La vuelta a Suiza en 17 días
Viví de pequeño en Suiza y eso ha marcado mi vida, puede que eso no me haga ser alguien especial, entre otras cosas porque somos muchos los que hemos vivido allí, pero al menos en mi caso Suiza entro en mi y jamás ha salido, mi carácter y mi forma de ser tienen algo de “suizo”, en definitiva mi forma de pensar tiene que ver mas con la forma de pensar que tienen los suizos que con la forma de pensar que tienen los españoles. Así que por eso y sencillamente porque adoro ese país, es habitual que de cuando en cuando vuelva. Cuando vivía allí jugaba al futbol en el Lausanne Sport, en el C1 (primer equipo infantil creo recordar), y gracias a ello viajaba bastante recorriendo Suiza. Pero ya de adulto he vuelto muchas veces y lo he recorrido en coche, también en tren (algo increíble) y hemos hecho pequeños recorridos en barco.
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Traslado mi pasión a las personas mas cercanas y en este viaje llevaba a Charo (mi mujer) a la que aun no había presentado a Suiza de forma oficial. Fueron 17 días en total, en los que Charo se enamoro tanto o más que yo y como yo, de forma especial, del Lago Lemán.
El viaje lo hicimos en autocaravana, llevábamos tiempo hablando de las autocaravanas. algo que a mí siempre me había enamorado y de esa forma de viajar. Nos parecía apasionante y este viaje fue nuestro bautismo, probar la experiencia e ir a Suiza parecía la ocasión ideal, porque se trataba de un viaje algo mas largo y fuera de España, ello nos iba a proporcionar una experiencia clara sobre las posibilidades de las autocaravanas, también para saber si nosotros nos adaptábamos a ella.
El viaje lo hicimos en autocaravana, llevábamos tiempo hablando de las autocaravanas. algo que a mí siempre me había enamorado y de esa forma de viajar. Nos parecía apasionante y este viaje fue nuestro bautismo, probar la experiencia e ir a Suiza parecía la ocasión ideal, porque se trataba de un viaje algo mas largo y fuera de España, ello nos iba a proporcionar una experiencia clara sobre las posibilidades de las autocaravanas, también para saber si nosotros nos adaptábamos a ella.
La conclusión fue contundente nos enamoró la experiencia, nos gusto tanto que pocos días después fuimos a la Feria de Barcelona del Autocaravaning, pensando en comprar una. Sorprendentemente tardamos 8 años en comprarla, pensábamos que no íbamos a tener tiempo suficiente para amortizar semejante inversión, fue un error ahora después de mas de un año con nuestra Gaviota y 30.000 km, aquella duda se torna ridícula y lo comentamos con rabia muy a menudo, pero ahora no vale de nada arrepentirse, sino que hay que disfrutar de lo que por fin tenemos
También fue el primer viaje en el que se me ocurrió escribir un relato a modo de diario acompañado de las fotos de cada día. Lo hicimos con el sistema de álbumes de Hofmann. La idea me venía de lejos, tenía muy presente aquellos cuadernos que hacían los viajeros de principios de siglo XX, donde escribían lo que iban viendo y a veces lo acompañaban con dibujos hechos a mano de los sitios que visitaban, de hecho yo mismo ya lo había hecho eso alguna vez.
Desgraciadamente las fotos que tenemos están escaneadas partiendo del álbum en papel y son de muy mala calidad, no tenemos las fotos originales, pero las acompañamos con alguna foto del archivo de Google.
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Desde entonces siempre que hacíamos un viaje largo confeccionábamos también un álbum fotográfico acompañado del diario donde contábamos las experiencias de cada día. De esa forma no olvidaríamos todos los detalles del viaje, porque con el tiempo se disipan así de esta forma pretendíamos fijar la memoria.
El viaje tuvo una duración de 17 días, demasiado poco para la idea que tenia, dar a conocer todo Suiza a Charo, aun así fue un viaje fantástico que supuso un antes y después en nuestras vidas.
Pues bien el viaje que se puede ver aquí esta extraído de los dos libros de Hofmann que hicimos en su momento, es decir los dos diarios fotográficos en papel que tenemos en nuestra librería desde entonces. No son fotos digitales las fotos simplemente has sido escaneadas de dicho álbum y por lo tanto son de muy baja calidad, pero queríamos tenerlo aquí, en nuestra Web, porque es un viaje muy especial para nosotros y si no estuviera este viaje la Gaviota Viajera siempre estaría coja.
El viaje tuvo una duración de 17 días, demasiado poco para la idea que tenia, dar a conocer todo Suiza a Charo, aun así fue un viaje fantástico que supuso un antes y después en nuestras vidas.
