar donde arrecia algo mas el viento y desde donde se disfruta de unas bonitas vistas.
Puerto de Bares
Muy cerca de allí esta el Puerto de Bares y decidimos pasar a verlo.
Puerto de Bares es un pequeño pueblecito de origen marinero perteneciente a la parroquia de Bares, que a su vez pertenece al municipio de Mañón. Esto de los municipios, dentro de estos las parroquias y los pueblos en que se dividen estas es un pequeño lío del que supongo que la mayoría de seres humanos ni se ocupa, pero como yo soy un profesional de la “cosa local” me entretiene mucho, máxime porque no termino de dominarlo nunca, Galicia es diferente.
El Puerto de Bares está situado a orillas de la ría de O Barqueiro bien resguardado por la montaña, a tan sólo 3 Km de la Estaca de Bares. El pueblo es pequeño, formado solo por unas cuantas casas, pero curiosamente hay dos o tres restaurantes situados frente a la playa. El puerto como todos, es muy marinero aunque dado su tamaño solo se ven algunas pequeñas embarcaciones de los pescadores de la zona protegidas por un dique.
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Ver tantos restaurantes en un lugar tan pequeño picó nuestra curiosidad y como era la hora oportuna nos decidimos a comer en uno de ellos, “A muller mariña” bonito nombre que creo que significa la mujer de la Mariña (La Mariña es el nombre que se le da a la región costera donde se encuentra el puerto). Charo se empeñó en que quería callos, vaya Vd, a saber porqué, el caso es que como era de esperar el sitio no tenía callos, y que “pues si no hay callos no me apetece nada” ,la convencí para que tomara unas zamburiñas. Yo comí un pescado que estaba riquísimo y las zamburiñas parece ser que también.
O Viveiro
Poco después llegamos a O Viveiro (Viveiro en español), el día estaba muy nublado con nubes muy densas pero no llovía y no parecía probable que lo hiciese. Se trata de un municipio mas grande que todos los que íbamos visitado ese día ya que tiene 16.000 habitantes. Viveiro es el tercer municipio más poblado de la provincia, solo por detrás de Lugo y de Monforte de Lemos. Nos gustó mucho y a eso contribuyó que dejamos la Gaviota en un extremo y desde allí llegamos al pueblo en bici, fue un paseo muy agradable, lo hicimos en bici hasta atravesar el puente romano, después la cuidad antigua la recorrimos a pie.
Así que nada mas llegar pensamos que era allí donde estaba el centro de Viveiro, pero no era así, ese era el lugar donde está la playa, la mas famosa de la zona, en el barrio de Covas, zona de hoteles y edificios de apartamentos, es decir es un barrio residencial y turístico que gira en torno a esta playa, pero para llegar al centro del pueblo hay que recorrer el largo paseo marítimo de 2 kilómetros hasta llegar al Puente de la Misericordia.
Nos encantó el paseo, en el recorrimos toda la playa de Covas hasta llagar a las proximidades del puente, desde allí se ve al otro lado de la ría una bonita panorámica de la parte mas céntrica de Viveiro y la imagen te engancha. No son más que 16.000 habitantes pero el municipio presenta un bullicio de gente que va y viene muy sugerente.
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Tras atravesar el puente nos dimos de bruces con la Puerta de Carlos V, la villa de Viveiro era una ciudad amurallada y de ella en la actualidad se conservan varias puertas, siendo la de Carlos V la más importante y el emblema de Viveiro, y no me extraña que lo sea porque ahora la teníamos delante e impresiona, está declarada Monumento Histórico Artístico Nacional y constituye la principal entrada al casco histórico, así que atamos las bicis y pasamos por la puerta a conocer el interior de la villa.
