RELATO DE LA SEMANA SANTA EN SEVILLA Y JEREZ
Lo normal cuando comentas que está entre tus planes hacer un viaje es recibir como respuesta un sinfín de recomendaciones o consejos sobre cómo sacar el mejor partido a dicho destino, en cualquier caso te dicen eso de “a disfrutar”. Curiosamente cuando comentaba que este año quería conocer la Semana Santa de Sevilla todo el mundo se echaba las manos a la cabeza y la frase más repetida era la de “¿estás loco?” e intentaban quitármelo de la cabeza. Incluso mi amigo Juanlu (un auténtico experto en cuestiones en estos asuntos) que a la postre me acompañaría en mi inmersión en la semana santa sevillana, no paró de decirme “pero tu sabes dónde te vas a meter”, al final cuando me vio convencido me dijo, vale veo que lo tienes claro, pues quizás te de una sorpresa y mi mujer y yo nos vayamos con vosotros.
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Hace bastante tiempo que establecimos la tradición de que cada vez que subimos un relato en la Gaviota Viajera lo iniciamos con un selfie nuestro, ya que somos nosotros los actores principales de cada historia que contamos. Pero en este caso no ha sido así porque la parte central de nuestro viaje, lo hemos hecho con nuestros amigos Juanlu y Ana, así que el selfie nuestro no puede estar solo, esta vez los actores somos dos mas dos.
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Siempre he querido asistir a ese tipo de celebraciones, fiesta o eventos que tienen un renombre mundial, como las carreras de caballos de Siena o Las Fallas, la fiesta de la cerveza en Alemania y por supuesto la Semana Santa de Sevilla, esta me parecía que estaba en los primeros puestos del “hit parade” de los eventos que se celebran en el mundo. Pero además tenía una motivación especial. Mi abuela Lola, una de las personas que más huella ha dejado en mi vida, era sevillana y aunque salió de allí para casarse y no volvió nunca más, puede decirse que vivió y murió sin dejar de ser una sevillana de pro. Ella me hablaba de la los costaleros, de como bailaban estos los pasos y de las saetas, pero sobre todo de la emoción que todo aquello producía a los sevillanos.
Así que decidimos ir a Sevilla y meternos en el corazón mismo de la Semana Santa, es decir en la “Madrugá”. De paso también estuvimos en Jerez y también vimos su forma de entender esta celebración.
Contábamos solo con los días de fiesta de la Semana Santa, es decir de Jueves a Domingo, así que el miércoles por la tarde pusimos rumbo hacia Sevilla.
Contábamos solo con los días de fiesta de la Semana Santa, es decir de Jueves a Domingo, así que el miércoles por la tarde pusimos rumbo hacia Sevilla.
Sevilla
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Desde el primer minuto percibimos que había algo en el ambiente. Nosotros nos estábamos incorporando a la celebración que ya llevaba días viendo salir a las cofradías, con lo que no era de extrañar que en la gente y en las calles se respirara un ambiente muy especial.
No obstante a simple vista la ciudad parecía seguir su vida con normalidad, allí estaba la Torre del Oro al borde del río Guadalquivir, los carruajes de caballos dando paseos a los turistas y la Catedral al pie de la Giralda. Poco después llegamos a las inmediaciones de esta y nos quedamos alucinando de las colas de turistas que había para visitar la catedral y el Alcázar, al principio pudimos pensar que el ritmo turístico de Sevilla continuaba de la misma forma que lo hace en cualquier época del año, pero no es así. |
La ciudad vive en esos momentos algo que todo lo absorbe. Pretender visitar Sevilla “de paso” que uno aprovecha para conocer la Semana Santa es un disparate, porque en esas fechas los sevillanos y la ciudad están vestidas de color morado. Se vive en esos días por y para la Semana Santa y los sevillanos se entregan a estas celebraciones religiosas como nadie en el mundo.
Pero es verdad que había muchos extranjeros con la pretensión de hacer turismo, no dudo de que lo intentarían, pero no son fechas para eso, es tan absurdo hacer turismo durante la Semana Santa en Sevilla como ponerse a leer un libro mientras estalla delante tuyo una bomba atómica. En definitiva si hay un momento y un lugar en el que a los turistas extranjeros se les puede llamar “giris” de forma justificada, ese lugar es la cola de estos delante de la Giralda o del Alcázar al tiempo que las calles de Sevilla están abarrotadas de sevillanos vestidos para la ocasión.
Así que nosotros nos dedicamos a dar vueltas por las calles del centro, aquello nos pareció apasionante. La Catedral está habilitada para que las procesiones pasen a través de un estrecho pasillo y a ambos lados hay filas de sillas para que los abonados se sienten a ver las procesiones con toda tranquilidad. Algunas de esas sillas se pueden contratar en la oficina de turismo, hay precios para todos los gustos pero el más económico es de 150 euros, de ahí hasta 250 en algunos de los balcones de las casas próximas a la Catedral.
Otra imagen que te impacta es la de los balcones, muchos de ellos están engalanados para la ocasión, siempre de color rojo carmesí con distintos motivos en el centro de estos, el que más se repetía es aquel en el que aparece la siguiente inscripción «NO ∞ DO». Seguramente el logo significaba que son balcones del Ayuntamiento ya que ese es el logo del consistorio, la palabra ya la habíamos visto otras veces quizás en otro viaje a Sevilla pero no sabíamos qué quería decir. Lo que separa el NO del DO es una especie de madeja de hilo de lana parece ser que significa "no-madeja-do", en referencia a la fidelidad de la ciudad al monarca Alfonso X El Sabio en una guerra contra su hijo Sancho.
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Los sevillanos vestidos de lutoContinuamos andando por la ciudad mientras veíamos la curiosa forma en que van vestidos los sevillanos, eran las 10 de la mañana del jueves y no parábamos de ver gente vestida con mucho ceremonial, ellas con mantillas y vestidos de negro riguroso, ellos con trajes oscuros y corbata. Llamaba especialmente la atención porque hacía una temperatura que permitía o más bien exigía, llevar manga corta.
Poco a poco nos fuimos familiarizando con la forma de entender la Semana Santa por parte de los sevillanos y nos fuimos enterando de que todo está presidido por la tradición, las creencias y sobre todo un respeto profundo a todo lo que envuelve estos días de celebraciones religiosas. Para ellos es fundamental cuidar al máximo el tipo de indumentaria que se va a lucir pero también cuándo hay que llevar esto o aquello y todo ello siempre representando que se está de luto.
La mujeres llevan mantilla el Jueves y el Viernes Santo y solo pueden ponérsela las mayores de edad. Por otro lado solo con luz diurna, de noche no se debe llevar. |
El Jueves Santo, que es lo que vivimos nosotros, se lleva la mantilla dejando descubiertos cara y pelo, mientras que el Viernes Santo la cosa cambia porque se está conmemorando la muerte de Cristo con lo que la mantilla se coloca cubriendo la frente.