Pues bien el viaje que se puede ver aquí esta extraído de los dos libros de Hofmann que hicimos en su momento, es decir los dos diarios fotográficos en papel que tenemos en nuestra librería desde entonces. No son fotos digitales las fotos simplemente has sido escaneadas de dicho álbum y por lo tanto son de muy baja calidad, pero queríamos tenerlo aquí, en nuestra Web, porque es un viaje muy especial para nosotros y si no estuviera este viaje la Gaviota Viajera siempre estaría coja.
La forma de escribir de entonces, no tiene nada que ver con los relatos que hacemos ahora, pero queremos tenerlo aquí juntos con los relatos de ahora, por el enorme significado que tiene para nosotros.
El viaje a Suiza no lo hicimos solos, en la autocaravana íbamos tres, porque nos acompaña la estrella de la casa: nuestro gato “Susto”. La experiencia del viaje fue espectacular, pero en buena medida por su compañía. Susto nos dejó años después en un desgraciado accidente, pero siempre estará en nuestro corazón y en el recuerdo de este viaje.
Como fue nuestra primera experiencia autocaravanista siempre fuimos a Campings, siendo novatos nos daba miedo dormir en otros sitios (hoy solo recordarlo me parece ridículo). En cualquier caso la experiencia nos sirvió para conocer las infraestructuras de los campings por Europa y el alto nivel de los campistas europeos. Este es un campo en el que se ve, mejor que en otros, lo mucho que nos queda a los españoles para ser un país desarrollado de verdad.
A continuación el relato que escribimos entonces, tal como está en el álbum. Hoy escribiría de otra forma y sin duda viajaría de forma distinta, pero el viaje tuvo su momento y fue un momento increíblemente bueno. Nuestro Gato Susto (aun un cachorro) de viaje por Suiza, escondido en uno de los pocos sitios que encontró dentro de la Autocaravana.
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Día 1 de Septiembre, Andorra
El día fue un poco complicado porque tuvimos que adaptarnos de sopetón a la autocaravana, a viajar y vivir en ella. La autocaravana tiene dos partes, el vehículo y la vivienda y esta última es muy pequeña así que hay que moverse dentro de ella sin tropezar el uno contra el otro. Todo era nuevo, pero al final del primer día ya estábamos acostumbrados.
Por la noche llegamos al camping Valira en Andorra (N 42º 30' 06'' E 01º 30' 54''). Elegimos esa opción siguiendo el camino hecho por la familia Barreda Prades que contaron su experiencia de un viaje a Suiza. El recorrido no ha estado mal, sobre todo por las indicaciones de “Marta TomTom” que te lleva hasta la puerta. Qué maravilla esto de los navegadores. <<< La Exsis de Hymer una mini autocaravana muy pequeñita con la cama suspendida del techo.
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Día 2 de Septiembre, Andorra, Ginebra.
Parece que nos vamos sacudiendo el aire de los más novatos del mundo y que empezamos a saber dónde hemos guardado cada cosa. Recorrimos los 190 km. hasta Perpiñán y han sido muy bonitos. Paramos en un pueblo encantador que se llama Enveitz y nos volvimos locos comprando en la boulangerie. Eso sí, el recorrido por la Cerdeña francesa ha resultado lentísimo. Había más curvas que en el cuerpo de Marilyn.
Al llegar a Perpiñán nos dimos cuenta de que nos quedaba un larguísimo recorrido de 600 km. hasta Ginebra, así que había que portarse bien y parar lo menos posible. Una pasada la cantidad de peajes que hemos pagado y lo carísimo que está el gasoil en Francia (un 30% más caro). Al final y aunque salimos a las 12 de la mañana, hemos llegado a Ginebra a las 22:15, nuestro destino era el camping Pointe a la Vise en Vesenaz (46°14'42"N 6°11’35"E) está muy cerca del centro de Ginebra, a solo 7 km y nos hemos tenido que meter sin que nos recibiera nadie porque la recepción cerraba a las 22:00. Habrá que adaptarse cuanto antes al horario de Suiza. La “furgo”, con su motor Fiat, se ha portado de maravilla. Hemos ido muchas veces al máximo de velocidad permitida (130 Km/h) y responde genial, quizás porque no es muy grande y se conduce mejor, pero reconozco que me ha sorprendido su comportamiento.
Al llegar a Perpiñán nos dimos cuenta de que nos quedaba un larguísimo recorrido de 600 km. hasta Ginebra, así que había que portarse bien y parar lo menos posible. Una pasada la cantidad de peajes que hemos pagado y lo carísimo que está el gasoil en Francia (un 30% más caro). Al final y aunque salimos a las 12 de la mañana, hemos llegado a Ginebra a las 22:15, nuestro destino era el camping Pointe a la Vise en Vesenaz (46°14'42"N 6°11’35"E) está muy cerca del centro de Ginebra, a solo 7 km y nos hemos tenido que meter sin que nos recibiera nadie porque la recepción cerraba a las 22:00. Habrá que adaptarse cuanto antes al horario de Suiza. La “furgo”, con su motor Fiat, se ha portado de maravilla. Hemos ido muchas veces al máximo de velocidad permitida (130 Km/h) y responde genial, quizás porque no es muy grande y se conduce mejor, pero reconozco que me ha sorprendido su comportamiento.
