Dos nocheviejas en una
Vaya por delante que nosotros somos de los que vemos las navidades como una oportunidad más –o excusa- para ser felices y disfrutar de la vida, intentamos divertirnos y pasarlo bien en modo navidad, aunque rara vez ponemos el árbol, este año al menos hicimos una felicitación para todos nuestros amigos en la que lo pasamos muy bien.
Estos años atrás en Navidades nos hemos quedado en casa los dos solos, ya sé que eso se presta a pensar “a estos dos no les quiere nadie” y quiero pensar que eso no es así, pero la vida no nos ha concedido una familia numerosa y unida, así que pasamos solos las navidades. Tiene sus inconvenientes pero también sus ventajas, te pierdes ese entorno de felicidad que a veces se vive en el seno familiar pero en cambio tienes muchas ventajas, la primera es que te libras de ese miembro familiar siempre presente en casi cualquier familia, pesado o lo que es peor desagradable, se suele decir que siempre hay un “cuñado”, también te libras ese constante retintín consistente en recordar a todas horas y en todo momento a los que ya no están, que es verdad que no están, pero desgraciadamente no están todos los días y no entiendo porqué el empeño en recordarlo a todas horas precisamente en Navidad y la mayor de las ventajas es que puedes hacer lo que quieras, no estás atado a nada.
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Así que la Navidad de 2016 habíamos pensado que podíamos hacer algo diferente, no lo hicimos en Nochebuena por miedo a que no nos dieran de cenar en ningún sitio, pero en Nochevieja había muchas posibilidades, por ejemplo irnos a la montaña o a cualquier ciudad. Enseguida pensamos que ya que lo teníamos relativamente cerca podíamos irnos a Lisboa, eso suponía vivir la Nochevieja fuera de nuestra costumbre, que era la de tomarse las doce uvas al tiempo que suenan las campanadas.
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Si nos lo organizábamos bien podíamos hacer el salto de año primero con los españoles y una hora después con los portugueses, gracias a la tontería de la diferencia horaria, es decir dos nocheviejas en una.
Nochevieja caía ese año en sábado, así que el viernes ya dormiríamos allí y pasaríamos el sábado íntegramente en Lisboa, para volver el domingo, es decir un fin de semana en Lisboa para celebrar la Nochevieja.
Nochevieja caía ese año en sábado, así que el viernes ya dormiríamos allí y pasaríamos el sábado íntegramente en Lisboa, para volver el domingo, es decir un fin de semana en Lisboa para celebrar la Nochevieja.
Viernes 30 de diciembre de 2016: San Román de los Montes, Setubal
En Setúbal tenemos una modesta casa, una casa de pescadores decimos nosotros porque sin duda eso fue en su día, luego por lo tanto no tiene demasiado sentido que vayamos con la Gaviota tenemos casa allí. Sin embargo queríamos pasar la noche del 31 en Lisboa y pensábamos llegar la noche del viernes 30, así que nos apetecía más pasar la noche del viernes en Setúbal, hemos visto mil veces los vehículos de otros compañeros autocaravanistas y siempre hemos sentido un poco de gusanillo por hacer lo mismo.
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Llegamos la noche del viernes a Setúbal y nos dirigimos a la zona del río, para cualquiera que vaya por primera vez aquello parece el mar, pero en realidad es una bahía formada por la desembocadura del río Sado.
Una noche "casi" prohibida en Setúbal
Hay una zona de aparcamientos justo al lado del puerto donde están los barcos de pesca, es de los lugares mas pintorescos de la localidad y desde luego mi lugar preferido. Hasta hace poco tiempo las autocaravanas pernoctaban allí, pero ahora hay señales que lo prohíben, ocurre que hay un espacio entre el parking y la orilla que no puede considerarse zona prohibida, no hay quien me quite de la cabeza que a veces jugamos al ratón y el gato, las autoridades (a veces con razón) nos prohíben estar en un determinado sitio y nosotros buscamos otro lugar igual o mejor, van a tener que preparar una tonelada de señales de prohibido autocaravanas y estar muy atento a nuestros movimientos.
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En aquel lugar había ya dos autocaravanas y era el mejor sitio para que la Gaviota y nosotros pasaremos la noche en Setúbal.
Antes de dormir nos fuimos a cenar, en Setúbal hay muchos restaurantes a los que daríamos nuestra etiqueta de calidad (eso de poner una etiqueta a los lugares es algo a lo que llevo dándole vueltas, lo hace Michelin así que no sé porqué nosotros no) y además son muy económicos.
Después de cenar nos fuimos a dormir con la misma sensación que tiene un crío haciendo pellas por primera y única vez en la vida, porque íbamos a dormir el borde del río Sado cuando nuestra casa no estará a mucho mas de mil metros.
Después de cenar nos fuimos a dormir con la misma sensación que tiene un crío haciendo pellas por primera y única vez en la vida, porque íbamos a dormir el borde del río Sado cuando nuestra casa no estará a mucho mas de mil metros.