Como se está de luto no se debe llevar gafas de sol ni se va de tapas o de vinos portando mantilla, es decir se exige un comportamiento digno mientras se lleva la mantilla puesta. Los hombres, deben de vestir con traje oscuro y corbata también oscura. Disfrutamos mucho del ambiente que había en las calles de los alrededores de la Catedral esa mañana del Jueves Santo, la ciudad estaba preciosa. Decidimos sentarnos en una terracita a tomar algo mientras esperábamos a nuestros amigos. |
Poco después llegaron Jaunlu y Ana y comenzó oficialmente para nosotros la inmersión en la Semana Santa Sevillana. En ese momento no imaginábamos ni de lejos lo que íbamos a vivir y sobre todo lo que íbamos a sentir.
Juanlu conoce muy bien Sevilla y nos llevó a comer un bacalao absolutamente espectacular, bacalao de Islandia para más señas, para luego empezar a ver pasos. El lugar donde estuvimos se llama Bodega Mateo y es de aquellos que conviene tener bien apuntado en la agenda de los sitios a los que hay que volver siempre que se esté en Sevilla, porque se trata de un lugar con tapas muy a tener en cuenta. Está en la calle Palacios Malaver, muy cerca de la Plaza de Abastos. El propietario nos atendía muy amablemente pero no nos dirigía ni una sola palabra, lo comprendimos enseguida porque en la pared había un cuadro que enmarcaba un artículo de prensa titulado los Héroes del Silencio y es que lo curioso es que su propietario, es sordomudo, lo que le añade algo más de magia, si cabe, a este lugar.
Juanlu conoce muy bien Sevilla y nos llevó a comer un bacalao absolutamente espectacular, bacalao de Islandia para más señas, para luego empezar a ver pasos. El lugar donde estuvimos se llama Bodega Mateo y es de aquellos que conviene tener bien apuntado en la agenda de los sitios a los que hay que volver siempre que se esté en Sevilla, porque se trata de un lugar con tapas muy a tener en cuenta. Está en la calle Palacios Malaver, muy cerca de la Plaza de Abastos. El propietario nos atendía muy amablemente pero no nos dirigía ni una sola palabra, lo comprendimos enseguida porque en la pared había un cuadro que enmarcaba un artículo de prensa titulado los Héroes del Silencio y es que lo curioso es que su propietario, es sordomudo, lo que le añade algo más de magia, si cabe, a este lugar.
De camino hacia la bodega Juanlu ya había cogido el mando de la expedición y nos había estado explicando cómo íbamos a movernos para ver la mayor parte de pasos posibles. Después nos dirigimos a ver el primero de los pasos, es decir empezaba el espectáculo, o eso era lo que yo pensaba en ese momento, porque iba a ver la Semana Santa con un saco lleno de prejuicios e ignorancia, ahora, después de haber vivido lo que vivimos en Sevilla, diría que en ese momento empezaba la pasión, el sentimiento y sobre todo la emoción, esa emoción que es capaz de detener tu respiración y erizarte la piel.
En nuestros relatos Charo y yo, somos los protagonistas, es lógico porque siempre viajamos solos. En contadas ocasiones compartimos el protagonismo con alguien a quien nos encontramos en el camino.
Pero esta vez no fue así, porque el auténtico protagonista de esta historia fue Juan Luis Dueñas (Juanlu para los amigos). Juanlu es un buen amigo desde hace mucho tiempo, nos conocimos al principio de la andadura de la Gaviota Viajera cuando él también empezaba a poner en marcha su proyecto de Acmos Lo Que Nos Gusta, el tiempo nos ha ido acercando todavía más, porque además de compartir los inicios hemos compartido una misma idea sobre la necesidad de escapar de la vida convencional que todos llevamos y hacerlo viajando por el mundo, como herramienta básica para alcanzar la libertad. Nada más quedar con Juanlu y Ana (su mujer) ésta nos contó que él es un “Capillita”, aquella expresión nos sorprendió porque jamás la habíamos oído, resulta que se dice de alguien que es un capillita cuando forma parte del mundo cofrade y Juanlu lleva el mundo cofrade impreso en la piel, es cordobés y allí en su tierra era costalero, así que por sus venas corre la pasión de la Semana Santa, pasión que siempre ha compartido con su padre con el que ha venido a Sevilla en muchas ocasiones para verla, así que se puede decir que es un auténtico experto en estas cuestiones santorales. Y nosotros tuvimos el privilegio de vivir todas las emociones junto a él, de forma muy especial las de la Madrugá ya que la hicimos los dos solos. Estoy seguro de que sin “El Capillita” hubiéramos quedado impresionados de lo que siente y de lo que te transmiten los sevillanos esos días, pero hubiera sido imposible sumergirnos en la Semana Santa sevillana de la forma que lo hicimos, no solo porque él nos enseñó todos y cada unos de los secretos que estos festejos tienen, sino sobre todo porque llegamos a sentir la misma emoción que sienten ellos. Además para nosotros ha sido la primera vez que viajamos con otros autocaravanistas y no pudimos estar mas a gusto con Juanlu y Ana, otro regalo más de los muchos que nos brinda la Gaviota Viajera.
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La tarde del Jueves Santo en Sevilla
La Hermandad de la Exaltación
Y nos dispusimos a ver los pasos. La primera Cofradía que vimos es la de la Hermandad de la Exaltación, eran las primeras horas de la tarde y Juanlu nos llevó a un punto en el que él sabía que iba a pasar el Cristo, el punto era un lugar estratégico, no lo había elegido al azar, buscaba lugares donde los pasos tienen que hacer curvas o pararse delante de los conventos o las iglesias, esa forma de elegir los mejores lugares fue una constante en el viaje.
Las procesiones tienen un orden establecido que siempre es el mismo y es importante conocerlo para saber cuánto vas a esperar para ver cada paso, nosotros teníamos una guía que es imprescindible para manejarte en las procesiones y saber cómo moverse, en la guía se indica el tiempo que debe de tardar la procesión en pasar, se trata lógicamente de un cálculo aproximado que siempre puede ser algo mayor. La procesión de la Exaltación tenía previsto un tiempo de 40 minutos, es decir que desde la cruz de guía que abre la procesión al principio hasta el palio que lo cierra debería tardar 40 minutos si todo va como tiene que ir. En el centro va el paso del Cristo.
Pero vaya bien o vaya mal a los 40 minutos hay que añadirle el tiempo que se emplea en llegar al sitio elegido para ver la procesión completa, porque si uno llega en el último momento es más difícil acercarse a verla, esto supone que si se quiere ver la Hermandad de la Exaltación desde el principio, hay que llegar una hora antes y esperar 40 minutos a que pase el palio, es decir un tiempo de casi dos horas
¡¡¡A la caza y captura de los pasos !!!