Día 3 de Septiembre, Ginebra.
Comimos en una terracita porque este día hizo un tiempo genial (manga corta pero sin calor). Paseamos bordeando el lago. Este trozo del lago Leman inunda toda la ciudad y tienes la sensación de vivir en el lago. No podría contar las fotos que hemos hecho en especial al Geiser, que es un surtidor de agua impresionante, de sencillo y grandioso que es, engancha. Hemos terminado la jornada en el parque Mon Repos al borde del lago, es un sitio increíble. Cerca del Parque te dejan durante cuatro horas bicicletas sin pagar nada. Uno tiene envidia cuando ve como toda la ciudad va en bicicleta. Después vuelta al camping y a “obligar” a Susto a salir de su escondite y que pasee un poco por el camping.
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Las sensaciones con la experiencia de la autocaravana empiezan a ser muy gratificantes. El camping está genial, al borde del lago Leman y nos estamos adaptando a la vivienda, de maravilla, aunque nuestro pobre gato lleva ya 3 días encerrado entre las mantas sin comer ni beber de lo asustado que está.
Este día lo hemos pasado entero en Ginebra, nada de conducir, así que hemos cogido un autobús (nos han dado el pase gratuito en el camping para todo el día y cualquier transporte). Ginebra nos ha gustado mucho. Hemos hecho todo el recorrido andando, la rue Rive, la rue de la Cruz de Oro y hemos subido por las calles peatonales hasta la zona vieja. En la catedral de St. Pierre parece que te va a saludar Calvino de un momento a otro. |
Hoy ha sido un día increíble. Recorrer la rivera del Lago Leman es una experiencia indescriptible. Hemos tomado la carretera del lago evitando la autopista hasta Lausanne. Merece la pena. Es precioso pasar por cada localidad e irse familiarizando con los habitantes de esta rivera. Llegamos a Lausanne y vimos poco, la verdad. Para mí ha sido muy especial por ser la ciudad de mi infancia. Un poco de callejeo y camino de Vevey.
Hoy ha sido un día increíble. Recorrer la rivera del Lago Leman es una experiencia indescriptible. Hemos tomado la carretera del lago evitando la autopista hasta Lausanne. Merece la pena. Es precioso pasar por cada localidad e irse familiarizando con los habitantes de esta rivera. Llegamos a Lausanne y vimos poco, la verdad. Para mí ha sido muy especial por ser la ciudad de mi infancia. Un poco de callejeo y camino de Vevey.
Vevey es un municipio ribereño con muchísimo encanto y se pasea de maravilla por las calles peatonales. El tiempo genial, sol y nubes, es decir, a veces manga corta a veces no. Nos ha encantado la Grand Place con el trasiego de barcos, las sillas encima de las piedras rompeolas y el tenedor gigante clavado en el agua. No es extraño que Charles Chaplin eligiera este sitio para vivir.
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Montreux ha sido todo un descubrimiento. Si vas con prisas ni te enteras pero es un lugar increíble. Hemos decidido vivir aquí cuando seamos ricos (parece ser que Fredy Mercuri pensaba lo mismo). El paseo de una hora hasta el Castillo de Chillón es lo mejor. Nos hemos vuelto justo antes de llegar. A fin de cuentas no somos de visitar esos sitios por dentro y la retina estaba ya más que satisfecha de mirar (o quizás devorar) el Lago Leman.
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El Castillo de Chillón, en el paseo que hay desde Montreux
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Lo de aparcar ha sido duro, eso sí. Resulta que todas las zonas son restringidas con un tiempo máximo, a veces no más de una hora. Algunas puedes utilizar el pago del tiempo en la maquinita, pero otras no en esas hay que poner un disco de cartón que facilitan en las gasolineras o en la policía y no hay que pagar nada, simplemente la hora de llegada para no pasarte del tiempo permitido, pero llegar y conseguir el disco para un tiempo de estancia en la cuidad tan reducido se nos antojó complicado, así que a buscar una zona de pago con monedas. Al final, encontramos un sitio lejos del centro, en la avenida de los Alpes y a la Altura del Hotel de Suiza (1 euro la hora), pero nos concedieron hasta doce horas, más de lo que necesitábamos.
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Hoy día sensacional de sol y buen tiempo. Por la mañana en el Camping de Enney daba gusto mirar para cualquier lado, todo era precioso, verde y con una luz increíble.
Hemos cogido la carretera sin peaje hacia Friburgo. Apenas unos 30 km. Un recorrido cómodo y muy agradable. Friburgo es una ciudad encantadora. Toda la ciudad respira el bullicio de los jóvenes por su Universidad (era a la universidad a la que estaba previsto que fuese a estudiar, sino nos hubiéramos vuelto a España).