Desayunamos tranquilamente mientras disfrutábamos de las vistas y después fuimos a hacer una pequeña vista a nuestra bonita casa Setubalense “moradía” es el nombre que le dan los portugueses a estas casitas bajas de una planta.
La casa estaba perfecta y nuestro naranjo en plena ebullición, todavía no es más alto que yo y sin embargo estaba lleno de naranjas, una buena bolsa de al menos ocho kilos nos llevamos. Setúbal era tierra de cultivo de cítricos y se nota que este clima le va bien.
Otra noche "casi" prohibida en Lisboa
Pusimos rumbo hacia Lisboa para pasar allí todo el día y sobre todo la noche de fin de año en la capital de Portugal.
Habíamos dudado mucho de dónde íbamos a ubicar nuestra Gaviota allí porque conocemos una zona (38.695533, -9.198500) donde desde siempre han parado las autocaravanas, casi enfrente del Monasterio de los Jerónimos y a escasos metros del Monumento de los Descubrimientos, aunque la gente suele referirse a ella como la zona de Belén que está un poco mas lejos, pero ahora hay señales de prohibido autocaravanas. Lisboa es una ciudad muy turística y en las épocas de mayor afluencia las autocaravanas tenían completamente ocupada esa zona de aparcamiento, así que se comprende que tomasen medidas.
Habíamos dudado mucho de dónde íbamos a ubicar nuestra Gaviota allí porque conocemos una zona (38.695533, -9.198500) donde desde siempre han parado las autocaravanas, casi enfrente del Monasterio de los Jerónimos y a escasos metros del Monumento de los Descubrimientos, aunque la gente suele referirse a ella como la zona de Belén que está un poco mas lejos, pero ahora hay señales de prohibido autocaravanas. Lisboa es una ciudad muy turística y en las épocas de mayor afluencia las autocaravanas tenían completamente ocupada esa zona de aparcamiento, así que se comprende que tomasen medidas.
Preguntamos a nuestros compañeros portugueses sobre donde debíamos pernoctar y había opiniones de todos los gustos, optamos por ir a la zona de Belén, que si bien hoy ya es una zona prohibida estábamos convencidos de que en el mes de diciembre y en especial en fiestas navideñas, no sería una prohibición muy rigurosa y acertamos de pleno porque estuvimos muy a gusto junto con otras autocaravanas, nadie nos llamó al orden.
No obstante poco después descubrimos zonas mas próximas a Lisboa en esa misma margen donde se podría haber aparcado.
No obstante poco después descubrimos zonas mas próximas a Lisboa en esa misma margen donde se podría haber aparcado.
Aparcamos la Gaviota y emprendimos camino hacia Lisboa. La idea era ir paseando por toda la orilla del Tajo hasta llegar a la Plaza do Comercio, son unos 7 kilómetros, pensábamos disfrutar del recorrido y parar cuantas veces quisiéramos, así que llegaríamos después de comer con toda seguridad.
Desde el lugar en el que teníamos la Gaviota se puede ir paseando prácticamente todo el tiempo por la ribera del río sin separarse del borde del agua hasta llegar a la Plaza del Comercio, es un paseo precioso. Al principio teníamos delante el Puente de 25 de Abril. Hay dos puentes que atraviesan el Tajo y los dos son espectaculares. El Puente 25 de Abril es de hierro y recuerda, por no decir que es igual, al puente de San Francisco que tantas veces hemos visto en el cine.
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Al llegar debajo de él entramos en una zona de restaurantes que ha sido la consecuencia de la reutilización de las construcciones industriales que había al pie del río Tajo. Hacía una mañana preciosa y decidimos sentarnos en una de las terrazas a tomar una cerveza, es decir hicimos nuestra habitual parada técnica.
Después de un buen rato disfrutando del sol del último día del año ya que en Lisboa la temperatura era incluso alta, mientras que en España recibíamos noticias de que hacía bastante frío en general. Ibamos paseando despacio y nos entreteníamos en cualquier sitio, porque habíamos venido a pasar el día y no había prisas. El caso es que llegamos a un restaurante que se llama “Portugália Cervejaria Cais Sodré”, en Setúbal hay otro con el mismo nombre, no sé si hay también en otras ciudades. Este de aquí cercano a la Plaza de Comercio es enorme, se trata de una marisquería con terraza exterior, estaba lleno sobre todo de portugueses. No se trata de un restaurante de campanillas pero el producto es bueno y el lugar es muy agradable, un sitio recomendable si no se espera que te sorprenda la comida.
Casi llegando a nuestro destino nos encontramos con una manifestación popular de la gente que consistía en uno de los Nacimientos mas curiosos que hemos visto nunca, la gente había representado las distintas figuras con piedras sobrepuestas. Como digo se veía claramente que era una representación hecha de forma espontánea por la gente, porque había muchas figuras a veces sin demasiado orden y a veces formando uno o varios Belenes, realmente emotivos.