Los recorridos no son fáciles de organizar ya que todas las procesiones pasan por el pasillo que hay delante de la Catedral, seguramente para cada Hermandad ese es uno de los momentos cumbres de su largo recorrido.
En cada procesión siempre hay dos pasos portados por los costaleros a pulso, alguna vez incluso tres, la procesión tiene una composición que se repite en todas las hermandades y así primero veremos el paso del Cristo, después el paso o palio de la Virgen, entre uno y otro pasan nazarenos y mas nazarenos -ni más ni menos que 5.000 en el caso de la Macarena- a veces también penitentes, estos son los que llevan una cruz en vez de una vela y normalmente no tienen capirote. Entre el paso del Cristo y el Palio de la Virgen hay que esperar mucho, un mínimo de 40 minutos y en algunos casos como el de la Macarena 90 minutos. Para saber todo esto hay que valerse de unos programas de bolsillo que se adquieren en los kioscos, donde vienen perfectamente detallados los recorridos, horarios de salida y entrada, número de nazarenos e incluso el tiempo que puede transcurrir entre el paso del Cristo y el de la Virgen.
Hay muchas formas de ver las procesiones y depende en buena medida de la facilidad que cada uno tenga de moverse por las calles de Sevilla, conociendo el recorrido de las procesiones, el tiempo que tardan en desplazarse y su orden.
En nuestro caso contamos con un guía excepcional, nuestro amigo Juanlu, él nos llevó de un sitio a otro buscando todos y cada uno de los pasos que tiene cada cada una de las hermandades que salían. Para ello jugó con el pequeño programa que había comprado en el kiosco y con el gran conocimiento que tiene de la semana santa sevillana. Así que buena parte de las veces de la tarde del jueves santo esperábamos a ver el paso del Cristo y justo después emprendimos camino, programa en mano hacia algún punto del recorrido donde se suponía que estaba pasando la Virgen, de forma que no perdiéramos el tiempo en la espera de casi una hora o mas en que llegase el palio de la Virgen.
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Estábamos distraídos con el ambiente y el bullicio esperando a que llegase el Cristo de la Exaltación, cuando de pronto lo teníamos delante, era el primero que veíamos y quizás por eso nos llamó más la atención.
El paso es muy bonito, todo es de un color impactante, de entrada fijas la mirada en los panes de oro que configuran el paso, también en la imagen del Cristo clavado en la cruz, representa el momento en que la levantan y parece que esté en movimiento, pero además todo lo que rodea a la procesión resulta muy atrayente, por una lado las mujeres vestidas de negro con mantilla, los hombres con sus elegantes trajes y por otro los uniformes azules de la banda de música que acompañaba al Cristo y que genera un estruendo envolvente del que es imposible escapar.
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Ese era el momento de observar todos los detalles, de devorar con la mirada y con nuestra cámara todo lo que pasaba, incluso me acerqué al paso, saltando la barrera de gente, para poder hacer las mejores fotos, fue un momento increíble y muy emocionante.
Se fue el paso con la Exaltación del Cristo, luego el largo desfile de nazarenos hasta que llegó la Virgen, nos habíamos quedado a esperar a que llegara el palio para ver la Virgen, no es una de las procesiones más largas por lo que solo tuvimos que esperar unos 40 minutos. Me pareció entender que el paso más importante de esta hermandad es el del Cristo, pero a pesar de ello cuando vimos a la Virgen nos gustó tanto o más, quizas porque la Virgen siempre lleva palio y éste está llamativamente decorado, resulta especialmente espectacular ver como se balancea de un lado otro con el movimiento que le imprimen los costaleros al llevarla en volandas, algo inolvidable.
Y empezó el baile, al grito de “Vamos!!!” empezamos a andar o casi correr a la búsqueda de la siguiente procesión. Por el camino pasamos delante de la catedral y vimos como pasaba parte de la misma procesión, es decir la Hermandad de la Exaltación precisamente por allí, allí constatamos la gran diferencia que hay de ver las procesiones en la calle, entre el bullicio de la gente y en la catedral sentado plácidamente en una silla, puede que eso sea más cómodo, eso no se discute, pero no se vive igual.
La Hermandad de la Cigarrera
Por fin llegamos a ver la siguiente procesión la de la Hermandad de la Cigarrera. Para hacernos a una idea de la fuerza que tienen estas hermandades diremos que la de la Cigarrera se fundó en 1563, casi nada, además es casi cien años más antigua que la de la Exaltación y se fundó en torno a una figura de Cristo atado a la Columna, imagen que sale en procesión desde entonces.
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Cuando se sabe esto uno adquiere una dimensión real de la devoción que se siente en Sevilla por sus pasos ya que son más de cuatro siglos los que lleva este Cristo saliendo en procesión.
En este caso no vimos el palio de la Virgen pero nos gustó lo que vimos, además era el momento más bonito de la tarde, estábamos en uno de los laterales de la Catedral (donde no hay gradas de sillas) con una luz fantástica y en especial sabiendo la bonita historia del nombre.
La Hermandad de la Quinta Angustia
Después nos desplazamos para ver la Hermandad de la Quinta Angustia, que estaba bastante cerca. Tuvimos que esperar un poco a que pasara el paso del Cristo que lleva un único paso que representa el momento en que está siendo descendido Cristo de la cruz, mientras son observados entre otros por San Juan, María Magdalena y la Virgen, que sostienen la sábana.
El sitio desde el que vimos pasar el paso estaba repleto de gente y de forma muy especial en todos los balcones, en uno de ellos había un sevillano correctamente vestido con su traje negro que de pronto se arrancó a cantar una saeta.
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Al comenzar a oírse y mientras todavía estábamos buscando el lugar de donde provenía la voz, el capataz del paso mandó parar a la cuadrilla de costaleros. Escuchamos con suma atención pero aunque no estábamos muy lejos, más bien cerca, apenas oíamos al saetero. Nos dio la sensación de que en este caso se trataba de un devoto espontáneo de la imagen deseoso de mostrar su devoción, en otras ocasiones se trata de un saetero contratado por alguien de la cofradía que suelen contratarlos al paso de las imágenes por su barrio, pero es verdad que pudo ser que estuviera apagada por el ruido ambiental y por eso apenas la escuchamos.
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La Hermandad del Valle
Y de allí a la Hermandad del Valle. Empezaba a caer el sol y nos dispusimos a ver la procesión, la plaza por donde iba a pasar estaba abarrotada y mientras esperábamos decidimos tomar algo para aguantar después hasta la noche.
Entramos en un bar a cenar algo y tuvimos suerte porque encontramos una mesa pegada a los ventanales del bar, con lo que la espera resultó de los más cómoda, nos vino bien el descanso para afrontar el resto del día. Mientra comíamos podíamos ver como entraba el paso en la amplia plaza. Cuando llegó el primero de ellos nos levantamos.