Aparcamos en una calle antes de llegar al centro. En general nos ha gustado todo pero al seguir hacia delante la calle Morat dirección al puente de Zehringen hemos descubierto el río Sarine, que envuelve un barrio de casas antiguas llenas de encanto. Bajamos hasta allí y hemos comido en un restaurante pegado al puente de madera o puente de Berna. Subiendo el puente Berna hacia delante se encuentra un funicular que hace que volver a subir no sea tan penoso porque el desnivel es importante, ya que la ciudad está en un alto y el río mucho más abajo.
Luego a las 4 otra vez cogemos la ruta ordinaria, dirección Berna, para llegar al Camping Eichholz (Wabern) (46°55'58"N 7°27'20"E) . Está a 20 minutos del centro de Berna paseando por un camino que va junto al río Aar. Debe ser uno de los ríos con más agua de Suiza, impresiona ver las barcas de dos remeros subiendo contra corriente ayudados por unos palos que tocan fondo.
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Fuimos andando hasta el centro de Berna. Berna es muy bonita, pero tiene un pequeño regusto a ese turismo de autocar, y como no hemos estado demasiado tiempo, al final no hemos apreciado nada, es evidente que hay que repetir y venir con tiempo, pora que nos desaparezca esa mala sensación que a veces coges cuando estas solo un rato en un sitio.
De vuelta al camping lo hemos pasado regular, ya era de noche y el dichoso camino del río impone. Las escasas farolas que tiene nos metía en la cabeza aquello de “quien nos manda meternos por aquí a estas horas”, pero era una sensación equivocada, porque en medio de la oscuridad había gente haciendo footing, incluso alguna mujer.
Ya en el camping, de noche y atado, nuestro gato ha dado sus primeros pasos fuera de la autocaravana, se le veía encanado con la oscuridad de la noche. <<< Berna y el río Aare, al atardecer
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Hemos ido directamente a Interlaken por la mañana temprano. Elegimos el camping Lazy Rancho (N 46ª 41´08" E 7º 49´51ª) en Unterseen porque varias personas contaron por internet que los dueños hablan español. Hace un día precioso con un sol impresionante que ilumina el Jungfrau y el resto de esta parte de los Alpes Berneses.
La noche ha sido muy buena, pensábamos que podía hacer frío pero no ha sido así. Todavía no hemos puesto la calefacción ningún día.
Hemos ido directamente a Interlaken por la mañana temprano. Elegimos el camping Lazy Rancho (N 46ª 41´08" E 7º 49´51ª) en Unterseen porque varias personas contaron por internet que los dueños hablan español. Hace un día precioso con un sol impresionante que ilumina el Jungfrau y el resto de esta parte de los Alpes Berneses.
La noche ha sido muy buena, pensábamos que podía hacer frío pero no ha sido así. Todavía no hemos puesto la calefacción ningún día.
En el camping nos han dado una tarjeta para ir gratuitamente en los autobuses de Interlaken y es útil, aunque sería mejor tener una bicicleta porque el sitio y el tiempo lo piden. Hemos comido una salchicha alemana y nos hemos montado en el barco que sale de Interlaken West camino de Thum.
El viaje ha sido impresionante, sobre todo porque hemos cogido el barco que va a vapor (solo hay uno al día) y todo e él más el paisaje del lago ha sido especial. Hemos llegado a Thum con el día un poco nublado. Thum es muy bonito, está recorrido por el río Aar que vuelve a tener la misma fuerza que tenía en Berna. Después de pasear un par de horas hemos cogido el tren de regreso a Interlaken West. El recorrido del barco es más agradable pero con las tres horas de la ida es suficiente. El regreso en tren es algo más de 30 minutos.
<<< Thun
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Por la mañana hacía tan bueno que nos ha dado mucha envidia ver a la gente desayunando con sus mesas y sus sillas exteriores. Si continuamos con esta experiencia las sillas, una mesita y las bicis serán una prioridad.
Nos hemos dado cuenta de que la zona de Interlaken merece la pena para estar varios días, para pasear en bici y hacer excursiones (algunas a pie) así que si volvemos con bicis y más tiempo así lo haremos.
En vista del tiempo que hacía (solo alguna nube) hemos dedicado el día a subir al Jungfraujoch. Nos hemos acordado varias veces de que si hubiésemos sacado el regional pass, como leímos en el foro, hubiésemos ahorrado bastante, porque el barco y tren de ayer más la subida al Jungfraujoch (unos 140 €) ya nos habría compensado, pero no sabíamos el tiempo que podría hacer.
En resumen hemos estado casi todo el día en varios trenes subiendo y bajando (unas 6 horas), pero lo que hay arriba y el recorrido merece la pena. Hemos comido en el restaurante del Jungfraujoch, que ni es más caro ni más barato que ninguno y ha estado bien comer mientras veíamos el glaciar más grande de Europa a 3.400 metros de altura, eso sí tras los cristales, porque vaya frío que hacía fuera. De vuelta a casa a ver a Susto que sigue como si estuviera invernando durante el día, es decir sin moverse del sitio más escondido que encuentra. En cambio, por la noche, que es cuando él se siente seguro.