La plaza de Comercio horas antes de Fin de Año
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Por fin llegamos a La Plaza de Comercio, lucía preciosa y uno no alcanzaba a imaginarse que aquello se iba a llenar de gente horas después, porque lo único que hacía pensar en la noche de fin de año era un escenario instalado en una de las esquinas de la plaza. Estuvimos un buen rato y entramos en el Chiado, el ambiente seguía siendo muy festivo en todas sus calles.
Después de un buen rato decidimos volver a la Gaviota a descansar un poco, porque nos somos mucho de trasnochar pero esta noche había que hacerlo a la fuerza. |
Antes de salir hacia Lisboa buscamos varios restaurantes que teníamos fichados para cenar esa noche antes de las 12 horas. No era fácil, llamamos a varios y o eran muy caros por aquello del menú especial o estaban completos para la cena de nochevieja. Nuestra pasión por los restaurantes japoneses es un tanto incontenible y gracias a eso llamamos a uno de ellos y encontramos mesa a un precio igual a la de cualquier noche en Lisboa, así que no no lo pensamos mucho más.
Volvimos a la Gaviota cogiendo el tranvía nº 15 desde la Plaza de Comercio y nos dejó en el Monasterio de los Jerónimos, con lo cual solo tuvimos que cruzar las vías del tren por uno de los puentes y después hacer unos metros para llegar a nuestra casa con ruedas, allí descansamos un buen rato antes de salir a cenar.
Otra vez de camino al centro volvimos coger el tranvía nº 15 y llegamos a la Plaza de Comercio cuando ya se había hecho de noche, bueno en realidad el tranvía nos había dejado mucho antes de llegar a la Plaza, porque habían colocado muchos parapetos para evitar que pudiese producirse un atentado, estos días la moda es coger un tráiler y arrasar con la gente en algún lugar muy concurrido, así que no es de extrañar que la policía portuguesa haya tomado medidas, porque se preveía que la Plaza de Comercio iba a estar muy pero que muy concurrida.Después estuvimos dando un paseo por la zona y nos llamó la atención que la zona del barrio de Chiado no dejó de estar llena de gente en ningún momento, además los restaurantes que hay allí con las mesas en la calle estaban llenos, era evidente que el ambiente esa noche iba ser increíble.
Otra vez de camino al centro volvimos coger el tranvía nº 15 y llegamos a la Plaza de Comercio cuando ya se había hecho de noche, bueno en realidad el tranvía nos había dejado mucho antes de llegar a la Plaza, porque habían colocado muchos parapetos para evitar que pudiese producirse un atentado, estos días la moda es coger un tráiler y arrasar con la gente en algún lugar muy concurrido, así que no es de extrañar que la policía portuguesa haya tomado medidas, porque se preveía que la Plaza de Comercio iba a estar muy pero que muy concurrida.Después estuvimos dando un paseo por la zona y nos llamó la atención que la zona del barrio de Chiado no dejó de estar llena de gente en ningún momento, además los restaurantes que hay allí con las mesas en la calle estaban llenos, era evidente que el ambiente esa noche iba ser increíble.
No tuvimos suerte y cenamos la mar de incómodos, pero si soy sincero nos lo pasamos muy bien y quizás el estrambótico lugar tuvo mucho que ver con ello y también el servicio de las camareras que tenían un medio caos –porque a caos total la cosa no llegaba- bastante evidente, eran chicas mas próximas a la pasarela de moda que a la profesión de la restauración, así que el servicio era muy lento y un tanto desastroso.
No obstante ya digo que cenamos bien y nos divertimos mucho, de forma muy especial cuando en el reloj marcaban las once la de la noche.
No obstante ya digo que cenamos bien y nos divertimos mucho, de forma muy especial cuando en el reloj marcaban las once la de la noche.
Fin de año al estilo portugués |
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Estaba hasta arriba, no cabía un alfiler. La mayoría eran lisboetas pero había muchos italianos, alemanes, franceses , ingleses ….. un ambiente impresionante. Dejamos aquí un video que grabamos en ese momento y que refleja lo que supone para los lisboetas ir a la Plaza de Comercio a celebrar el salto de un año a otro. Es diferente a nuestra costumbre y a nosotros nos encantó vivirlo.
Poco después nos fuimos andando a buscar el tranvía 15 otra vez y dormir en nuestra Gaviota ya en la noche del primer día del año 2017.
Domingo 1 de Enero de 2017: Lisboa y vuelta a casa.
El rio Tajo y el puente 25 de abril
Nos levantamos la mañana del domingo y estuve dando una vuelta por los alrededores de la Gaviota, desde allí se divisaba el Tajo y configuraba una estampa preciosa con el puente 25 de Abril a la vista. Poco después arrancamos y volvimos a casa. Nos había gustado esta experiencia que sin duda repetiremos algún año mas y puede que en algún lugar distinto.
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