Cristo de la Coronación de Espinas
Cristo de la Coronación de Espinas
La procesión dell Valle es de las pocas que tiene tres pasos. El primero es Cristo de la Coronación de Espinas, que representa a Jesús siendo coronado de espinas, mientras un soldado romano y tres hombres más se burlan de el. Está hecho en madera de cedro y es de finales del siglo XVII.
Poco después pasaba el segundo paso, este es Jesús con la Cruz al Hombro. En el paso Jesús lleva la cruz en el momento que se encuentra con las mujeres y en especial con Verónica que lleva el paño en el que aparece su rostro. La importancia del paso es indudable aunque se desconoce el autor de la figura del Cristo, pero el resto de figuras se fueron incorporando sucesivamente al paso hasta tener su configuración actual. De allí nos tuvimos que ir a las calles estrechas de Sevilla por donde continuaba pasando la procesión y conseguimos ver la Virgen del Valle, el palio del tercer paso de está Hermandad, ya era completamente de noche y dado que habíamos llegado en el momento justo que pasaba la Virgen apenas pudimos acercarnos. El lugar tenía mucho interés porque se trataba de la confluencia de dos calles y al poco de pasar la Virgen se cruzó procedente de otra calle, en el mismo puntoel Cristo de la Hermandad de la Pasión, estábamos muy apretados pero fue uno de los momentos más apasionantes de la noche, aunque nos quedaba por vivir lo mejor.
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Emprendimos el camino otra vez por las estrechas calles de Sevilla, ahora con la luz de las farolas porque había caído la noche y llegamos a un punto donde vimos el Palio de la Virgen de la Pasión acompañada por San Juan. La imagen de la Virgen en este caso es muy reciente de 1966 mientras que la talla de San Juan es del siglo XIX.
La Hermandad del Monte Sión
La noche estaba terminando y nos quedaba ver la última procesión antes de irnos a dormir un poco, la de la de la Hermandad del Monte Sión. Ya era completamente de noche, así que la calidad de las fotos se iba a resentir un poco. Pero puede decirse que sería el mejor momento que íbamos vivir en nuestro primer día de pasión sevillana.
El lugar elegido era junto a una iglesia donde habían estado guardadas temporalmente las imágenes de la Hermandad debido a las obras que hicieron en su sede. Eso motivó que los pasos hicieran una parada más emotiva delante de la misma. Nosotros aquí asistimos a la llegada del primero de sus pasos el Misterio de la Oración en el Huerto. Se trata de un grupo escultórico que representa el momento en el que Jesucristo acudió a rezar al huerto de Getsemaní, acompañado de los apóstoles, que en lugar de orar se quedaron dormidos. En el paso se representa a Jesús, confortado por un ángel y detrás de éste aparecen San Juan, San Pedro y Santiago bajo un olivo.
El paso llegaba desde el fondo de la calle y cuando estuvo a nuestra altura lo detuvieron. Esa no era la primera vez que asistimos a una “levantá” pero si fue la primera vez que sentí como la emoción me recorría todo el cuerpo.
El paso llegaba desde el fondo de la calle y cuando estuvo a nuestra altura lo detuvieron. Esa no era la primera vez que asistimos a una “levantá” pero si fue la primera vez que sentí como la emoción me recorría todo el cuerpo.
Puede que el momento en que se levanta el paso sea el mas emotivo que se puede vivir en la semana santa
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La Levantá
Descubrí la levantá al iniciar la procesiones del jueves, cuando aún brillaba el sol. Desde el principio pensé que la mejor manera de acercarme a la pasión que se vive en esos días era pegarme a mi amigo Juanlu, él como antiguo costalero podría descubrirme los secretos de Sevilla en estos días tan especiales.
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Después de que se marchara el paso con el Cristo salimos como de costumbre a la caza y captura del siguiente paso de esta Hermandad, llegamos cuando aún no había pasado la Virgen es más, en ese momento estaba pasando el primer paso, el que acabábamos de ver, el del Misterio de la Oración en el Huerto, me extrañó esa falta de cálculo por parte de nuestro “capillita”, porque para tener que esperar al paso de la Virgen nada más ver al Cristo nos podíamos haber quedado donde estábamos, máxime cuando desde que llegamos a este lugar había una señora disgustadísima por nuestra presencia ya que no le dejábamos ver bien la procesión, pero si Juanlu lo había hecho así alguna razón habría, poco después descubriríamos que así era. El caso es que como es de suponer llegábamos a los sitios y nos situábamos como podíamos entre la gente, éramos cuatro y la cosa no era fácil, en este caso había una señora sentada en el escalón de un portal, hasta ese momento había conseguido ver la procesión sin levantarse y nuestra presencia no le resultaba grata. Ana sacó a pasear toda su simpatía para ofrecerle soluciones e intentar calmarla, pero no hubo manera, curiosamente lo que Ana no tuvo manera de conseguir por mucho empeño que puso, lo logró la Virgen en un santiamén, porque fue aparecer por el fondo de la calle y no volvimos a escuchar a la enfurruñada señora.
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Puede que haya otras imágenes más bonitas que la Virgen del Rosario (hay que reconocer que pasó a dos metros de nosotros lo que te hace verla mucho mejor), pero para nosotros en ese momento nos pareció la imagen mas insuperable de Sevilla. El palio es el segundo paso de la Hermandad, obra de un escultor anónimo del siglo XVII. El ajuar de la Virgen cuenta con un manto blanco bordado en oro con una corona de oro labrado, destacan los doce rosarios de plata que cuelgan de los varales.
Y pasó delante nuestra casi tan cerca que podíamos tocarla, no tardamos en saber cuál era la razón de la espera. Resulta que nuestro guía nos había traído hasta aquí porque estábamos prácticamente delante del Convento de Clausura Santa Ángela de la Cruz y eso suponía que estábamos a punto de asistir al momento más emocionante de nuestra semana santa. El Convento está en una calle muy estrecha, en la que apenas cabe un coche, con aceras de menos de un metro, a simple vista el convento sólo se distingue por tener una puerta grande enmarcada con piedra. Pero en ese momento la enorme puerta de madera forrada con chapa estaba abierta, así que cuando llegó el palio su altura, los costaleros comenzaron a girarlo poco a poco, mientras veíamos bailar a la Virgen, el palio se situó justo delante de la puerta del convento.
Cuando la virgen parecía mirar hacia el interior del convento el palio se detuvo, de repente no se oía nada, ni el esfuerzo de los costaleros, ni al capataz, nada de nada, el silencio era total y en ese momento empezamos a oír cantar a las monjitas de clausura, sus voces salían desde dentro como si de una aparición divina se tratase, solo faltaba una luz blanca que lo envolviese todo, pero a decir verdad no hacía falta, el manto blanco de la Virgen y los rosarios de plata hacían el resto. Las monjas cantaron un buen rato, una canción preciosa que no había oído nunca.