Nos hemos dado cuenta de que la zona de Interlaken merece la pena para estar varios días, para pasear en bici y hacer excursiones (algunas a pie) así que si volvemos con bicis y más tiempo así lo haremos.
En vista del tiempo que hacía (solo alguna nube) hemos dedicado el día a subir al Jungfraujoch. Nos hemos acordado varias veces de que si hubiésemos sacado el regional pass, como leímos en el foro, hubiésemos ahorrado bastante, porque el barco y tren de ayer más la subida al Jungfraujoch (unos 140 €) ya nos habría compensado, pero no sabíamos el tiempo que podría hacer.
En resumen hemos estado casi todo el día en varios trenes subiendo y bajando (unas 6 horas), pero lo que hay arriba y el recorrido merece la pena. Hemos comido en el restaurante del Jungfraujoch, que ni es más caro ni más barato que ninguno y ha estado bien comer mientras veíamos el glaciar más grande de Europa a 3.400 metros de altura, eso sí tras los cristales, porque vaya frío que hacía fuera. De vuelta a casa a ver a Susto que sigue como si estuviera invernando durante el día, es decir sin moverse del sitio más escondido que encuentra. En cambio, por la noche, que es cuando él se siente seguro.
DÍA 8 de septiembre. Interlaken, Brienz (Lago de Brienz).
Y nos lo queríamos perder!!!
En nuestro plan inicial teníamos pensado estar solo dos días en Interlaken pero nos dimos cuenta de que por esta zona hay mucho que ver. Hay senderos de montaña para aburrir y caminos de bicicleta por todos lados, así que nos hemos animado a quedarnos un día más y alquilar dos bicis. El plan era recorrer entero el otro lago de Interlaken, por un camino que rodease la costa hasta Briez. Las bicis las hemos alquilado en el camping y nos han cobrado 35 francos suizos por cada una, es decir, una pasada, algún dia tendremos las nuestras y no sufriremos con estos “palos”. |
Hemos salido por el lado sur del lago. Ya me advirtió la señora del camping que el recorrido tenía bastantes cuestas y que era muy bonito y quizás se quedo corta porque es precioso. Se trata de un recorrido para bicis de montaña y nos ha tocado bajarnos muchas veces para subir a pie. Pero era todo tan bonito que no nos ha importado. Todo el rato vas viendo el lago y al llegar a la parte alta de Iseltwald (por cierto que hasta allí se puede ir con el pase de autobús del camping) se divisa el embarcadero de Iseltwald. Hemos estado allí sentados un buen rato jurando que ese era seguro uno de los sitios más bonitos del mundo y lo era aunque en las fotos no puede verse lo que nosotros vivimos en ese momento..... vamos, ni se acerca.
En Iseltwald hay un hotel con terracita justo al lado del embarcadero con vistas al lago. Hemos comido allí una ensalada y un plato de ciervo con salsa acompañado con verduras, para terminar un postre enorme para los dos. Estaba riquísimo y como de costumbre no ha sido nada caro, unos cincuenta euros más o menos. Otro de los tópicos que uno no alcanza a entender es ese de que en Suiza no te puedes tomar ni un café, cuando es en la Plaza Mayor de Madrid donde te clavan y como te descuides te roban (hay que recordar, además que en 2007 el euro estaba mas fuerte que el franco suizo con lo que el dinero creía un 30% mas, es decir 50 euros eran unos 33 euros).
En Iseltwald hay un hotel con terracita justo al lado del embarcadero con vistas al lago. Hemos comido allí una ensalada y un plato de ciervo con salsa acompañado con verduras, para terminar un postre enorme para los dos. Estaba riquísimo y como de costumbre no ha sido nada caro, unos cincuenta euros más o menos. Otro de los tópicos que uno no alcanza a entender es ese de que en Suiza no te puedes tomar ni un café, cuando es en la Plaza Mayor de Madrid donde te clavan y como te descuides te roban (hay que recordar, además que en 2007 el euro estaba mas fuerte que el franco suizo con lo que el dinero creía un 30% mas, es decir 50 euros eran unos 33 euros).
Jamás olvidaremos el momento que hemos pasado en Iseltwald viendo llegar los barcos desde la terraza y con ese sol tan agradable.
Y a las bicis otra vez. Recorriendo los caminos con las bicis, vimos cómo todo el mundo va súper equipado con bicis de montaña, casco y todos los achiperres de rigor. Nosotros en plan modesto y bajándonos cada vez que la cuesta era importante, o sea, un montón de veces. De pronto el camino se ha puesto más abrupto y encorvado (el recorrido va marcado como 8+9 todo el tiempo, lo que sospechábamos que era de máxima dificultad.) todo el tiempo de gravilla y piedras. Pero no estábamos solos porque había mucha más gente en bici o caminando.
