Suele decirse que la salud de una pareja reside en la fuerza que esta tenga para crearse su propio espacio evitando las contaminaciones externas.
Freud, el padre de la Psicología, consideraba que uno no se casa con una persona, sino con tres, porque en el paquete van los padres de tu pareja. Es cierto. De ahí que la primera lucha sea la búsqueda de un espacio exclusivo, de lo que podríamos llamar el mundo interior de la pareja.
Y como todo en esta vida puede expresarse en términos porcentuales, o al menos a mi me gusta hacerlo así, podríamos decir que la pareja cuando es joven y acaba de nacer parte con un mundo interior muy pequeño. No mas de un 10% de mundo interior, el 90% restante es el que se destina lo que la pareja vive fuera de su espacio propio.
Ese mundo exterior esta cubierto por los amigos de uno y de otro, donde se conservan los que tenían de solteros y se añaden nuevas afinidades con otra parejas de condiciones similares. Y después hay que añadir la voluntariosa participación de los padres, hermanos y tíos, además puede que hasta los vecinos, todos ellos ocupados en evitar que no olviden su procedencia y del mundo del que forman parte.
Después va pasando el tiempo y la pareja va reforzándose, llegando a cotas muy estimables de espacio propio, el mundo exterior se reduce y la pareja empieza a funcionar o en caso contrario a naufragar.
Mas adelante los porcentajes que pueden cambiar mucho, llegan los hijos y el trabajo, que irrumpen en la vida de la pareja con una fuerza no imaginada ni en las peores pesadillas. En ese momento se corre el riesgo de llegar a cotas muy bajas de mundo interior, incluso peores que las iniciales, se puede alcanzar el cero absoluto y por supuesto la ruptura. La pareja se extingue al alcanzar el cero absoluto.
Lo mejor es que exista un cierto equilibrio, porque en todos los porcentajes que nos son aplicables a nuestras vidas lo mejor es que haya un poco de todo. Sabias palabras que vete tu a saber de quien eran.
Pasa el tiempo y de pronto la lucha por mantener un mundo interior desaparece. Ya no es necesario que la pareja se ponga activamente a defender su espacio. Ya viene solo. Los amigos ya no son tantos y son menos absorbentes. Los padres ya no son tan guerreros o simplemente no están, con lo que solo queda el trabajo y los hijos. Estamos a punto de alcanzar el nirvana. El equilibrio entre ambos mundos, el interior y el exterior al 50%.
Pero sigue pasando el tiempo y los hijos se hacen mayores y se van. El porcentaje sube, ya andamos alrededor del 70% de mundo interior. Y aun así el exterior resiste. Vamos todos los días a trabajar, convivimos con los compañeros, y eso nos mantiene en estado de alerta, además tenemos amigos, no demasiados pero los suficientes. Sencillamente estamos en el mundo.
Vivir en pareja, tal como lo veo yo es asi, una constante lucha por alcanzar el equilibrio. Pero nada es eterno y con el tiempo todo vuelve a cambiar. Y si has tenido suerte y estas vivo a estas alturas de tanta pelea, llega el día en que cumples la edad de jubilación, y por fin dejas de ir a trabajar. Suena bien, pero cuidado, de pronto dejas de ser visible en todos los sentidos, y no me refiero a ese juego de miradas de la que todos, en menor o mayor medida, hemos sido protagonistas, porque eso hace años que ya no pasa, sino que te ignoran simple y llanamente, pasas a ser un obstáculo al que se evita para no tropezarse con el.
En ese momento el mundo interior con tu pareja es del 95%, y dejo el 5%, un 5% que supongo que será lo que hablemos con la cajera de Carrefour, o con él del Camping, al que ahora vas mucho.
Ese al menos es nuestro caso, otros consiguen rellenar el porcentaje ocupándose de los nietos, o de sus padres, e incluso hay gente muy afortunada que mantiene sus amistades. Pero no nos engañemos en alguna mediada, mayor o menor, el porcentaje de mundo interior sube y sube muchísimo.
Esa, aunque no solo esa, es la razón de que hagamos esta página Web. En esencia se trata de tener contacto con el mundo exterior. Se trata de abrir una puerta al mundo exterior y ver el mundo y también que el mundo nos vea a nosotros.
Es muy posible que nadie nunca visite nuestra Web, porque webs, y sobre todo blogs de viajes, hay muchísimos y la mayoría son muy buenos, desde luego mucho mejores que esta humilde Web. Pero de lo que se trata es de tener una puerta virtual. Si nadie la ve tampoco estaremos nunca plenamente seguros, siempre podremos pensar que si, que quizás haya otra pareja similar a la nuestra viendo nuestra Web. Quizás una pareja mas joven que piensa en afrontar la vida del 95% viajando por el mundo, tal y como lo hemos pensado nosotros. Ellos quizás nos lean con la misma pasión y afinidad con la que nosotros hemos leído otras webs, y otros blogs, de parejas que viajan por el mundo en caravana en autocaravana o de cualquier otra forma.