Era muy tarde y había terminado nuestra jornada de procesiones, nos fuimos andando hasta el área de autocaravanas todavía impactados de la última escena vivida.
Ya más adelante hablábamos apasionados de todo lo ocurrido durante el día y comenzamos a hacer planes para asistir a la Madrugá. Las alternativas eran dos, o bien continuar despiertos hasta que el agotamiento pudiera con nosotros o acostarse y dormir algo, aunque fuera poco.
Esa última fue la opción que decidimos, lo decidimos los chicos porque ellas parecía que iban a quedarse en la cama.
Quedamos en estar en pie a las 6 de la mañana y ya era la una algo pasada, así que dormiríamos solo cuatro horas y media.
Esa última fue la opción que decidimos, lo decidimos los chicos porque ellas parecía que iban a quedarse en la cama.
Quedamos en estar en pie a las 6 de la mañana y ya era la una algo pasada, así que dormiríamos solo cuatro horas y media.
La "Madrugá"
A las 6 en punto de la mañana Juanlu y yo estábamos otra vez en la calle, lógicamente era de noche, nos habíamos levantado en medio de la Madrugá, e íbamos, plano en mano, a ver las procesiones que ya estaban en marcha. La sensación de levantarse de noche para ver procesiones es emocionante, máxime cuando en ese momento en el área solo estábamos nosotros dos. La noche y nosotros andando lo mas deprisa posible, me recordaba aquellos juveniles años en que me levantaba de madrugada con una mochila a la espalda para ir de acampada a la Sierra de Guadarrama, ahora también llevaba una mochila y aunque no iba de acampada la ilusión era muy parecida.
La madrugada del Jueves al viernes salen seis procesiones entre las 12 de la noche del jueves hasta las 3:45 de la madrugada, hora en que sale la mas tardía. Las dos más populares son la Macarena y Esperanza Triana. La Macarena sale a las cero horas es decir a las 12 de la noche del jueves y no entra hasta las 13 horas del día siguiente, es decir está, al menos trece horas recorriendo las calles de Sevilla.Con la de Triana pasa algo parecido ya que sale a las 2 de la madrugada y no se recoge hasta las 2 de la tarde del viernes. Eso es la Madrugá, algo difícil de imaginar cuando uno no lo conoce.
Nosotros no disponíamos de mucho tiempo para ver las seis procesiones así que la idea era ver tres de ellas, las mas grandes o populares, osea la del Gran Poder, la de Triana y por supuesto la Macarena.Teniendo en cuenta que empezamos más allá de las 6 de la mañana, para cuando nos pusimos en marcha las procesiones ya llevaban varias horas en las calles de Sevilla.
Nosotros no disponíamos de mucho tiempo para ver las seis procesiones así que la idea era ver tres de ellas, las mas grandes o populares, osea la del Gran Poder, la de Triana y por supuesto la Macarena.Teniendo en cuenta que empezamos más allá de las 6 de la mañana, para cuando nos pusimos en marcha las procesiones ya llevaban varias horas en las calles de Sevilla.
La Hermandad del Gran Poder
La idea era ir lo más deprisa posible a ver la entrada de la Hermandad del Gran Poder, ya que en el programa tenía previsto realizar su entrada en la sede a las 7:45, si por cualquier circunstancia se adelantaba, iríamos un poco justos.Cogimos un taxi para atravesar toda la ciudad lo antes posible, ir andando desde el área no era buena opción y para colmo yendo con tanta prisa.Atravesar Sevilla la noche del Jueves Santo es algo peculiar, porque todo el mundo se mueve al compás de las procesiones, ves por todos lados nazarenos, o penitentes y los que no lo son parece que van o viene de ver los pasos.Nos pusimos a hablar con el taxista y las noticias no era buenas, porque había habido carreritas, “¿carreritas?” pregunté yo, “pues sí, carreritas y te explico” me dijo Juanlu.
Las carreritasY me explicaron:“las carreritas” es una denominación popular, que viene de atrás, concretamente en los acontecimientos que se produjeron por primera vez en el año 2000 en la ciudad de Sevilla.
El miedo fue de tal magnitud que los costaleros de uno de los pasos cobijaron en su interior a los niños que estaban alrededor para evitar que fueran arrastrados por la muchedumbre. Desde entonces a aquella noche se la recuerda con el nombre de “La Madrugá del Pánico”.Desde esa noche las carreritas a veces se repiten, aunque con menor relevancia, en los últimos años.Dicen los sevillanos que todo procede de la película “Nadie conoce a nadie” porque los momentos de pánico vividos son idénticos a los que salen en la película, es más, se dice que aquel año 2000, grupos de jóvenes organizados con móviles hicieron lo mismo que vieron en la película en varios puntos del centro de Sevilla, para conseguir el mismo efecto. |
Así que por lo que nos había contado el taxista esa noche había habido carreritas, de hecho el ya sabía que habían detenido a varias personas como causantes de las mismas. En ese momento no sabíamos si las carreritas habrían adelantado o atrasado la marcha de la procesión, así que nos bajamos del taxi con la incertidumbre de qué habría pasado. Lo mas lógico, o al menos así lo vimos nosotros en ese momento, era pensar que por culpa de las carreritas la procesión hubiera acelerado el paso con lo que empezamos a darle vueltas al asunto y agobiados por no llegar a tiempo empezamos a correr, al poco nos dimos cuenta de que debíamos de parar no fuera a ser que nosotros también provocáramos otras carreritas.
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Poco después llegamos muy cerca de la Basílica del Gran Poder en la plaza de San Lorenzo, sede de la Hermandad del Gran Poder, tuvimos suerte, no sé la hora exacta a la que llegamos pero debía de ser poco después de las 6:30 porque aún era noche cerrada y la procesión afortunadamente no había terminado.
Esta hermandad se fundó a mediados del siglo XV y cuenta con 2.400 nazarenos. En el momento que llegamos a la plaza de San Lorenzo todavía estaban pasando los nazarenos y aun no había llegado el Cristo. Fue uno de los momentos que mas me impresionó, porque la plaza estaba llena de nazarenos que entraban desde la calle Cardenal Spinola, para recorrer la plaza haciendo un zigzag, tenían apagadas las farolas de forma que la única luz que iluminaba la procesión procedía de las velas de los nazarenos, bueno no solo de las velas porque había un bar excesivamente iluminado que estropeaba un poco aquel hermoso momento.
En cualquier caso mirabas a lo largo de la calle y solo veías las lucecitas de las velas y girabas la cabeza y los veías entrar en la Basílica, pero quizás lo que mas me impresionó fue el silencio ya que el cortejo va completamente en silencio, la oscuridad solo se ve interrumpida por la luz de las velas que junto al silencio crea una atmósfera sobrecogedora.