Puerta de Carlos V
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El casco histórico de Viveiro ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico y no es de extrañar porque es una maravilla, está rodeado de la antigua muralla medieval y dentro de el hay otros edificios históricos importantes, todo ello sin olvidar el Puente de la Misericordia aunque este se encuentra en extramuros. Paseamos por todas sus calles llenas de gente en esos momentos, hay que decir que curiosamente son calles comerciales y en ese momento estaban abiertas las tiendas. Paseando y paseando llegamos a la Plaza Mayor, no te pasa desapercibida porque aparece de pronto rodeada de edificios de poca altura, caracterizados por la presencia de grandes galerías de madera lacada en blanco en sus fachadas, con mucha amplitud lo que contrasta con las calles estrechas del resto del casco histórico.
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El caso es que seguimos paseando siguiendo las calles hacia la zona mas alta y de pronto nos encontramos con la Gruta de Lourdes. Lo curioso es que nosotros no hemos ido a Lourdes, así que no tenemos una referencia clara de cómo es aquello, pero supongo que lo hemos visto muchas veces en foto porque en cuanto vimos aquello no tuvimos ninguna duda, se trataba de la Gruta de la Virgen de Lourdes. Está a los pies de la torre del Convento de las Concepcionistas, se trata de una capilla al aire libre dedicada a la Inmaculada Concepción, que fue construida a imagen y semejanza de la existente en Francia, como si estuviese excavada en la roca, rodeada de velas y de ofrendas de esas que son partes del cuerpo humano hechas de cera. Peculiar hallazgo.
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La Gruta de Lourdes
Tras la visita imaginaria a Lourdes decidimos volver ya que se nos estaba echando la noche encima y había que partir, así que cogimos las bicis de nuevo y pedaleamos hasta llegar a las rocas en la playa de Covas. El lugar no nos gustaba para pasar la noche y decidimos emprender camino hacia Foz.
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FozFoz es una localidad de casi 10.000 habitantes, cuya estructura es mas la de una cuidad, es decir, carece del encanto de los pueblos de pescadores de la zona. Se trata de un lugar de veraneo por encontrarse al borde del mar y disponer de playas de arenas blancas, parques, un amplio paseo y un puerto deportivo.
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La localidad no es encantadora, pero nosotros somos autocaravanistas y Foz tiene un área muy especial, de forma que cuando llegas a la localidad y ves una fila de entre 20 o 30 autocaravanas mirando al mar a pocos metros de la zona marítima donde están los restaurantes, uno se siente muy feliz.
Lo curioso es que no somos especialmente propensos a estar en las áreas, simplemente porque se aparca en batería, de forma que cuando te levantas solo ves la autocaravana vecina, pero no es menos cierto que cuando estás en un área te encuentras entre los tuyos y eso siempre es agradable. En Foz era doblemente agradable porque el lugar ayudaba a sentirte a gusto.
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Salimos hacia la zona del puerto donde hay bares y restaurantes para tomar algo, buscando un sitio con wifi. Lo encontramos y estuvimos un buen rato. Después a dormir, mañana sería otro día, lamentablemente el último de este viaje.
3 de Septiembre: Foz, Playa de las Catedrales, Ribadeo, Lugo, Puebla de Sanabria, San Roman de los Montes.
Nos levantamos temprano para disfrutar del último día de este magnífico viaje a la costa norte de Galicia. Nos tocaba cambiar aguas y lo pudimos hacer en el área de Foz.
Playa de las Catedrales |
Emprendimos camino hacia la famosísima Playa de las Catedrales. Es curioso lo popular que es ahora si se tiene en cuenta que hace algunos años solo conocían este lugar las gentes de Ribadeo, que venían a bañarse en medio de esta orgía de la naturaleza, no alcanzo a imaginarme como sería una tarde de playa en este sitio. El caso es que poco o a poco con el boca a boca y la aparición del negocio turístico siempre ávido de presentar nuevos atractivos para sus clientes potenciales, se popularizó la que por entonces se llamaba Playa de Augas Santas, hasta llegar al momento actual en que está masificada por el turismo del que es su principal representante el que llega en autocar.
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Hoy ha cambiado tanto que nadie en su sano juicio pretende pasar una bonita tarde de verano bañándose en la playa, e incluso tiene un nombre nuevo, el de Playa de las Catedrales, en alusión a las caprichosas formas rocosas que pueden recordar a las catedrales góticas.