Freud, el padre de la Psicología, consideraba que uno no se casa con una persona, sino con tres, porque en el paquete van los padres de tu pareja. Es cierto. De ahí que la primera lucha sea la búsqueda de un espacio exclusivo, de lo que podríamos llamar el mundo interior de la pareja.
Y como todo en esta vida puede expresarse en términos porcentuales, o al menos a mi me gusta hacerlo así, podríamos decir que la pareja cuando es joven y acaba de nacer parte con un mundo interior muy pequeño. No mas de un 10% de mundo interior, el 90% restante es el que se destina lo que la pareja vive fuera de su espacio propio.
Ese mundo exterior esta cubierto por los amigos de uno y de otro, donde se conservan los que tenían de solteros y se añaden nuevas afinidades con otra parejas de condiciones similares. Y después hay que añadir la voluntariosa participación de los padres, hermanos y tíos, además puede que hasta los vecinos, todos ellos ocupados en evitar que no olviden su procedencia y del mundo del que forman parte.
Después va pasando el tiempo y la pareja va reforzándose, llegando a cotas muy estimables de espacio propio, el mundo exterior se reduce y la pareja empieza a funcionar o en caso contrario a naufragar.
Mas adelante los porcentajes que pueden cambiar mucho, llegan los hijos y el trabajo, que irrumpen en la vida de la pareja con una fuerza no imaginada ni en las peores pesadillas. En ese momento se corre el riesgo de llegar a cotas muy bajas de mundo interior, incluso peores que las iniciales, se puede alcanzar el cero absoluto y por supuesto la ruptura. La pareja se extingue al alcanzar el cero absoluto.
Lo mejor es que exista un cierto equilibrio, porque en todos los porcentajes que nos son aplicables a nuestras vidas lo mejor es que haya un poco de todo. Sabias palabras que vete tu a saber de quien eran.
Pasa el tiempo y de pronto la lucha por mantener un mundo interior desaparece. Ya no es necesario que la pareja se ponga activamente a defender su espacio. Ya viene solo. Los amigos ya no son tantos y son menos absorbentes. Los padres ya no son tan guerreros o simplemente no están, con lo que solo queda el trabajo y los hijos. Estamos a punto de alcanzar el nirvana. El equilibrio entre ambos mundos, el interior y el exterior al 50%.
Pero sigue pasando el tiempo y los hijos se hacen mayores y se van. El porcentaje sube, ya andamos alrededor del 70% de mundo interior. Y aun así el exterior resiste. Vamos todos los días a trabajar, convivimos con los compañeros, y eso nos mantiene en estado de alerta, además tenemos amigos, no demasiados pero los suficientes. Sencillamente estamos en el mundo.
Vivir en pareja, tal como lo veo yo es asi, una constante lucha por alcanzar el equilibrio. Pero nada es eterno y con el tiempo todo vuelve a cambiar. Y si has tenido suerte y estas vivo a estas alturas de tanta pelea, llega el día en que cumples la edad de jubilación, y por fin dejas de ir a trabajar. Suena bien, pero cuidado, de pronto dejas de ser visible en todos los sentidos, y no me refiero a ese juego de miradas de la que todos, en menor o mayor medida, hemos sido protagonistas, porque eso hace años que ya no pasa, sino que te ignoran simple y llanamente, pasas a ser un obstáculo al que se evita para no tropezarse con el.
En ese momento el mundo interior con tu pareja es del 95%, y dejo el 5%, un 5% que supongo que será lo que hablemos con la cajera de Carrefour, o con él del Camping, al que ahora vas mucho.
Ese al menos es nuestro caso, otros consiguen rellenar el porcentaje ocupándose de los nietos, o de sus padres, e incluso hay gente muy afortunada que mantiene sus amistades. Pero no nos engañemos en alguna mediada, mayor o menor, el porcentaje de mundo interior sube y sube muchísimo.
Esa, aunque no solo esa, es la razón de que hagamos esta página Web. En esencia se trata de tener contacto con el mundo exterior. Se trata de abrir una puerta al mundo exterior y ver el mundo y también que el mundo nos vea a nosotros.
Es muy posible que nadie nunca visite nuestra Web, porque webs, y sobre todo blogs de viajes, hay muchísimos y la mayoría son muy buenos, desde luego mucho mejores que esta humilde Web. Pero de lo que se trata es de tener una puerta virtual. Si nadie la ve tampoco estaremos nunca plenamente seguros, siempre podremos pensar que si, que quizás haya otra pareja similar a la nuestra viendo nuestra Web. Quizás una pareja mas joven que piensa en afrontar la vida del 95% viajando por el mundo, tal y como lo hemos pensado nosotros. Ellos quizás nos lean con la misma pasión y afinidad con la que nosotros hemos leído otras webs, y otros blogs, de parejas que viajan por el mundo en caravana en autocaravana o de cualquier otra forma.