En cualquier caso mirabas a lo largo de la calle y solo veías las lucecitas de las velas y girabas la cabeza y los veías entrar en la Basílica, pero quizás lo que mas me impresionó fue el silencio ya que el cortejo va completamente en silencio, la oscuridad solo se ve interrumpida por la luz de las velas que junto al silencio crea una atmósfera sobrecogedora.
Poco después vino el paso del Cristo Jesus del Gran Poder, una talla posiblemente del siglo XVII, impresiona la cara del Cristo, la expresión de sufrimiento es conmovedora, lo tuvimos tan cerca que podíamos haberlo tocado. Juanlu estaba sorprendido de no ver las calles atestadas y estaba convencido que había sido el efecto de las carreritas. Desconozco cómo pueden llegar a estar pero la verdad es que no era fácil llegar a los lugares más próximos, nosotros lo hicimos “echándole mucha cara”, hay que reconocerlo.
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Cuando vimos entrar el paso del Cristo dentro de la Basílica, emprendimos camino para ver a la Virgen de la misma Hermandad. Fuimos andando hasta una plaza próxima y allí estaba todavía el palio. Este segundo paso representa a la que llaman Virgen del Mayor Dolor y Traspaso y va acompañada por San Juan Evangelista.
La plaza estaba abarrotada, no sé cómo hubiera sido si no llega a haber carreritas.
La Hermandad de Esperanza de Triana
La plaza estaba abarrotada, no sé cómo hubiera sido si no llega a haber carreritas.
La Hermandad de Esperanza de Triana
Después reemprendimos la marcha para ver la Hermandad de Esperanza de Triana que con 2.400 nazarenos solo es superada por la de la Macarena. La actual Archicofradía de la Esperanza es el resultado de la fusión en 1972 de dos antiquísimas hermandades, estas a su vez de otras fusiones cuyas raíces venían de los gremios de ceramistas y pescadores. Se trata de una de las Hermandades mas importantes de Sevilla o deberíamos decir de Triana, porque esta Hermandad siempre deja muy patente que ellos son de Triana, parece ser que cuando arranca la procesión los costaleros dicen “vamos pa Sevilla”.
La Hermandad contaba con un momento especial, ya desaparecido, ya que al pasar por delante de la cárcel del Pópulo, a los presos se les permitía asomarse a las rejas para verla a su paso, para ello la Cofradía giraba las imágenes frente a ellos y recibían las saetas que éstos les cantaban. Menudo momento de emoción, no dudo de que Juanlu me hubiera llevado si no hubiese sido porque ya no es posible al haber desaparecido la cárcel.
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Tuvimos que andar bastante para llegar a ver el primer paso, el Cristo de las Tres Caídas. Cuando lo vimos ya había amanecido. Las calles estaban llenas y solo la pericia de mi amigo y que íbamos los dos solos facilitó estar muy cerca del Cristo. Las imágenes me impresionaron, ya era de día pero las farolas con velas que porta el paso aún lo alumbraban con tonos anaranjados, el conjunto era muy impactante. Pero no solo por eso, además la banda de música tocaba a un volumen altísimo lo que suponía que uno fijase totalmente la atención en el paso.
De todo, lo que mas me impactó fue la forma de mover el paso por parte de los costaleros, a ratos parecía que lo estaban bailando. No me extraña que sea una de las procesiones mas populares
De todo, lo que mas me impactó fue la forma de mover el paso por parte de los costaleros, a ratos parecía que lo estaban bailando. No me extraña que sea una de las procesiones mas populares
Nuestra Señora de la Esperanza rodeando la Catedral
Sin embargo puede decirse que en realidad aún no había visto nada, porque al poco nos trasladamos para ver a la Virgen bajo palio, Nuestra Señora de la Esperanza. Vimos a la Virgen pasando por la parte de atrás de la Catedral, allí donde se forma una gran explanada. Antes habíamos pasado por la parte principal de la Catedral por donde acababa de pasar el palio, eran las primeras horas de la mañana y por lo tanto era fácil suponer que la gente que estaba allí en las gradas, sentada en sus sillas, llevaban allí varias horas y era fácil deducir porque estaban todos muy abrigados para aguantar los rigores de la noche en esas fechas primaverales.
A diferencia de todo lo que habíamos visto hasta entonces, a la Virgen la vimos desde una cierta distancia, nos encontrábamos al pie de la Catedral y la zona estaba completamente llena, pero lejos de decepcionarme es la imagen que mas me impactó en estos días, si salvamos la Virgen de Monte Sión cuyo momento con las monjas de clausura cantando jamás olvidaremos. Vimos el Palio de la Virgen a los pocos minutos de llegar, acababa de pasar delante de los palcos de la Catedral y seguía su camino bordeando a esta todo el tiempo, así que de pronto la vimos aparecer a los lejos, saliendo de detrás de la Catedral rodeada de un halo formado por el humo de las velas, el efecto se veía reforzado por ser las primeras horas de la mañana, todavía algo frescas.
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Poco a poco se fue acercando hasta nosotros y pude hacerle algunas fotos desde el lugar elevado en el que nos encontrábamos, usando el zoom. Este fue uno de los mejores momentos que pasé en Sevilla. El palio siguió bordeando la Catedral y vimos a la Virgen alejarse poco a poco del lugar en el que nos encontrábamos. Fue una bonita despedida de uno de los momentos mágicos vividos en Sevilla.
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La Hermandad de la Macarena
Ya solo nos quedaba ver la procesión más popular de Sevilla, la de la Macarena.Nos dirigimos al final de la Calle de Santa Ángela de la Cruz que termina justo delante del Convento del Espíritu Santo, lugar estratégicamente elegido ya que allí los pasos harían una parada delante del convento.
La cofradía cuenta con tres pasos, cuando llegamos no había pasado aun el paso del Cristo, que es el segundo, le estuvimos esperando durante bastante tiempo. |
A esas alturas estábamos bastante curtidos y esperar un poco no nos suponía ningún problema. La plaza y digo la plaza porque lo parece aunque en realidad es la confluencia de tres calles, estaba hasta arriba y no se movía ni un alfiler, oímos los comentarios de algunas personas sobre los detenidos por provocar las “carreritas” lo que me hizo pensar en que si eso había provocado una menor afluencia de gente, me resultaba difícil imaginar como hubiéramos estado sin ninguna incidencia. Poco después empezamos a ver los soldados de la Centuria Romana, los denominan los armaos, son muy característicos en esta procesión por las enormes plumas blancas que llevan en el casco, lo que suponía que poco después aparecería el paso del Misterio de Jesús de la Sentencia, donde se ve a Poncio Pilatos y a dos soldados en el momento de dictar sentencia, los soldados llevan también esas características plumas blancas.
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La Macarena es la hermandad más grande de la Semana Santa de Sevilla, hasta 14.000 hermanos tiene inscritos, es también la que más nazarenos saca, ni mas ni menos que 3.000, así que si te quedas a pie derecho desde que comienza la cruz de guía de la Hermandad hasta que pasa el palio se supone que habrá que esperar una hora y media.