Hoy día el acceso está controlado por la Xunta, es más, desde el día 1 de julio hasta el día 30 de septiembre, para acceder a visitarla hay que hacer una reserva previa en la página oficial. Nosotros la teníamos hecha desde antes de salir en ruta en este viaje y es que en la época vacacional del verano o en los fines de semana, se producen verdaderas aglomeraciones de turistas y paseantes.
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La Playa tiene limitado el aforo simultáneo de la playa a 4.812 personas…. sí, no a 5.000, ni tampoco a 4.800, sino a 4.812 personas, ya me gustaría conocer al “técnico” que ha hecho un cálculo tan preciso. España es un país curioso, tenemos un altísimo sentido del ridículo y sin embargo no paramos de caer en el constantemente.
El día en el que estuvimos nosotros, aunque había mucha gente, el aforo no estaba completo porque vimos a muchas personas solicitando la entrada en ese momento con el móvil, allí mismo hay una maquina que tras obtener el código (lo remiten por email o sms) te expide la entrada.
En cualquier caso lo mejor es sacarla con antelación y así lo hicimos nosotros.
En cualquier caso lo mejor es sacarla con antelación y así lo hicimos nosotros.
Dada la afluencia de gente que hay para visitar la playa en la zona han habilitado tres aparcamientos (tal y como se puede ver en el plano que adjunto) uno de ellos (parking 2), el mas cercano, está pavimentado y es donde hay espacio para los autocares, en verano o fines de semana suele estar lleno. Justo enfrente hay otro espacio reservado para aparcar de tierra (parking 3), por último nada más llegar a la rotonda que da acceso al lugar, hay otro (parking 1) que suele estar mas vacío, es el que yo recomendaría (43.552372, -7.151157).
Cuando uno llega al acceso te encuentras con la cafetería restaurante Las Catedrales, es un lugar muy agradable y con unas vistas extraordinarias, así que lo mas normal es sentarse a tomar algo, en ese sitio que por otro lado es el único que hay. Eso hicimos nosotros e incluso pedimos algo para picar, era nuestro último día en Galicia y lo de tomar algo a media mañana, en lo que llamamos parada técnica, había sido una de las mejores cosas que nos había pasado en este viaje. Nos pusieron un pincho de tortilla que si se lo das a los cerdos puede que no se lo comieran y no es que fuese de mala calidad por culpa de un precio ajustado, porque mas bien estaba muy desajustado, poca calidad y mucho precio. Estábamos comentando el atropello cuando comentaron con nosotros unos señores, sentados en la mesa contigua, que a ellos les habían dado no se qué y también estaba horrible además de caro, así que el sitio merece la pena pero lo mejor es tomar una única cerveza y saborearla muy bien.
Tras el momento terraza de la cafetería con vistas al mar nos dirigimos a la Playa de las Catedrales.
Si te sientes un auténtico viajero el turismo masivo te pone muy tenso, así que en nuestro caso empezamos la visita con un cierto negativismo. Ya habíamos visto hace un par de años esta playa aprovechando un viaje al Principado de Asturias, pero entonces fue en un día laborable de invierno. La situación del día que estuvimos era bien distinta ya que ahora estábamos en la primera semana de septiembre y en sábado, así que la afluencia de gente se tenía que notar.
Empezamos a bajar las escaleras de madera que baja a la playa y empezamos a sentir el agobio de la masa de visitantes que bajaban con nosotros, incluso había grupos organizados con guía. Pero poco a poco fue cambiando nuestra sensación. Por un lado esta vez nos habíamos preocupado de que la marea estuviera bien baja, lo que suponía que había mas espacio de playa y por otro lado a medida que íbamos paseando la gente se dispersaba por la extensión de la playa y llegas a estar solo en algunos lugares. De cuando en cuando hay gente apostada delante de un lugar esperando a que se retire todo el mundo para hacer una foto especial, con lo cual dan un poco la lata, pero el lugar es hermoso y mires hacia donde mires no hay desperdicio.