De pronto vimos el anuncio de las Cataratas de Gieessbach y allí estaban !!!. Nos han gustado mucho y toda la zona de Gieessbach también, empezaba a caer la tarde y la luz era increíble.
Y a las bicis otra vez. Recorriendo los caminos con las bicis, vimos cómo todo el mundo va súper equipado con bicis de montaña, casco y todos los achiperres de rigor. Nosotros en plan modesto y bajándonos cada vez que la cuesta era importante, o sea, un montón de veces. De pronto el camino se ha puesto más abrupto y encorvado (el recorrido va marcado como 8+9 todo el tiempo, lo que sospechábamos que era de máxima dificultad.) todo el tiempo de gravilla y piedras. Pero no estábamos solos porque había mucha más gente en bici o caminando.
De pronto vimos el anuncio de las Cataratas de Gieessbach y allí estaban !!!. Nos han gustado mucho y toda la zona de Gieessbach también, empezaba a caer la tarde y la luz era increíble.
Después remprendimos el camino hasta Brienz. Desde allí todo ha sido por carretera y cuesta abajo. En Brienz hemos pasado un buen rato y nos hemos acercado al museo de Ballengerg. Es un museo de casas suizas de tradicionales, traídas desde cada punto, desmontadas y vueltas a montar. Quedaba media hora para que cerraran y nos ha dicho la señora que vendía los tickets, que lo suyo es dedicarle un día entero. O sea que de vuelta pedaleando a Brienz, después paseo por el pueblo y en una terracita al borde del lago, un helado increíble y carísimo ……… que no !!! como siempre un precio normal.
Hemos vuelto a Interlaken Ost cogiendo el tren. Te dejan llevar las bicis en el tren (algo habitual en Suiza) pagando su billete como uno de los nuestros. En las puertas de algunos vagones hay espacio para poder colgarlas dentro. Hemos llegado al camping más pronto que nunca, a las 18:30… Pero muertos.
Hemos vuelto a Interlaken Ost cogiendo el tren. Te dejan llevar las bicis en el tren (algo habitual en Suiza) pagando su billete como uno de los nuestros. En las puertas de algunos vagones hay espacio para poder colgarlas dentro. Hemos llegado al camping más pronto que nunca, a las 18:30… Pero muertos.
DÍA 9 de septiembre. Interlaken, Lucerna.
Lucerna
Hoy nos hemos levantado muy temprano, a las 7 h. Entre unas cosas y otras hemos llegado al camping de Lucerna tras hacer un recorrido de 77 km, a las 11:30. se llama Camping Internacional Lido Lucerna, en Lidostrasse 19 (47°3'0"N 8°20'17"E). El camping está muy bien, al borde del lago de los Cuatro Cantones y a solo 20 minutos a pie del casco histórico de Lucerna. La ciudad es encantadora a pesar de ser muy turística.
Paseamos mucho por todas sus calles y comimos en un restaurante al borde sur del río con resultado desigual: mi pescado estaba de “pecao” y sus costillas más secas que un paisaje manchego en el mes de agosto, el precio como siempre unos 50 € los dos. En Suiza es importante procurar pedir cerveza porque el vino está por las nubes y eso es lo que hacemos.
Con el vino tenemos una relación curiosa. Somos conscientes de que el vino Suizo es de buena calidad y llevamos todo el tiempo procurando comprar unas botellas de blanco del Cantón de Vaud, pues nada, no hay manera, o no lo tienen o cuando lo vemos es en el escaparate de una tienda ésta está cerrada.
Paseamos mucho por todas sus calles y comimos en un restaurante al borde sur del río con resultado desigual: mi pescado estaba de “pecao” y sus costillas más secas que un paisaje manchego en el mes de agosto, el precio como siempre unos 50 € los dos. En Suiza es importante procurar pedir cerveza porque el vino está por las nubes y eso es lo que hacemos.
Con el vino tenemos una relación curiosa. Somos conscientes de que el vino Suizo es de buena calidad y llevamos todo el tiempo procurando comprar unas botellas de blanco del Cantón de Vaud, pues nada, no hay manera, o no lo tienen o cuando lo vemos es en el escaparate de una tienda ésta está cerrada.
También hemos hecho un pequeño recorrido de dos horas en barco por el Lago de los Cuatro Cantones. Al final una fondue de queso y paseando por el borde del lago hasta el Lido, es decir, el camping. Ha sido un paseo estupendo porque hace una noche para ir incluso en manga corta. Luego a intentar pasear a nuestro gato que parecía más relajadito después de estar tres días en Interlaken. Falsa idea, se ha puesto de los nervios y hemos tenido que meterle otra vez a su escondite dentro de la autocaravana.
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DÍA 10 de septiembre. Lucerna, Widen, Zurich.