Nos gustó mucho el paso del Cristo con el inmenso colorido que le dan los soldados con sus plumas blancas y la banda de música con los tambores a máxima potencia. Pero tras su paso se incrementaba nuestra impaciencia por ver a la Macarena. Desde niño había oído hablar a mi abuela de la Virgen de la Macarenay de la Semana Santa y veía a Sevilla, supongo que sentía una especial devoción por la Virgen, aunque jamas me dijo nada de eso. Así que yo había venido a Sevilla en Semana Santa con una idea preconcebida, había que ver a la Macarena. Ahora allí estaba cumpliendo un deseo marcado desde la infancia. Los velones que preceden a la Virgen >> |
Se hizo esperar bastante y no dejaban de pasar nazarenos, cuando de pronto empezaron a decir “ahí están los velones” lo que suponía que la Virgen venía detrás.
Los velones son cuatro candelabros que portan un cirio y van delante del palio de la Virgen, estos los suelen llevar los mas jóvenes.
Los velones son cuatro candelabros que portan un cirio y van delante del palio de la Virgen, estos los suelen llevar los mas jóvenes.
Y efectivamente allí estaba la Macarena, tuvimos la suerte de estar muy cerca y pode ver una imagen que me resultaba muy familia de verla en las fotos y las estampitas desde siempre, cuando estuvo mas cerca pude fijarme en las grandes esmeraldas que lleva prendidas en el manto, al parecer según me contó Juanlu, son regalos que le hacen a la Virgen los toreros. En Sevilla todo es tradición.
La Virgen se paro delante del Convento, a escasos metros de nosotros. Pasaron unos minutos y asistí a la última “levanta” de esta Semana Santa en Sevilla.
<< La Macarena delante del Convento
La Virgen se paro delante del Convento, a escasos metros de nosotros. Pasaron unos minutos y asistí a la última “levanta” de esta Semana Santa en Sevilla.
<< La Macarena delante del Convento
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Nuestro VideoAl terminar nuestro viaje de inmersión a la semana santa de Sevilla y Jerez, callo en nuestras manos un video -o mas bien un película de mas de una hora- de la semana santa sevillana. Cuando has estado allí y has vivido aquello, lo ves con pasión, ademas en este caso es una película excepcional por los que aquí dejo el enlace. Pero nosotros también hemos hecho nuestro video, nada que ver con la calidad del que acabamos de comentar, pero es el nuestro y algo tendrá, al menos para nosotros, porque curiosamente, cada vez que lo vemos, nos emocionamos y nos emocionamos mucho …. pero mucho !!!!
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Abandonamos las calles abarrotadas de gente y terminamos como tantos otros desayunando unos churros. Habíamos visto la Madrugá y tenía la sensación de haberme licenciado en algo, pero fuera lo que fuera el titulo que me correspondía de lo que no había duda es que el sentimiento que viví en las calles de Sevilla había cambiado para siempre mi percepción de muchas cosas, pero sobre todas esta una que vi y casi toque con mis manos, la pasión de la Semana Santa Sevillana. Desde ahora siempre la recordaré con respeto y admiración.
Viernes Santo 14 de abril
Después de desayunar dimos por terminado el apasionante jueves de pasión, habíamos estado desde primeras horas de la tarde hasta la mañana del viernes viendo pasar hermandades sin parar, con tan solo unas pocas horas de descanso. Oficialmente la “Madrugá” se realiza en la madrugada del viernes, pero en nuestra cabeza, como en la de cualquier otro ser humano, el día siguiente empieza en el momento que una se levanta de la cama a una hora decente, después de haber dormido lo que a cada uno le es habitual, pero no había sido nuestro caso y teníamos la sensación a esas horas de la mañana de que no nos habíamos acostado y habíamos seguido la pasión sevillana desde primeras horas de la tarde del jueves de forma ininterrumpida, hasta el viernes por la mañana. Así que íbamos andando camino de nuestras casas, pensando que ya era viernes de pasión.
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La mañana del viernes santo en el área
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Pensaba que las chicas estarían despiertas, quizás desayunando juntas, pero no era así, acababan de despertarse y apenas empezaban a desayunar.
Juanlu y Ana no habían pensado qué hacer el viernes y ni siquiera si continuarían de procesiones, pero en menos que canta un gallo decidimos irnos todos a Jerez a vivir allí, de otra manera la semana santa andaluza.
Juanlu y Ana no habían pensado qué hacer el viernes y ni siquiera si continuarían de procesiones, pero en menos que canta un gallo decidimos irnos todos a Jerez a vivir allí, de otra manera la semana santa andaluza.
Jerez
Recorrimos los 90 kilómetros que separan Sevilla de Jerez en algo mas de una hora. Hay pocas veces en las que te sientas mas orgulloso y feliz de ser autocaravanista como aquellas en que vas por la carretera en caravana con otros compañeros, así que con esas agradables sensaciones llegamos al área de Jerez.Nosotros no la conocíamos, ni siquiera aparece en las guía de ÁreasAC (al menos en ese momento), se llama La Morada del Sur y está en Avenida Tío Pepe 33, bastante cerca del centro incluso para ir a pie, e ideal para ir en bicicleta (36.713112, -6.109531) . No se trata de un sitio barato, nos costó 14 euros el día, con luz y wifi incluidos (el wifi como siempre iba a pedales), pero nosotros somos de los que creemos firmemente en las áreas privadas y en que los precios vienen impuestos por la ley de la oferta y la demanda, así que si no nos gusta nos vamos. No fue este el caso, es más el lugar resultó agradable y hasta divertido, el dueño un “tío” bien simpático nos acogió como si fuéramos una estrellas del rock y nos invitó a un fino nada mas llegar. Estar un día en una ciudad espectacular como Jerez de la Frontera por 14 euros, dos personas y nuestra casa nos pareció todo un privilegio.
Llegamos los cuatro al centro al medio día. La ciudad no podía estar mas bulliciosa. Jerez estaba vestida de Semana Santa, con los balcones engalanados y los palcos y las sillas para el paso de las procesiones, pero el ambiente me pareció muy distinto al de Sevilla.
En la capital hispalense percibimos algo menos de alboroto o para ser mas exactos una mayor solemnidad, porque se percibía el ceremonial propio de las procesiones en cada rincón de cada calle, incluso desde las primeras horas de la mañana del jueves, en las que no había procesiones por las calles. Por contra Jerez estaba de fiesta, la semana santa estaba por todas partes, eso era evidente, pero también lo era que lo viven de forma distinta.