La formaciones rocosas son increíbles y el resultado que consigue la humedad y el desgaste son muy llamativos, hay zonas donde el agua nunca llega a bajar porque se producen pequeños embalsamientos y zonas donde crecen algas de un color verde espectacular.
Pero si miras hacia el otro lado ves una playa inmensa de arena blanca donde van a morir una olas pacíficas pero larguísimas. Es realmente un lugar increíble y además los dioses estaban de nuestro lado porque según paseábamos viendo el mar acariciando la playa, pasó otro visitante del lugar, este volaba en una avioneta a pocos metros del agua recorriendo toda la longitud de la playa que es de uno 1.300 metros, fue una estampa bonita que pude llevarme en una foto.
Así que lo pasamos bien y estábamos contentos, era el último día en Galicia de este viaje y todo estaba saliendo bien, a decir verdad estos últimos 15 meses con la Gaviota todo ha salido de maravilla y esta foto, la que salta Charo quedando suspendida en el aire con la Playa de de las Catedrales como el mejor marco posible, refleja nuestro sentimiento no solo de ese momento, sino de todo lo que llevamos vivido estos últimos meses.
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Ribadeo
Poco después ya estábamos en Ribadeo, supuestamente debíamos encontrar un área para autocaravanas pero no nos fue posible porque había algún tipo de fiesta en el pueblo y el supuesto lugar estaba lleno de camiones y caravanas de feriantes, así que no nos complicamos la vida y vimos un centro comercial de Eroski a la entrada del pueblo donde dejamos la Gaviota (43.539660, -7.059350), hubiéramos tenido que dar un buen paseo hasta el centro del pueblo así que bajamos las bicis. Ribadeo es una localidad bastante grande, con 10.000 habitantes y aquel día era sábado 3 de septiembre, había una carrera tipo maratón pero con obstáculos por todas partes que resultaba bastante divertida de ver. El municipio hoy en día puede que sea mas conocido gracias a la Playa de las Catedrales que al atractivo que pueda representar por si mismo. La Playa se encuentra a tan solo 12 kilómetros del centro de la localidad, a media hora en bicicleta.
En cualquier caso a nosotros nos gustó mucho, no puede decirse que tenga algo muy especial, incluso tiene algunas calles abarrotadas de coches, pero su zona céntrica es peatonal y tiene bares, restaurantes y terrazas muy agradables, ademas en la parte baja te encuentras la Ría de Ribadeo, una ría muy bonita con un paseo (la Estrada do Faro) que conduce al Faro donde hay unos acantilados muy bonitos.
Al pasear por el centro de Ribadeo no tardas en toparte con la Plaza de España. Dicha plaza es sin duda el lugar más emblemático de la localidad, en ella salta a la vista enseguida uno de los edificios más llamativos y bellos, el Palacete de los Hermanos Moreno. En su día parece ser que el edificio despertó la admiración de los vecinos y visitantes, no solo por su sofisticación sino también por construir una propuesta innovadora al estar construido en hormigón, vidrio y hierro forjado.
Atamos las bicicletas y disfrutamos de la carrera extrema un buen rato, después dimos un paseo y decidimos entrar en un restaurante que parecía muy sugerente a comer, lo que parecía se quedo en eso, en parecer pero no ser, así que comimos y fuimos paseando por el pueblo otra vez hasta coger de nuevo las bicicletas y tirar pueblo abajo.
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Hacía un día espléndido, brillaba el sol e incluso hacia calor. Llegamos al borde desde donde ya se ve la Ría, cerca del Puerto Deportivo. El agua queda lejos porque es una zona de acantilados, en algunos sitios han puesto escaleras de madera para poder acercarse a las playas que por el lugar no son muy grandes. Los acantilados al borde de la Ría y el mar al fondo configuraban un paisaje idílico. Un paseo en bicicleta realmente fantástico.