Cogimos el camino en dirección a Widen para conocer a los familiares de unos amigos. Tienen un Hotel Restaurante en Widen (hotel Heinrüti Rank) muy cerca de Zurich. Llegamos allí enseguida porque en este viaje los traslados de un sitio a otro siempre estan a unos 60 kms. de distancia. Tras saludarlos dejamos la furgoneta en su hotel y nos fuimos a Zurich en tren (tardamos solo unos 30 minutos). Lo pasamos un poco mal sacando los billetes porque se hace mediante una máquina automática escrita en alemán y no sabes bien dónde vas realmente (había como 8 destinos dentro de la ciudad de Zurich). Una vez en el tren comprendimos que el billete era para dos paradas anteriores a la de la estación central de Zurich, así que a pesar del riesgo de que nos pillase un revisor nos bajamos en la correcta. Hubo suerte por una vez, no vimos al revisor.
Nos lo hemos pasado muy bien en Zurich. Dicen que es la ciudad más bulliciosa de Suiza y es verdad. Las calles comerciales son una delicia de gente yendo y viniendo. Hay cantidad de puestos vendiendo salchichas o bocadillos envueltos en pan de pita, así que hemos comido de todo mientras paseábamos. Entramos en una especie de Corte Inglés (Jelmoli) e hicimos compras de todo tipo, en especial mermeladas que por aquí son muy buenas. No dejan de sorprendernos las fruterías y verdulerías, visualmente son un gusto exquisito y no solo en los centros comerciales sino que cualquiera de ellas son impresionantes, además tienen casi el triple de productos que las nuestras.
Regresamos al Hotel y pasamos la noche con los dueños. Además de ser una gente simpática dedican parte de su vida a ayudar económicamente al mantenimiento de un centro en Santo Domingo (la Casa Rosada) que se dedica a acoger, tratar y dar en adopción a niños huérfanos infectados con el VIH. Total, que ha sido una noche apasionante y la verdad que entre la suculenta cena, el copioso vino y la cerveza hecha por Hanspeter (el dueño) que nos ha parecido la mejor del mundo, pues nos hemos acostado muy tarde y “muy alegres”. Hoy es la primera noche que no hemos dormido en camping ya que lo hemos hecho en el aparcamiento de su hotel y entre su hospitalidad y la cerveza no nos ha dado el menor reparo, en realidad hemos dormido como cestos.
Ayer nos convenció Hanspeter de que fuéramos directos a Lugano, así que hemos dejado el lago de Constanza, que era el plan que llevábamos pensado, para mejor ocasión. Además, ha amanecido nublado, esta noche ha llovido y hace un poco de frío pro lo que nos vamos en busca del sol para continuar con el buen tiempo del viaje.
Hemos hecho unos 200 kms hasta Lugano, de norte a sur de Suiza, siempre por autopistas y a través del Gothard. Ha sido un viaje muy cómodo y rápido.
Al llegar a Lugano no salíamos de nuestro asombro por el calor que hacía, no lo sabemos con seguridad pero puede que unos 32º. Total, que nos sobraba toda la ropa. El Camping está en Agno y se llama Camping Eurocampo, via Molinazzo (45°59'43"N 8°54'21"E) a unos 5 kms. de Lugano y cogiendo un tren estás en 20 minutos en Lugano. La pequeña localidad es una delicia, más que de Suiza parece de la Costa Azul, aunque mucho más tranquila. |
Pasar del alemán al italiano relaja mucho aunque no deja de sorprenderte que con tan solo 200 km de distancia hayas pasado de un mundo completamente diferente a otro por la temperatura, el idioma y hasta las costumbres, sin salir del mismo país. Lo hemos pasado muy bien paseando por Lugano y viendo su precioso lago y bajando y subiendo sus empinadas calles.
DÍA 12 de septiembre. Lugano, -Locarno, Ascona.
Hemos llegado sobre la 1 de la tarde al Camping Delta Locarlo (Vía Respini 7, 46°9'35"N 8°48'13"E). Es caro (unos 38 €, los demás el promedio ha sido de 25 euros) pero merece la pena porque está muy bien y situado en el mismo Locarno (cerca del Lido).
Alquilamos unas bicis (10 € cada una) y fuimos de paseo hasta Ascona. El paseo ha estado genial a pesar de que nos hemos perdido 4 veces porque lo de la señalización por aquí no parece “made in suisse”, y al llegar a Ascona nos hemos quedado boquiabiertos. La guía de Anaya (que llevamos nosotros) apenas hablaba de ella y nos decidimos a ir porque sí lo hacía la página oficial del turismo Suizo: resultado, Ascona es un pueblo precioso con un nivel económico que “pa qué esas prisas”, si a eso se le añade el tiempo tan agradable de sol y verano suave que hace, el resultado es tan bueno que ya no tenemos tan claro vivir aquí o en Montreux (si llegamos a ricos, claro).