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Nos lanzamos a tomar tapas por las calles peatonales y entramos en un sitio que nos pareció espectacular, Tabanco Plateros, se trata de un lugar que rinde culto a sus vinos de Jerez y disponen de varia barricas para que elijas tu oloroso preferido, manzanilla, fino y si deseas algo mas complejo un amontillado o un palo cortado. En fin, si se entiende un poco de vino o sino también, se trata de un lugar estupendo que pone a tu alcance estos vinos de Jerez que gozan de una reputación excelente fuera de España, aunque en España, su tierra, se les conoce poco. Nosotros pedimos unos palos cortado, qué maravilla de sitio, muy recomendable. |
A tumba abierta con lo vinos de Jerez |
Seguimos aventurándonos por la gastronomía jerezana a pie de calle, es decir con lo que ahora son gastrobares de Jerez, que allí se les llama tabancos, curiosamente los tabancos son locales típicos de Jerez y consisten en una mezcla entre las tabernas y los despachos de vinos, lógicamente los vinos son predominantemente vinos de Jerez.
Terminamos incluyendo en nuestro grupo a dos vallisoletanas, fueron momentos muy divertidos en los que pudimos comprobar el salero malagueño que tiene nuestra amiga Ana, el ambiente era festivo sí o sí o quizás porque Ana estaba con nosotros.
<<< De izquierda a derecha: una vallisoletana afincada en Jerez, Ana una malagueña afincada en Lorca, con gafas oscuras, la otra vallisoletana afincada en Cataluña y Charo una Olmedana afincada en Talavera de la Reina. Eso es viajar y eso es España.
Terminamos incluyendo en nuestro grupo a dos vallisoletanas, fueron momentos muy divertidos en los que pudimos comprobar el salero malagueño que tiene nuestra amiga Ana, el ambiente era festivo sí o sí o quizás porque Ana estaba con nosotros.
<<< De izquierda a derecha: una vallisoletana afincada en Jerez, Ana una malagueña afincada en Lorca, con gafas oscuras, la otra vallisoletana afincada en Cataluña y Charo una Olmedana afincada en Talavera de la Reina. Eso es viajar y eso es España.
Poco después hartos de reír, beber y comer, decidimos que estábamos en Jerez para ver la procesiones y que es lo que íbamos a hacer.
No fuimos tan rigurosos y disciplinados como habíamos sido en Sevilla, pero sí pudimos ver muchas cosas muy interesantes.
Nos llamó especialmente la atención el Cristo que vimos, se trataba de una talla muy interesante no solo por ser de indudable calidad artística sino porque además el pelo que llevaba era natural, es decir era una melena de pelo como la que podría llevar un rockero heavy, además al ir sobre un paso llevado a hombros por los costaleros, se balanceaba y se movía la melena del Cristo clavado en la cruz, muy impactante.
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El bullicioso Jerez el viernes santo
Tras ver la procesión seguimos recorriendo las calles de Jerez y terminamos en una Hermandad que tenía los pasos guardados, sin duda porque habían salido el día anterior o porque iban a salir poco después. Fue otra forma diferente de disfrutarlos, sin la excitación que produce verlos en moviendo en la calle, pero con la posibilidad de ver todos los detalles. La pequeña capilla donde la guardaban era una maravilla y en especial por la cerámica. El capataz estaba allí y nos explicó que esos pasos se llevan sin faldones, es decir a diferencia de los de Sevilla, se ve completamente a los costaleros, al parecer es una tradición de la forma de llevarlos en Jerez, tradición que él defendía con vehemencia.
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Seguimos paseando hasta que llegó la hora de cenar, de la misma forma que habíamos hecho la noche anterior estuvimos cenando mientras desde dentro veíamos como pasaban los pasos por la calle. El restaurante muy recomendable, en especial el arroz con placton, muy conseguido, se llama Restaurante Albores en la Calle Consistorio 12 y además de comer bien no es caro en absoluto sobre todo porque el nivel de su cocina es buenísimo, otro sitio para repetir en Jerez.
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Fue una cena estupenda que supuso poner un broche de oro a nuestra aventura santera de semana santa con nuestros amigos Ana y Juanlu. Todavía antes de llegar a nuestras casas tuvimos tiempo para disfrutar de las bulliciosas calles de esta localidad gaditana y también de ver algunos pasos pasando entre la multitud. Quizás esa diversidad fue lo que mas me llamo la atención de Jerez, ya que en pocos metros pasas de una bulliciosa calle llena de vida y alegría a un paso de semana santa bañado por la devoción de los jerezanos.
Puerto de Santamaría
Sábado Santo 15 de abril
Nos levantamos por la mañana no demasiado temprano y poco después nos despedimos de nuestros amigos. Nosotros continuábamos camino por tierras gaditanas hasta el Puerto de Santamaría.
Pasamos un día muy agradable en el área de autocaravanas que esta al borde del río (N 36º 35' 54'' / W 6º 13' 16''). Cuesta 6 euros al día. Es más bien un parking de todo tipo de vehiculos, cerrado por una barrera, pero por donde pasa todo el mundo, en el no hay servicio de vaciado y llenado pero si lo hay en la gasolinera que esta a pocos metros y que al parecer son de la misma propiedad. Lo mejor es que está muy cerca del centro de la localidad.
Pasamos un día muy agradable en el área de autocaravanas que esta al borde del río (N 36º 35' 54'' / W 6º 13' 16''). Cuesta 6 euros al día. Es más bien un parking de todo tipo de vehiculos, cerrado por una barrera, pero por donde pasa todo el mundo, en el no hay servicio de vaciado y llenado pero si lo hay en la gasolinera que esta a pocos metros y que al parecer son de la misma propiedad. Lo mejor es que está muy cerca del centro de la localidad.
En el Puerto de Santamaría ya no vimos mas pasos porque el sábado no salen, allí estaban los palcos, las sillas y el chirriar de los coches al pasar por las calles debido a la cera acumulada en el pavimento del paso de las cofradías los días anteriores, pero los sábados no hay procesiones.
No obstante disfrutamos mucho de la playa que se encuentra separada del pueblo y sobre todo de la vida del Puerto. Cenamos en una de sus terracitas a pesar de que por la noche empezaba a refrescar un poco, y nos fuimos a dormir. Ya en la cama mi cabeza dando vueltas y no se trataba del vino de la cena, sino de que por mi mente pasaban sin parar imágenes y mas imágenes de lo vivido estos dos días al lado de Juanlu, al menos para mi ha sido muy apasionante y no solo ha supuesto cumplir la ilusión que tenía hace años de vivir la semana santa en Andalucía sino la experiencia de descubrir algo que siempre tuve delante y que jamás alcancé a comprender un siquiera un poco.
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Dedicamos el día al culto gastronómico del Puerto de Santamaría y a disfrutar del mar. Día de relax y de asentar tantas sensaciones vividas.
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A la mañana siguiente me levanté a comprar churros, unos churros muy finitos que se estilan en El Puerto y que en mi caso compré en la churrería que esta cerca del mercado, en el centro de El Puerto de Santamaría. Esa fue nuestra despedida, un desayuno con churros delante del río con el pueblo al fondo. Como siempre todo un privilegio.
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