Reemprendimos el paseo en bicicleta y llegamos al Faro. Se trata de un rincón realmente precioso. Situado en la desembocadura de la ría de Ribadeo se encuentra este faro enclavado en la isla Pancha, la isla está unida a la península por un pequeño puente que sólo permanece abierto para el farero, hay una reja que no se puede atravesar. Un lugar para no dejar de visitar.
Lugo
Ya solo nos quedaba visitar Lugo antes de poner fin a este viaje así que emprendimos nuestro camino hasta la capital de esta Provincia.
Dicen de Lugo que es la capital de provincia gallega menos visitada y desde luego en nuestro caso es verdad porque cuando íbamos camino de allí nos dimos cuenta de que ya conocemos bastante bien Coruña, Pontevedra y Orense pero aún no conocíamos Lugo y al final sería un sorpresa muy agradable.
Dicen de Lugo que es la capital de provincia gallega menos visitada y desde luego en nuestro caso es verdad porque cuando íbamos camino de allí nos dimos cuenta de que ya conocemos bastante bien Coruña, Pontevedra y Orense pero aún no conocíamos Lugo y al final sería un sorpresa muy agradable.
Emprendimos el camino que separa Ribadeo de Lugo, suponía abandonar la costa que tanto tiempo llevábamos recorriendo y meternos unos cien kilómetros hacia el interior, así que íbamos a tardar algo más de una hora en llegar.
Lugo sorprende, es evidente que es una gran desconocida porque la primer sorpresa es su tamaño, tiene 100.000 habitantes y la verdad es que pensaba que sería mas pequeña. Pero lo mas sorprendente es que es una ciudad muy bonita, con un casco histórico muy interesante.
Lugo sorprende, es evidente que es una gran desconocida porque la primer sorpresa es su tamaño, tiene 100.000 habitantes y la verdad es que pensaba que sería mas pequeña. Pero lo mas sorprendente es que es una ciudad muy bonita, con un casco histórico muy interesante.
Lo que mas nos llamó la atención es que se trata de una cuidad amurallada, posee una gran muralla tan impresionante como la de Avila, solo juega en su contra que es mas difícil de ver que aquella porque está rodeada por edificios.
Dejamos la Gaviota en el área de Lugo que está en la zona baja (N 43º 0' 18'' / W 7º 33' 46’’) . El lugar es fantástico porque está muy cerca del centro aunque para llegar a él hay que subir un poco de cuesta. Una vez allí nos llevamos un disgusto, era evidente que algún autocaravanista que no merece ese nombre había descargado en un lateral del seto todo el tanque de sus aguas grises, simplemente por no desplazarse unos metros para hacerlo en el lugar habilitado para ello … da mucha rabia la verdad.
A pesar de que intentamos pasar a ver el altar mayor no pudimos, las puertas estaban cerradas y eran tan solo una celosía de poco mas de un metro pero se encontraban bien cerradas, así que sólo pudimos verlo a medias o quizás ni eso. A la salida estuvimos viéndola por fuera y nos reafirmamos de que merece mucho la pena.
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La catedral es el principio de la ciudad antigua donde hay bares y terrazas, apetece perderse por sus calles y aunque no nos pudimos quedar no es difícil imaginar el ambiente que debe de tener por las noches. Desde allí fuimos a ver la plaza mayor de Lugo. Después llegamos a una parte de la muralla donde se ve especialmente espléndida, es comprensible que sea Patrimonio de la Humanidad y lo que no se entiende es que nosotros no supiéramos nada de su existencia.
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Había que poner punto y final a nuestro viaje allí en Lugo, así que retomamos nuestro camino y al pasar de nuevo delante de la Catedral de Lugo nos hicimos una foto despidiéndonos.
Este ha sido nuestro segundo viaje a Galicia con la Gaviota, seguramente no será el último, pero puede decirse que ahora si conocemos un poquito esta bonita parte de España. Galicia nos encanta y estoy convencido de que hay muchas mas cosas por descubrir así que ….. hasta pronto !!!!! |
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