Antes de salir hemos comprado fiambres y quesos para la cena, porque hay de todo y están riquísimos. Después hemos vuelto a Locarno y como aún era pronto y de día, hemos ido pedaleando hasta la rivera de Locarno. Desde el camping se puede hacer toda la revera cómodamente en bici y resulta de lo más encantador. Locarno nos ha parecido un sitio con encanto y de mucho nivel económico. Sin duda uno de los mejores días de nuestro viaje, así que mañana repetiremos en ambos sitios… incluso el gato parece encantado con el camping, además de adaptado a esto de la auto caravana.
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DÍA 13 de Septiembre. Locarno, Ascona.
Por la tarde otra vez a Ascona. Esta vez en autobús (se coge el nº 31, pegado al teatro de Locarno) y por allí no hemos dedicado a pasear, tomar helados y ver tiendas. Se nota que Ascona es una población con gente de mucho nivel económico que pasa las vacaciones en sus casas de la ladera de la montaña. Durante el paseo por el “monte veritá” que es la parte alta del pueblo, hemos visto muchas casas de lujo y algún que otro descapotable de impresión.
La cena ha sido una delicia en un restaurante del casco antiguo. Estaba lleno hasta arriba y hemos tomado un tinto del Ticino de uva Merlott que dice mucho de la calidad de los vinos suizos.
La cena ha sido una delicia en un restaurante del casco antiguo. Estaba lleno hasta arriba y hemos tomado un tinto del Ticino de uva Merlott que dice mucho de la calidad de los vinos suizos.
DÍA 14 septiembre. Locarno-Täsch (Zermatt).
Hemos tomado ruta camino de nuestro último destino en Suiza. Se trata de ver el monte Matherhorn (o Cervino) en Zermatt. El recorrido de 170 kms que ha elegido “Marta Tom Tom” ha sido inolvidable, porque el paisaje era buenísimo y porque en las carreteras cruzando los Alpes italianos y suizos a veces había que pararse para que pasase otro para no caer ladera abajo. En Italia hemos pasado por un municipio llamado Re. Allí hay una basílica construida a raíz de un suceso de esos que tanto ocurren. La virgen de una pintura de una pequeña iglesia comenzó a llorar en el año 1494 porque alguien lanzó una flecha a la imagen de ese cuadro y dicen que donde caían las lágrimas se iluminaba por la luz del sol, así que en entre 1926 a 1958, se ha construido la basílica respetando la ubicación originaria de la eucaristía y el cuadro. El resultado es una basílica inmensa en un pueblo minúsculo con su altar descentrado en el conjunto: es decir, que la cosa mola.
Tras unas 5 horas de recorrido (incluidas la parada a comer y la visita de la basílica) hemos llegado Täsh que es donde está el camping (Camping Alphubel). A Zermatt no se puede subir porque están prohibidos los vehículos a motor, así que hemos cogido el tren (en la Matterhorn Terminal Täsh que está a 200 metros del camping) y al llegar a Zermatt nos ha sorprendido el bullicio de gente por sus calles. Es un pueblo turístico de montaña y esquí pero tiene un encanto difícil de explicar. Claro que nada comparable con ver el Matherhorn (o Cervino) por mucho que lo veas en las fotos o en las cajas de lápices de colores cuando lo tienes delante te deja sobrecogido. Y es muy entretenido esperar a que se quite alguna nube para poder sacar una foto correcta.
También hemos visto el cementerio homenaje a los alpinistas que han perdido la vida intentando escalar esas cumbres. Luego a cenar una Raclette en el restaurante Whymper-Stube (frente al Hotel Zermatterhof). Es la especialidad de la zona y del restaurante y ha sido la mejor raclette que he comido en mi vida, Del postre de merengue ni hablamos. Todo ello con el vino de “Fendant” que es lo que procede. Imposible un final mejor.
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DÍA 15 de septiembre. Zermatt-Nimes-Madrid.
Aunque en principio no estaba previsto, hemos pasado la mañana en Zermatt paseando por los caminos de montaña (hay muchísimos). Después hemos cogido camino de regreso y de una tirada (pasando por el lago Leman), a dormir a Nimes. Al despertarnos hemos visto que quedaban 1.111 km hasta Casa (San Román de los Montes) y nos lo hemos hecho de un tirón. La verdad es que ha sido un palizón de aúpa. Pero la retina aún conserva lo mucho y bueno que hemos visto. La última foto ha sido a la casa donde viví de pequeño.
Aunque en principio no estaba previsto, hemos pasado la mañana en Zermatt paseando por los caminos de montaña (hay muchísimos). Después hemos cogido camino de regreso y de una tirada (pasando por el lago Leman), a dormir a Nimes. Al despertarnos hemos visto que quedaban 1.111 km hasta Casa (San Román de los Montes) y nos lo hemos hecho de un tirón. La verdad es que ha sido un palizón de aúpa. Pero la retina aún conserva lo mucho y bueno que hemos visto. La última foto ha sido a la casa donde viví de pequeño.